Los Ganaderos de caballos en Marchena en 1859 según «El libro de los hierros o marcas» con datos reunidos por las remontas e impreso por Juan Zabala director general de caballería eran los siguientes.
La ganadería de José Torres Díez de la Cortina -divisa celeste blanca y azul- fue fundada en Marchena en 1875 con parte de la vacada de los herederos de don José María Benjumea.
En Marchena criar toros bravos fue un buen negocio hasta mediados del siglo pasado. En torno a 1950 en su obra Viaje por Andalucia, que hizo a pié el premio Nobel Camilo José Cela dejó escrito que los campos en entre Marchena y Carmona estaban llenos de toros bravos y lo mismo ocurría en las inmediaciones de Ecija.
Juan Manuel Montiel tenía una gandería con base en Marchena en 1831 que lidiaba toros por las plazas de toda España, tal y como lo atestigua el Diario de Avisos de Madrid de 24 de Julio de 1831, indicando que dicha ganadería tenía una divisa carmesí y que era una ganadería «nueva en esta plaza».
Durante el siglo XX pasó por numerosas manos y hoy es propiedad de Juan Pedro Domecq Torrestrella y tiene su sede en Arenosillos de Abajo, Salamanca.
El 5 de Junio de 1881 se lidian en Algeciras seis toros de la ganadería de D. José Torres Diez de la Cortina que aparece en los carteles como ganadería anteriormente conocida como Benjumea. En octubre de 1882 seis toros de la ganadería marchenera se presentaron en Madrid para los diestros Lagartijo, Juan Fuentes, Cara Ancha entre otros. En 1885 los toros de Marchena se lidian en la Maestranza de Sevilla y desde entonces se hicieron habituales en las princiaples plazas españolas.
En cuanto a la ganadería equina, el caballo Fígaro, de D. José Torres Diez de la Cortina, resultado de cruzar una yegua española con un caballo árabe según la gaceta agrícola del Ministerio de Fomento de 1876. Mereció varios premios en concursos de ganado de la época.
En 1901 fue adquirida por don Luis Gamero Cívico que elimina lo procedente de Benjumea, pasando posteriormente a don José Gamero Cívico. Este ganadero también tuvo caballos que a menudo participaban en corridas de toros.
En 1876 José Torres Díez de la Cortina era vocal de la empresas de seguras anti incendios Mediodía con sede en la calle San Isidro, 24 de Sevilla, presidda por Diego Benjumea Pérez Seoane, también participada por Francisco de Andrada y Vanderwilde. También era secretario de la sociedad de carreras de caballos de Sevilla cons sede en el Casino sevillano, Plaza del Duque.
José Torres Díaz de la Cortina, descendiente por parte materna de Juan Díaz de la Cortina, de Marchena. José Torres también empezó como colono y en 1863 era arrendatario de 550 hectáreas pertenecientes al duque de Osuna. Cuando en 1869 se pusieron a la venta los bienes de éste a causa de su quiebra, compró varios cortijos que en total sumaban 1,500 hectáreas. Esto fue en 1872, pero en 1880 volvió a comprar otras fincas con 1.300 hectáreas, lo que le convirtió en un gran propietario terrateniente.
Algunos colonos del duque de Osuna, convertidos en propietarios y terratenientes después de la quiebra de éste, se hicieron criadores de toros de lidia en sus nuevos cortijos. Ya entonces, el siglo XIX había dejado atrás los rudimentarios criterios de selección de ganado para el toreo, dando paso a una explotación pecuaria especializada, que hallaba una notable fuente de ingresos en la crianza exclusiva del toro bravo.