La tradición musulmana generalmente desaprueba la magia , asociándola con el politeísmo acepta la existencia de seres sobrenaturales y, sorprendentemente, el propio profeta Muhammad utilizó técnicas de magia simpática, como la curación del mal de ojo.
En un fascinante viaje al pasado, exploramos los recetarios mágicos moriscos, una amalgama de brebajes, talismanes y conjuros que nos ofrecen una ventana a las prácticas ocultas de la comunidad morisca bajo la influencia del Islam. Estos recetarios no solo reflejan creencias y prácticas, sino que también muestran la interacción entre la religión, la magia y la vida cotidiana.
La magia morisca se estudia a través de fuentes cristianas e islámicas, proporcionando una visión auténtica de sus prácticas mágicas conservando 142 recetas en 26 manuscritos, que desvela un rico corpus de prácticas mágicas. El texto «Recetarios mágicos moriscos: Brebajes, talismanes y conjuros aljamiados» aborda diversos aspectos de la magia en el contexto islámico y morisco.
El estudio de la magia practicada por las comunidades moriscas se puede abordar a través de la documentación cristiana, como los procesos inquisitoriales, y textos moriscos árabes y aljamiados. Estos últimos proporcionan un testimonio directo y fidedigno sobre la tipología de las prácticas mágicas en estas comunidades.
Los talismanes moriscos, con su compleja simbología de nombres, números y oraciones, contrastan con los amuletos, más sencillos y naturales, usados para la protección general. Los bebedizos, preparados con palabras y oraciones disueltas en agua, son una ventana a un mundo donde la palabra escrita se convierte en una herramienta de poder y sanación. Los conjuros representan la fuerza de la palabra hablada. Desde proteger cosechas hasta curar enfermedades, estos conjuros demuestran una rica tradición oral enraizada en lo sagrado y lo mundano.
Una práctica común entre las comunidades moriscas era la confección de talismanes, que incluyen aspectos como las propiedades de nombres, números, plegarias, conjuros e invocaciones, encantos, invocación de planetas y la facultad para hacerse invisible.
Los talismanes son objetos elaborados con un propósito específico, mientras que los amuletos son objetos naturales utilizados para protección general.
La Mano de Fátima, también conocida como Hamsa, es un símbolo popular en varias culturas y religiones, incluyendo el Islam, el Judaísmo y en algunas tradiciones del norte de África y Medio Oriente.En la cultura judía, por ejemplo, se conoce como la Mano de Miriam, hermana de Moisés y Aarón.
Además de su significado protector, la Mano de Fátima a menudo se asocia con conceptos espirituales como los cinco pilares del Islam o los cinco sentidos, y se le atribuyen propiedades místicas en diferentes culturas.
En el Islam, este símbolo a menudo se asocia con Fátima Zahra, la hija del profeta Mahoma. Representa la paciencia, la fidelidad y la resistencia. La Mano de Fátima es vista como un poderoso amuleto que ofrece protección contra el mal de ojo, atrae la buena suerte y bendiciones, y proporciona defensa contra fuerzas negativas.
Hay pocas referencias a amuletos en las recetas mágicas moriscas. Estos generalmente involucran animales o partes de animales, como ranas, plumas de buitre o los ojos de una cuerva.
Los bebedizos o filtros mágicos se preparan escribiendo palabras, nombres o plegarias en recipientes, que luego se disuelven con agua y otros ingredientes. Estos compuestos se dan a beber al paciente.
El poder mágico de la palabra se transmite de manera efectiva siguiendo un estricto protocolo ritual que incluye acciones y el uso de diversos materiales. Estos aspectos destacan la complejidad y variedad de las prácticas mágicas en el contexto morisco y su relación con la tradición islámica.
Los bebedizos son un tipo de receta mágica que consiste en brebajes o filtros mágicos preparados para ser ingeridos. Representan el segundo tipo más abundante de recetas en el corpus estudiado.
En los textos analizados, se utilizan términos árabes como ‘anušra’, ‘annušra’, ‘annuçra’, ‘nušara’ (árabe: an-nušrah) para referirse a estos brebajes. También aparecen denominaciones más generales como ‘medezina’ o ‘albarán’ (derivado del árabe clásico ‘barā’ah’), que designan el contenido mágico de la receta.
La preparación de estos filtros mágicos implica escribir una serie de palabras, nombres o plegarias sobre un plato, taza o escudilla. Posteriormente, estos escritos se disuelven con agua, a veces del sagrado pozo de Zamzam, junto con varios ingredientes como incienso, artemisa, miel, azúcar o incluso nidos de golondrina.
Una vez que el compuesto se cuela, se da a beber al paciente. Los bebedizos están diseñados para transmitir los poderes mágicos de las palabras y los ingredientes a través de la ingestión, en contraste con otras prácticas mágicas que utilizan el contacto físico o la recitación oral. Finalidad: Los bebedizos se preparan con diversos fines, como aliviar enfermedades, resolver problemas amorosos, proteger bienes o incluso para asuntos relacionados con la muerte. Cada bebedizo se diseña teniendo en cuenta el problema específico que se busca solucionar.
Los conjuros se aplican en contextos variados, como la elaboración de pan, para alejar tormentas de los cultivos, o para la sanación de heridas. En el caso de la curación, se acompaña la cura con la invocación a Dios, subrayando el elemento de mediación divina en la práctica del conjuro.
Se utilizan términos como ‘escanto’, ‘conjuro’, ‘orden’, ‘palabras’, o el arabismo neológico ‘al‘azima’ para describir estos conjuros. Es esencial seguir un estricto protocolo ritual que incluye acciones específicas y el uso de diversos materiales para que la transmisión del poder mágico de la palabra sea efectiva.
Los recetarios mágicos moriscos son un tesoro de conocimiento y práctica que revela la complejidad de una cultura donde la magia y la religión se entrelazaban intrincadamente. Estos textos no solo son valiosos por su contenido, sino también por lo que nos cuentan sobre la vida y creencias de una comunidad que buscaba lo divino en lo cotidiano.