La azarosa vida de la la torre de la Colegiata de Osuna, que ahora sufre obras de cerramiento
José Antonio Suárez López
Las obras del cerramiento del cuerpo superior de la torre campanario de la Colegiata, que cuenta con un presupuesto de 137.000 euros, de los cuales, unos 60.000 euros son aportados por el Ayuntamiento de Osuna y el resto la parroquia. El plazo de obras es de cuatro meses, desde el noviembre del pasado que concluyen antes de Semana Santa, si no surgen imprevistos.
En 1918 un rayo derribó la torre luego reconstruida e inacabada, quedando el último cuerpo a la intemperie, por lo que ahora se está construyendo un cerramiento para evitar filtraciones de agua y de humedad que generan deterioro sobre la propia torre.
Se ha colocado una estructura horizontal plana en el cuerpo superior que permite la expulsión de las aguas hacia el exterior del edificio monumental y la sustitución del actual forjado de piso del campanario, construido con vigas de acero, que en caso de oxidación, también pueden producir daños en la torre.
PORQUÉ SE CAYÓ LA TORRE DE LA COLEGIATA
El templo fue fundado en 1535 por Juan Téllez Girón, IV Conde de Ureña obra de los arquitectos Diego de Riaño y Martín de Gaínza.
En 1871 dos rayos cayeron simultáneamente sobre la torre de la Colegiata perforando los muros de las capillas anexas y dejando la torre con peligro de desplome como sucedió en 1918 según documento que se publica en la revista Apuntes 2, número 4 (2004) en un artículo de Pedro Jaime Moreno de Soto y Francisco Manuel Delgado Aboza.
El problema detectado por Juan Talavera Vega en 1896 era que que el material elegido para el resto del edificio, el sillar, o roca arenisca de las canteras de Osuna, no era suficiente duro para aguantar el peso de la torre, mucho más alta y las piedras se estaban aplastando en la base por el peso de la estructura, que fue lo que la caída de los rayos empeoró.
Además el mismo suelo era inestable, por las filtraciones de aguas, las obras de refuerzo y reconstrucción de los dos primeros cuerpos de la torre finalizaron en 1898. El 18 de noviembre de 1918 de nuevo un rayo golpeó la torre de la Colegiata provocando el hundimiento completo de la torre y de la capilla de San Pedro destrozando el retablo y la imagen de San Pedro.
Gracias a las donaciones populares y del Ayuntamiento se pudo reconstruir pero quedó sin terminar, en 1924 justo cuando quedaba por rematar la torre con un cuerpo circular y una cúpula renacentista que iba a ser sufragada por un párroco, Luis de Soto Torres Linero que había donado el producto de un premio que le había tocado en la lotería, para la obra del remate de la torre pero que murió de forma repentina.
De 1970 al 76 toda la Colegiata fue sometida a una profunda restauración por Rafael Manzano, que salvó todo el monumento de ser destruído pero jamás se llevó a cabo la reconstrucción del último cuerpo de la torre.
Por esto no se tocan las campanas por razones de seguridad. Y este es el motivo por el que la obra quedó inacabada como aún hoy se conoce siendo la imagen más popular de Osuna.