Intento de asesinato, sexo y robo en el Colegio de huérfanas de La Milagrosa
José Antonio Suárez López
En Febrero de 1706 la madre Isabel María de San José, rectora del colegio escribió la página más llamativa del colegio de Santa Isabel que entonces daba cobijo y enseñanza a niñas huérfanas de Marchena y estaba ubicado en el edificio de la calle Milagrosa, antiguo hospital.
Documentos del Fondo Osuna. Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional
Presentó una querella criminal contra cuatro monjas acusándolas de haberle apartado de su cargo en el colegio con la finalidad de cometer robos, haberla tratado de asesinar usando algunas plantas y hierbas y haberse acostado las cuatro con un hombre en el patio del colegio según los informaciones de varios testigos que pasaron frente al juez Juan freile Balbuena abogado del real Consejo y el asistenta de la villa el 5 de Febrero de 1706.
La querella criminal de la rectora del colegio fue presentada contra las monjas Francisca de la Purificación, María del Ovando, Francisca de Burgos y Josefa de los Ríos quienes actuaron «con poco temor de Dios, menosprecio de su conciencia, de la justicia y del decoro y respeto que debían a dicho colegio donde la susodicha estaban».
Documentos del Fondo Osuna. Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional
«Ha venido a mi noticia que extrajeron y quitaron de dicho colegio diferentes alhajas de valor como cuatro sábanas, 10 servilleta, una casaca de tela encarnada, dinero, trigo y otras muchas cosas» que «estaban destinados y preparados para avío y menester de dicho colegio, entregando dicho bienes a José Pérez de Carmona para que lo sacare de dicho colegio» con la intención de «hacerse dueños te todo lo demás que había en dicho colegio».
Estaban tratando de expulsar a Isabel María de San José del colegio. «Faltando yo habían de quedar las cosas a su manejo y disposición y trataron de quitarme el juicio y la vida por distintos medios y caminos, echándome en la comida y la bebida diferentes ingredientes nocivos,como con efecto lo ejecutaron y estuve para morir. Entre las cosas que me echaban en dicha comida era «raíces de ajonjeras», «cebolla albarrana» «y otras cosas» «con testigos en que reconocía dichos delitos».
Flores de cebolla albarrana.
La cebolla albarrana, cebolla marrana, cebolla del diablo contiene compuestos tóxicos en todas sus partes, pero donde hay mayor concentración es en el bulbo. Tiene sabor amargo y el contacto con su jugo puede causar irritación y dermatitis. Contiene el compuesto tóxico llamado escilirósido que tiene acción raticida. La planta segrega estos compuestos como protección contra depredadores por lo que era usada como raticida.
La principal testigo fue Teresa de Santa Rosa, colegiala, afirmando haber visto a las cuatro acusadas Francisca de la Purificación, María del Ovando, Francisca de Burgos y Josefa de los Ríos religiosas haber planeado casar a Isabel de San Pablo colegiala, y José Carmona carpintero y tomar trigo del pósito de la Virgen además de ropa, rosarios, zarcillos de plata sobredorada, hebillas de plata, platos de loza, búcaros, sartenes, cazuelas que según la testigo dieron a José de Carmona, «antes de casarse y después de casados».
De orden de las cuatro acusadas, otra monja Estefanía del Espíritu Santo dio mas objetos a Francisco Martin vecino del colegio para José de Carmona. La testigo afirma que vio a Estefanía entregarle varias arcas y objetos al vecino por encima de los tejados, ventanas y huecos de las paredes.
«Habiendo tenido noticia la madre Isabel del casamiento, les quitó las llaves de las oficinas del colegio y como les había prohibido con este motivo que le diesen a José de Carmona, otros muchos bienes, siempre que bajaban al molino para enviar al molino sacaban de él lo que podían y en una talega de lienzo y por el caño del desaguadero de la casa se lo daban y en las ocasiones en que venía José de Carmona por el trigo y otras cosas, hacían señas dando golpes en la puerta, y si la dicha madre Isabel, aparecían decían zape para que se fuera José de Carmona».
Dice la testigo que debido a la mala fe que tenia con la Madre Isabel la intentaban matar dándole de comer cebolla albarrana mezclada con las comidas «con ánimo deliberado de vengarse intentaron quedarse con la casa, gobierno y bienes de dicho colegio». También le daban en las comidas raiz de ajonjera molida, usada como veneno, que provocaba hipertensión y tendencia al colapso edema cerebral y crisis convulsivas. La muerte suele sobrevenir por parada respiratoria.
Documentos del Fondo Osuna. Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional
Y para que se le quitara el juicio le echaban en la cabecera Beleño. El beleño negro, hierba loca es utilizado bajo control médico para tratar los «delírium tremens», epilepsia, insomnio, terrores, bronquitis asmática, etc. En dosis elevadas se convierte en narcótico.
Beleño negro
«Con los dichos ingredientes le dio a la Madre Isabel una enfermedad de forma que llegó a perder el sentido y estando padeciendo continuaron en darle las raíces de ajonjera y cebolla albarrana en la comida y en la bebida, simiente de gusanos de seda. «Y cuando la enfermera se ponía a dar de comer, a la dicha Madre Isabel, se venía la Purificación y sus compañeras, a la puerta del cuarto donde estaban y hacían instancias para que comieran la comida compuesta con los referidos ingredientes con el fin de que muriese».
Miguel de Vargas maestro boticario declaró que en una ocasión mandó a Catalina Ignacia su esclava, que antes lo había sido de la madre Isabel, a que cogiera del campo cebolla albarrana con la advertencia de tener cuidado de que no le dieran los vapores de dicha planta en la cara porque le haría mal. La esclava respondió «pues señor si esto hace mal porqué a mi señora la madre Isabel se la echaban en la comida y raiz de ajonjera» con lo cual la esclava dio aviso a la madre Isabel para que fuese con cuidado.
Otra de las testigos fue Catalina Ignacia esclava de Miguel de Vargas y antes lo fue de dicha Madre Isabel, que se manifestó en los mismos términos añadiendo que «milagrosamente vive la madre Isabel» después de las plantas que le echaban en la comida las cuatro acusadas para tratar de matarla y además sabe porque lo vió que le hurtaban mucho trigo. que daban a José de Carmona, carpintero, a Juan su hermano, y a un primo de ambos. Además vio como metían en el colegio por las casas vecinas, «muchas noches a Francisco de Góngora maestro albañil y hacían una cama en el patio donde se acostaba con las cuatro, y traían melones y sandías para que comiese todo lo que quisiese».
Flor de ajonjera.
Pleito del Alcalde contra Isabel María de San José
En 1693 el Alcalde de Marchena paralizó y embargó materiales de la obra del colegio hospital de Niñas Huérfanas regido por Isabel María de San José, tercera profesa de la Orden de San Francisco.
Vinieron a Marchena traídas por los Duques desde el colegio de doncellas huérfanas de Alcalá de Henares. El propio Duque las alojó en su palacio, mandó asistirlas y alimentarlas en Marchena de su propio bolsillo mientras encontraba sitio para la fundación y les entregó escritura de donación de la ermita de San Agustín el viejo o de la Virgen de Gracia, hoy capilla de La Milagrosa.
La orden Jesuíta desaparece en 1773 y Las terceras franciscanas se establecen en el antiguo templo jesuíta en 1780.
El Alcalde llegó a afirmar «que la madre Isabel María es muy áspera y muy terrible y que las tiene sujetas y forzadassacando esto de la declaración de Salvadora de Figueroa que antes de ser profesa estuvo en dicho colegio y hoy vive en su casa con hábito de secular» explicando que «no es nuevo levantar estas calumnias las que se le salen o las echan».
El Alcalde Mayor de Marchena inició un pleito sobre la jurisdicción del colegio de huérfanas, donde vivían doce muchachas y cuatro adultas, por si era institución civil o eclesiástica. Al ser seglares terceras franciscanas el Ayuntamiento pretendía que no eran religiosas por lo tanto el Obispo ni los jueces religiosos tenían autoridad sobre ellas. El Alcalde también alega que hay una calle entre el templo y las casas por lo que no puede considerarse edificio religioso.
Documentos del Fondo Osuna. Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional
Por su parte la madre Isabel María de San José alegó que aunque ellas eran seglares, el edificio en sí era religioso y la institución también, por lo que pertenecía a la jurisdicción del Obispo. La rectora alegó que ella había gastado 20.000 ducados en las obras, «los cuales han salido de la bolsa de Dios por mando del Rey».
El Ayuntamiento decía que la institución era ilegal porque no tenía licencia del Ayuntamiento para obras, ni licencia del Rey, del Papa, ni del Consejo de Castilla, que tenía rentas muy escasas, que perjudicaría al resto de órdenes religiosas de la villa, que estaba en despoblado en lugar peligroso para mujeres y que la Madre Isabel María de San José era de carácter recio y que tenía a algunas mujeres allí contra su voluntad según habían declarado algunas que habían salido del colegio de huérfanas, cosas que las religiosas consideraron injurias.
En su defensa Isabel María de San José presentó autorización del nuncio del Papa y una provisión del Consejo Real para pedir limosna en la cual la encarga a la justicia asistan a la madre Isabel María de San José para recoger limosnas. Entre estas limosnas recogidas estaban las el propio Rey, el Alcalde y la Asistencia del Duque.