José Angulo fundó la hermandad de la Divina Pastora en 1833 en el convento Capuchino de la Plaza Ducal
José Antonio Suárez López
José Angulo, devoto de la Divina Pastora, fundó su congregación en la iglesia del Convento de Capuchinos, tambien llamado de Angeles Custodios en 1833.
Su nombre completo era congregación de la Divina Pastora y Cristo Amarrado a la Columna, según publica Manuel Antonio Ramos en su obra sobre la Desamortización en Marchena en 2008.
Según esta investigación de Carlos Romero Mensaque las dos imágenes de la congregación fueron encargadas y pagadas por su fundador José Angulo que también costeó el altar en el que se encontraban dentro del desaparecido convento Capuchino. También redactó las reglas y las presentó al Consejo de Castilla pero no le fueron aprobadas.
Se trataba pues de una congregación que organizaba rosarios públicos por la calle, muy en boga en el siglo XVIII, como también lo hacían las hermandades de la Virgen de los Remedios de San Miguel y la Virgen de Los Desamparados de San Sebastián además de la del Rosario. En la misma Plaza Ducal donde estuvo el convento de Capuchinos, aún se conserva en el arco que da a Santa María un lienzo de la Virgen del Rosario.
Según sus reglas solo podían pertenecer a esta hermandad cinco miembros, las mismas letras que tienen la palabra María. Organizaba una función solemne en la Festividad del Rosario , una novena y un rosario público. Después de la no aprobación de sus reglas languideció y una hermana del fundador la rescata y solicita y obtiene del Arzobispo en 1851 la autorización para organizar una congregación femenina en torno a la Divina Pastora de Marchena que salía en Rosario público todos los festivos.
Tras la desaparición del convento en 1888 se autoriza su traslado a San Juan, autorizada por el entonces propietarios de las imágenes, el Conde de Peñaflor.
Ambas imágenes se conservan en la parroquia de San Juan Bautista, la Virgen en el lugar donde antaño tuvo su camarín y el Señor Amarrado a la Columna, ha estado en las últimas décadas en cuartos y almacenes de la parroquia matriz.
Entre esos pueblos que visitó Fray Isidoro se encuentra Marchena donde estaba el Convento Capuchinos, situado en la Plaza Ducal.
El padre José Tomás Montes, impulsor de la recuperación del culto a la Divina Pastora de Marchena explica en la Revista Marchena Secreta Numero Dos, «Ella ataviada con pelliza de lana, sombrero y cayado, símbolos pastoreños, va recogiendo las rosas, que son las Ave María de la corona que las almas (las ovejas) le rezan, y con su mano diestra acaricia a una oveja, que se reclina en su regazo mientras la Virgen la cubre bajo su manto, simbolizando el amor con que acaricia a quienes se declaran por ovejas suyas».
Un grabado de 1799, propiedad de la Hermandad de la Divina Pastora de Cantillana, representa a la Divina Pastora de Marchena con una leyenda que dice: “La Divina Pastora de las Almas, patrona de las Misiones de los Padres Capuchinos sita en el Convento de Marchena. A Devoción del Padre Fray Juan María de Sanlúcar. Año de 1799”.
El Inventario del Convento de Capuchinos realizado en el 1850, que fue realizado por D. Teodomiro de Carmona, capellán y custodio de los bienes del Convento, aparece entre los datos de la Iglesia el “altar de la Divina Pastora”.
En el año 1849, vemos el auge que tenía ya la devoción pastoreña en Marchena, ya que entre sus cultos se relizaba un Rosario Público todos los dominos y se celebraban fiestas entorno a la salida procesional de la imagen de la Divina Pastora.
En torno a 1889 la imagen fue llevada a San Juan por el cierre del convento capuchino. La obra del camarín y lo que sería el retablo aparece en el libro de cuentas de la Parroquia del año 1906, en el asiento trece de Data, aparece “componer la bóveda y tejados de la capilla de la Divina Pastora.. 73pts. El retablo y camarín fue posteriormente desmontado. La Virgen procesionaba en el corpus siendo portada por la Hdad de la Veracruz. La devoción se recuperó en 2015 por un grupo de jóvenes de la parroquia de San Juan.