El 15 de febrero de 1655 el Santo Oficio de Sevilla procedió a ordenar prisión y secuestro de bienes contra Ana Rodríguez mujer de Pedro Rodríguez Galeno mercader de hilos, vecino de Sevilla, «ausente fugitiva por delito de judaísmo». Leonor Jorge, de más de 50 años, mujer de Francisco López Machor «de oficio antojero, que salió reconciliado por este Santo Oficio» y Francisca López, vecina que fue de la villa de Marchena, Sevilla, de 40 años mujer de Diego Rodríguez Arias, que «ha navegado a Indias, Angola y otras partes». «Todos de nación portuguesa».
«Hemos tenido noticias que las susodichas están en la Ciudad de La Laguna en casa de Duarte Enríquez Álvarez hermano de Beatriz Enriquez casada con Enrique Fernández de Ybarra. Dicho Duarte se dice es tesorero de nuestra Majestad en esas islas. Se pide toda diligencia en la busca de estas reas y en darles prisión debido a su importancia y porque Ana Rodríguez era «relapsa» es decir reiteraba el delito. Documento firmado en Sevilla en 1654 por Pedro Manharres de Heredia y Pedro González Guilelmo. Poco después la Inquisición las localiza en La Laguna, Canarias.
En la ciudad de Realejo, isla de Tenerife compareció sin ser llamada y declaró contra ellos el 20 de noviembre de 1655 la negra de 25 años Lorenza Díaz «La Misqueta» esclava de Alonso Guzmán presidente y capitán general de la sislas. ante Juan García del Castillo calificador y comisario del Santo Oficio.
La Misqueta contó que ella misma junto a su anterior dueño, Gaspar Díaz de Misketa, había viajado a principios de 1655 de forma secreta en un navío inglés desde Lisboa con su mujer doña Blanca, sus tres hijos, un sobrino y otra gente de su casa «por un destierro que tenía hecho el rey de Portugal a dicho Gaspar su amo y a un hermano suyo. Y que así le comunicó y le vino irse a prisa y a escondidas a Londres».
Allí Gaspar Díaz se vió con el marido de la vecina de Marchena, Diego Rodríguez Arias cuñado de Gonzalo Rodriguez Báez. Diego Rodríguez Arias compró a la esclava negra a su amo Gaspar Díaz para enviarla a su cuñado Gonzalo Rodríguez a Canarias.
Así la esclava negra estuvo dos semanas en Londres en casa de Diego Rodríguez Arias y su mujer de Marchena. Esas dos semanas oyó decir a unos españoles que su nuevo amo Diego Rodríguez Arias era judío.
Notó que todas las gallinas y aves que se gastaron en la casa «eran de degolladas cortadas las cabezas» y para esto una muchacha que servía en la casa las llevaba «a casa de un judío portugués que vivía cerca y de allí las traían todas degolladas» y al cuchillo que se usaba en esa matanza no se le daba ningún otro uso.
De allí pasó a la isla de Tenerife para servir a Gonzalo Rodríguez y luego a casa de don Antonio Dávila. «Y dice todo esto por descargo de su conciencia y no por odio ni mala voluntad».
También declaró Juan Molina hermano de don Francisco de Molina de 20 años de edad. Preguntado si en el tiempo que ha estado en Londres ha sabido que alguna persona hubiese declarado ser judío dijo que habrá tres años poco más o menos que llegaron a la ciudad de Londres muchos portugueses de diferentes partes. Rodríguez Arias después de estar en las islas llevo a su mujer de Marchena a Londres adónde se quedaron y la murmuración común es de que todos estos son judíos.
Aponte y otros españoles que allí estaban cuentan que lo han intentado siempre encubrir y disimular hacer acciones de judío. Al dicho Diego se le ha visto alguna vez oír misa en casa del embajador de España y luego de que salió de Londres no le han visto más oír misa.
También cuando se le ha dicho a Diego Rodríguez Arias y Aponte si tenían misa en parte secreta a dónde le decían y porqué no iban, siempre respondían que iban al consulado de Portugal y que no sabe si era por excusarse.
La misma murmuración común en todo Londres es que son judíos muy conocidos y que han solicitado ante Cromwell y su consejo ser parte para hacer una Sinagoga ofreciéndose para ello a dar 300.000 libras precio qué que tienen en los bancos de Flandes, Inglaterra y él reino.
Cuentas de los bienes secuestrados a Diego Rodríguez Arias. Cuentas de los bienes secuestrados a Diego Rodríguez Arias, reconciliado por el Tribunal de la Inquisición de México y administrados por el contador y receptor del mismo, Bartolomé Rey y Alarcón. La cuenta fue realizada, con cargo y data, por el contador de la visita, Diego Martínez Hidalgo. 1657
ES.28079.AHN/1.1.11.2.5.2//INQUISICIÓN,4813,Exp.17 / 1660.
