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La aceituna morona, el tesoro oculto de la Sierra Sur sevillana

En el corazón de la Sierra Sur de Sevilla, entre colinas de olivos centenarios, se cultiva una de las joyas más desconocidas del campo andaluz: la aceituna morona. Esta variedad, exclusiva de la zona de Morón de la Frontera, está ganando reconocimiento por su calidad excepcional, tanto en la producción de aceite de oliva virgen extra como en su consumo en mesa.

Oleand Manzanilla Olive ha lanzado al mercado un nuevo formato de aceitunas aliñadas estilo casero, precisamente de esta variedad de aceituna morona.

La aceituna morona, de tamaño mediano y con una tonalidad que oscila entre el verde y el morado según su madurez, se caracteriza por su piel gruesa y una pulpa firme que la hace ideal para aliños tradicionales. Su sabor, ligeramente amargo y con matices intensos, la diferencia de otras variedades más populares como la hojiblanca o la picual.

A pesar de su calidad, la morona ha pasado desapercibida durante décadas en los mercados internacionales, donde otras variedades dominan. Sin embargo, en los últimos años, cooperativas locales y productores como Aceites Morón y la Cooperativa Nuestra Señora de la Fuensanta han apostado por su revalorización, tanto a nivel nacional como en el mercado de productos gourmet.

El aceite que se obtiene tiene un sabor único, con notas afrutadas y un toque amargo que lo hacen perfecto para la cocina mediterránea.

La producción de la morona se concentra principalmente en Morón de la Frontera y sus alrededores, una zona donde las condiciones climáticas y el tipo de suelo favorecen el cultivo de olivos. Además, varias empresas locales han comenzado a experimentar con el uso de la morona en productos ecológicos, aprovechando el creciente interés por los alimentos saludables y sostenibles.

Con un futuro prometedor, la aceituna morona parece estar lista para dejar de ser un secreto bien guardado y conquistar los paladares más exigentes. Para quienes visiten la Sierra Sur sevillana, degustar este fruto milenario puede convertirse en una experiencia gastronómica inigualable.

El auge de la producción ecológica

En los últimos años, empresas como Aceites Ecológicos Cortijo Los Aguilares han incorporado la producción de la aceituna morona a sus líneas de productos ecológicos, destacando el compromiso de la región con la sostenibilidad. La aceituna morona tiene un potencial enorme en el mercado ecológico, gracias a su método de cultivo tradicional y su sabor.

A medida que crece el interés por esta variedad, la aceituna morona se posiciona como un símbolo de la riqueza agrícola de Andalucía, uniendo tradición e innovación en cada fruto.

El nombre “morona” parece estar relacionado, al menos etimológicamente, con el nombre de la localidad de Morón de la Frontera, cuya raíz histórica sí está conectada con la presencia musulmana en la zona.

En cuanto a Morón de la Frontera, durante la dominación musulmana fue conocida como Mawrur, de donde podría derivarse el actual topónimo. Los mauror o mawror, como se escribía en árabe clásico (معرور), hacen referencia a un lugar de paso fortificado, lo cual tiene sentido dada la importancia estratégica de Morón en la época.

Los mauros, o musulmanes de origen norteafricano (bereberes y árabes), se asentaron en Morón desde la conquista musulmana de la Península Ibérica en el año 711. Esta zona, como otras en Andalucía, fue ocupada inicialmente por tropas musulmanas comandadas por Tariq ibn Ziyad, y en los siglos posteriores se convirtió en parte del territorio de Al-Ándalus.

Los bereberes fueron una parte significativa de los primeros pobladores musulmanes de Morón. Provenían principalmente de las regiones del norte de África, en particular del Magreb, que incluye áreas de los actuales Marruecos, Argelia y Túnez.

El cultivo del olivo, aunque ya estaba presente antes de la llegada musulmana, fue perfeccionado y mejorado por los árabes. Estos introdujeron técnicas avanzadas de irrigación y manejo del agua, lo que permitió la expansión y mejora de los olivos, entre otros cultivos. No es raro que las variedades autóctonas de aceituna, como la morona, se desarrollaran y se consolidaran en zonas que estuvieron bajo influencia musulmana durante siglos.