La Divina Pastora procesionó por las naves de San Juan
REDACCION
La Divina Pastora no pudo salir por la lluvia y procesionó por las naves del templo matriz a los sones de la Banda Villa de Marchena.
El exorno floral, realizado por Juan Carlos Rubio de consta de Nardos, Rosas Garden Spirit, Rosas Dolce Vita, Rosas Spray, Amarantus, Solomio, Gingers, Erygium, Astilbe y Bouquets exóticos de verdes y frutas Ornamentales de Ecuador. Como novedad saca un rosal realizado en Cantillana.
El cartel anunciador de la Divina Pastora de 2018 ha sido pintado por el sevillano Antonio Díaz Arnido, conocido por sus trabajos en cartelería cofrade y pinturas para palios y enseres de hermandades especialmente en el levante español.
Desde que se recuperó la salida procesional de esta imagen en 2015, los mejores pintores y cartelistas jóvenes han realizado carteles que apuestan por la juventud, la innovación y la calidad. Rafael Laureano, Naranjo Ferrari, David Payán y Antonio Díaz Arnido este año han firmado los cuatro carteles de esta procesión.
Un grabado de 1799, propiedad de la Hermandad de la Divina Pastora de Cantillana, representa a la Divina Pastora de Marchena con una leyenda que dice: “La Divina Pastora de las Almas, patrona de las Misiones de los Padres Capuchinos sita en el Convento de Marchena. A Devoción del Padre Fray Juan María de Sanlúcar. Año de 1799”.
En torno a 1889 la imagen fue llevada a San Juan por el cierre del convento capuchino. retablo y camarín fue posteriormente desmontado. La Virgen procesionaba en el corpus siendo portada por la Hdad de la Veracruz. La devoción se recuperó en 2015 por un grupo de jóvenes de la parroquia de San Juan.
José Angulo, devoto de la Divina Pastora, fundó su congregación en la iglesia del Convento de Capuchinos, tambien llamado de Angeles Custodios en 1833.
Llevaba el nombre de congregación de la Divina Pastora y Cristo Amarrado a la Columna. Las dos imágenes de la congregación fueron encargadas y pagadas por su fundador José Angulo que también costeó el altar en el que se encontraban dentro del desaparecido convento Capuchino. También redactó las reglas y las presentó al Consejo de Castilla pero no le fueron aprobadas.
