Juan de los Ríos Baeza, confesor, vicario y natural de Marchena sufrió proceso de fé en el Tribunal de la Inquisición de Sevilla, por solicitante y molinista en 1748 por los tocamientos a que sometía a las feligresas de San Sebastián en la misma iglesia y en las casas.
PARTE PRIMERA DE TRES
Fue interrogado y torturado por la Inquisición en Sevilla y los calificadores del santo Oficio lo vieron culpable de molinosismo o molinismo, solicitación y lo acusaron de ser sospechoso «de levÍ» aunque no de «vehementi» según el documento «Alegación fiscal del proceso de fe de Juan de los Ríos Baeza, originario de Marchena, seguido en el Tribunal de la Inquisición de Sevilla, por solicitante y molinista». INQUISICIÓN,3736,Exp.192
Tras las denuncia fue apresado en las cárceles de la Inquisición y se le secuestraron los bienes ya que era rico y poderoso y el 15 de Enero entró preso en Cádiz. Según este documento el vicario Juan de Los Rios había fomentado en Marchena los rezos públicos del Rosario para mujeres.
Se abrió la causa el uno de septiembre de 1748 por delación espontánea de Bárbara Alvarado de 31 años viuda que dijo que «inmediatamente después de la confesión le tomaba su cara, y tocaba sus pechos» continuaba el reo «en la casa de la testigo tocando su ropa y amagando a meter su mano por la abertura de las enaguas» si bien nunca hubo acto carnal con ninguna mujer, dice el documento.
Advertida la testigo de que estas acciones eran pecado, advirtió al reo «que sus cosas la alteraban» y el reo le respondió que lo hacía «por encenderla más en el amor de Dios». Tras irse con sus padres a vivir a Sevilla la declarante reconoció los hechos al prepósito de San Felipe Neri junto con su hermana Sebastiana, «han venido juntas a delatarse».
Las tres hermanas Alvarado y las tres hermanas Acevedo eran el círculo de amistades del sacerdote junto con Petronila la beata. «A las tres hermanas Alvarado muchas veces abrazaba y también a las Mayorga aunque no tanto» cuando iban a San Sebastián a rezar el Rosario en la capilla de la Virgen de los Desamparados o en la del Dulce Nombre.