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José Pérez Ocaña, el arte de transgredir como forma de vida

El Ayuntamiento de Cantillana, organiza la exposición colectiva de pintura ‘Cantillana: prefacio estético para un presente artístico’, que podrá visitarse en la Casa de la Provincia de Sevilla hasta el 31 de agosto.
Reune obra de cuatro figuras relevantes en el arte de Cantillana: José Pérez Ocaña, Ricardo López Cabrera, Antonio Sánchez Palma y Pastora Pacheco (más conocida como la Cordelera) prestando atención al calado popular de elementos como la labor del enrejado de los mantones o todos los elementos estéticos vinculados a las hermandades del pueblo (sobre todo la de Nuestra Señora de la Asunción y la de la Divina Pastora) y a sus procesiones.

José Pérez Ocaña fue un destacado pintor y artista andaluz cuya vida y obra desafiaron las convenciones sociales y artísticas de su tiempo. Nacido el 15 de abril de 1947 en Cantillana, un pequeño pueblo de la provincia de Sevilla, Ocaña se convirtió en una figura emblemática de la contracultura española de la década de 1970.

Desde temprana edad, Ocaña mostró un talento innato para el arte. A pesar de las dificultades económicas de su familia, logró ingresar en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, donde se formó como pintor. Sin embargo, su vida y carrera tomarían un giro radical cuando decidió asumir abiertamente su identidad y se fue a Barcelona.

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Ocaña se convirtió en una figura destacada en la escena underground de Barcelona durante los años 70 y 80. Sus extravagantes y coloridos atuendos, combinados con su habilidad para el maquillaje teatral, lo convirtieron en un referente en España. Ocaña utilizó su aspecto y su identidad como una forma de expresión artística y de protesta contra las normas sociales restrictivas de la época.

«Ocaña, un Retrato Intermitente» es un documental español dirigido por Ventura Pons. Estrenado en 1978, ofrece una visión de la Barcelona posterior a Franco a través de la perspectiva del artista José Pérez Ocaña. La película explora el estilo de vida alternativo de Ocaña, sus puntos de vista sobre la religión, el arte y la sexualidad. Ocaña desafía las normas sociales y reflexiona sobre sus propias experiencias creciendo en Cantillana.

Además de su presencia en la escena nocturna, Ocaña también destacó como pintor. Su estilo único y audaz combinaba elementos del arte naïf con influencias del expresionismo y el surrealismo. Sus obras retrataban escenas de la vida cotidiana, paisajes urbanos y retratos de personajes marginados. Ocaña no temía abordar temas controvertidos como la sexualidad, la identidad de género y la crítica social en su arte.

El documental captura las performances de Ocaña, incluyendo aquellas realizadas en un cementerio y en la Rambla de Barcelona, mostrando su creencia en el poder individual para actuar libremente. La película, filmada en Barcelona y con entrevistas a figuras de la contracultura catalana, fue la primera producción de Pons. Se estrenó en el Festival de Cannes y ha recibido críticas positivas por su retrato de una personalidad compleja y cautivadora.

A pesar de su éxito y reconocimiento en círculos artísticos alternativos, la obra de Ocaña no fue ampliamente valorada durante su vida. Fue solo después de su fallecimiento en 1983, a la temprana edad de 36 años, cuando su trabajo comenzó a ser reivindicado y apreciado por su valiosa contribución.

A través de la vida cotidiana de Ocaña, incluyendo sus pinturas, canto de saetas y afinidad por el travestismo, el documental pinta un mosaico de Barcelona durante los primeros días del período de Transición. También arroja luz sobre la situación de la comunidad LGBTQ+ en una época en la que la represiva «Ley de Peligrosidad Social» criminalizaba el comportamiento homosexual en público.

Hoy en día, el legado de José Pérez Ocaña vive a través de sus pinturas, fotografías y performances. Sus obras han sido expuestas en importantes galerías y museos de todo el mundo, y su influencia se ha extendido a generaciones de artistas que han encontrado inspiración en su actitud desafiante y su enfoque vanguardista.

José Pérez Ocaña dejó una profunda huella en la historia del arte y en la lucha por la igualdad y la libertad de expresión. Su valentía para desafiar las normas sociales y su habilidad para fusionar su identidad de género con su expresión artística lo convierten en un icono indiscutible de la contracultura española.