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La familia real estuvo en el Palacio Ducal de Marchena siete días de Marzo de 1730

El Rey Felipe V de España Duque de Anjou y nieto de Luis XIV de Francia, pasó algunos días en Marchena durante su estancia andaluza entre 1729 al 33, cuando el primer Borbón instaló su corte en el Alcázar de Sevilla y pasaba el verano en Cazalla de la Sierra para cazar, divertirse y alejarse de la corte madrileña que tanto le estresaba, llegando incluso plantearse renunciar.

Si en Febrero de 1730 los Reyes vinieron a cazar a Montepalacio, en Marzo de 1730 los monarcas salen de Sevilla hacia Granada siguiendo un recorrido por Marchena, Osuna y Antequera donde la Corte se detuvo cuatro días, debido a las molestias del rey por el reuma y el cansancio del camino.

 La estancia de la familia real en Marchena se produjo del 6 al 13 de marzo de 1730 según confirma  Francisco Javier Gutiérrez Núñez en su blog Almagacén. 

Marchena se preparó para la visita regia con unos arcos triunfales para el recibimiento del monarca. La comitiva llegó en la noche del lunes 6. La estancia de la familia real en la villa se produjo entre los días 6 y 13 de marzo de 1730, y como no, se aposentó en el Palacio ducal de los Ponce de León. Durante algunas jornadas los reyes disfrutaron del bosque de Montepalacio: “(…) quienes quedan todos con cabal salud, y muy gustosos, y divertidos con la Caza mayor de que abunda el espacioso bosque contiguo a aquel Pueblo”.

Ésta se inscribe en el viaje que realizó entre Sevilla y Granada durante dicho mes de marzo, teniendo como itinerario intermedio las localidades de Marchena, Osuna, La Roda, Antequera, Loja, Santa Fe y Granada. 

Según la Gaceta de Madrid de 14/03/1730, el Domingo 5 de Marzo por la tarde salieron de Sevilla los Señores Infantes Don Luis, Doña María Teresa, y Doña María Antonia Fernanda; y aviendose dividido en dos jornadas el camino que hay desde aquella Ciudad a la Villa de Marchena, para una mayor comodidad llegaron el Lunes inmediato a las 6 de la tarde a la Villa expresada.

«Los Reyes, y Príncipes nuestro Señores, y los Señores Infantes Don Carlos, y Don Phelipe, partieron de Sevilla el mismo día Lunes después de comer, y entraron ya de noche en Marchena, donde tenían prevenido su Real Aposentamiento en el capaz, y sumptuoso Palacio, que tiene en aquella Villa el Señor Duque de Arcos. Para la entrada de los Reyes, y Príncipes, avia la Villa dispuesto unos Arcos triumphales muy vistosos, teniendo colgadas todas las Calles, y la Plaza iluminada; sin que sus vecinos hayan omitido demostración alguna para celebrar la feliz llegada de S. Majestades, y Altezas, quienes quedan todos con cabal salud, y muy gustosos, y divertidos con la Caza mayor de que abunda el espacioso bosque contiguo a aquel Pueblo”. 

Cardenal Alberoni, primer ministro de España en 1730.

Según la Gaceta de Madrid núm. 12, de 21/03/1730  «los Reyes, y Príncipes nuestros señores, y todos los Señores Infantes, y Infantas, salieron el Lunes 13, del corriente por la tarde la Villa de Marchena, y fueron a dormir a la de Ossuna; y aviendo  salido de esta el Martes 14, después de comer llegaron de noche a la Roa, desde donde pasaron el Miércoles 15 (también por la tarde) a la Ciudad de Antequera, en la qual descanzaron el Jueves 16 S. Magestades y Altezas, quedando en ánimo de continuar al día siguiente su viage azia Granada, en cuya Ciudad está prevenido su Real Aposentamiento (…)”.

Los Reyes hicieron muchos viajes por Andalucia a San Fernando y Cádiz (febrero-marzo de 1729), Puerto de Santa María y Coto de Doñana (abril de 1729), Sanlúcar de Barrameda (junio de 1729), Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda (septiembre de 1729), Castilblanco (febrero de 1730), Marchena – Osuna – La Roda – Antequera – Loja – Granada (del 6 al 22 de marzo), Granada (mayo y junio), Cazalla de la Sierra (de junio a agosto), Puerto de Santa María (septiembre – octubre de 1730). 

La familia real estuvo residiendo en Granada capital hasta el 5 de junio, y para evitar el calor veraniego se trasladó a la Sierra Norte sevillana donde pasaría parte del estío. La ruta fue Granada – Loja – Archidona – Benamejí – Cabra – Monturque – Aguilar – Écija – Palma del Río – La Puebla de los Infantes – Constantina y Cazalla. La corte real permaneció en Cazalla entre el 13 de junio y el 23 de agosto, fecha en la que regresaron a Sevilla.

El Duque de Parma y Piacenza, Francisco Farnesio (1678-1727), hizo de su familia árbitros de poder europeos. Tras nombrar heredero de la corona española al pequeño Carlos (futuro Carlos III), hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, en contra del Papa y del emperador austríaco, idea una alianza Francia-España para arrebatar Italia a los austriacos. Para ello nombra en 1719 al marqués de Scotti embajador extraordinario ante las cortes de Francia y España.

Mientras el grupo de Parma gobernaba España a su antojo, la reina Isabel de Farnesio, convence a Felipe V de que se ausente de la corte madrileña y le deje a ella gobernar y venga una temporada a Andalucía para salir de la depresión que sufría por la muerte de su primera esposa María Luisa de Saboya.

LA FORTALEZA DE PARMA EN SEVILLA

La influencia del grupo de Parma estaba clara en la obra inacabada que dejaron los Reyes en Sevilla, el fuerte de Buenavista, construído por orden de Felipe V. Los cimientos y gran parte de los sistemas defensivos de la fortaleza ya estaban levantados, cuando fue abandonada, por mandato real en marzo de 1730.  El edificio tenía forma de estrella y seguía el modelo  de la fortaleza de Parma y diseño de Isidro Próspero Verboom, hijo del ingeniero del ejército  de Felipe V.

Notas:

  • Nota 1.- MORALES, Nicolás; QUILES GARCÍA, Fernando (eds.): Sevilla y Corte. Las Artes y el Lustro Real (1729-1733), Broché, Collection de la Casa de Velázquez nº 114, Madrid 2010. Pág. 8, 51, 73, 303, 308.
  • Nota 2.- LEAL BONMATI, M. del Rosario: Festejos teatrales y parateatrales en el viaje de Felipe V a Extremadura y Andalucía (1728-1733), 2001, pág. 82-ss., 85 y 89  (mapas).  MORILLAS, José María: Morillas, Felipe V e Isabel de Farnesio. El traslado de la Corte a Sevilla, Padilla Libros, Sevilla 1996, pág. 186.
  • Nota 3.- OSUNA, José María: “Una curiosa crónica de 1730. Cazalla, corte de Felipe V”, en ABC de Sevilla, 15 de febrero de 1962, pág. 23. MARTÍN CORNELLO, José María: “Cazalla de la Sierra. Residencia veraniega de la Corte española en 1730”, en Revista de Cazalla 1976.