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La quema del Judas, un resquicio del primitivo culto lunar en los pueblos de Andalucía

Antes de la existencia de religiones, el hombre rendía culto al sol y la luna. La quema de los Judas, marca el fin del invierno y del tiempo de penitencia y da paso a la primavera festiva en Andalucía.

Sus raíces están en los antiguos ciclos festivos del calendario lunar, cuando las sociedades agrícolas celebraban el equinoccio de marzo que anunciaba la llegada de la primavera y la superación del invierno según el Atlas de Patrimonio Inmaterial de Andalucía.

CORIPE

Por lo tanto estamos ante una de las fiestas más primitivas del ciclo festivo andaluz, que se mantiene aún en pueblos pequeños aislados de Sevilla, Huelva, Córdoba y Granada.

Los antiguos rituales incluían la quema de muñecos que simbolizaban el mal y la muerte asociados al invierno, cuya purificación permitía la renovación de la vida y la naturaleza, dotada de nuevo significado con la llegada del Cristianismo.

LINARES DE LA SIERRA

En el Concilio de Nicea, en el año 325, la iglesia decidió celebrar la Pascua de Resurrección el domingo siguiente al primer plenilunio, y a partir de entonces la quema del mal, se convierte en la quema del Judas, personaje negativo por excelencia en el Cristianismo.

Desde entonces pasó a representar el discípulo traidor, Judas Iscariote símbolo del mal, cuyo castigo simbolizaba la superación del pecado. De tal manera, la fiesta permitía presentar y vivir de una forma sencilla el significado litúrgico de la Pascua.

Se trata de una fiesta celebraba en decenas de pueblos andaluces reflejada en el Atlas de Patrimonio Inmaterial de Andalucía y su significado es simbólico de justicia popular, según este atlas antropológico.

De esta forma «el pueblo expresa sus quejas y descontentos con relación a los acontecimientos políticos y comportamiento de figuras públicas y funcionarios del estado, de igual forma trata de dar finiquito simbólico a la cuaresma para garantizar su resurrección el próximo año. El motivo original es recordar la traición de Judas a Cristo, y simbólicamente alude a la traición del personaje escogido para ser el Judas, a su pueblo, comunidad o hasta el país».

Esta fiesta se celebra el Sábado Santo o Domingo de Resurrección en diferentes poblaciones andaluzas entre otras Fuente Obejuna, Aldea Cuenca, Ojuelos, Adamuz, Espiel, Morente, Pedro Abad, Posadilla, de Córdoba y en Sevilla en Coripe, Algámitas, Villanueva de San Juan, Almadén de la Plata, Algámticas y en otras provincias como en Linares de la Sierra, Huelva o en el Valle del Zalabí, Granada.

En Villanueva de San Juan desfila el Resucitado y la Virgen de los Dolores, patrona de la localidad, y además se celebra la Fiesta del Huerto con recreación de un huerto en la Plaza del Pueblo, en el cual se subastan públicamente alimentos y animales para sufragar los gastos de la actividad, y la Quema del Judas, pelele de trapo confeccionado por la asociación de mujeres.

El sábado comienza la preparación del «Huerto» en el centro del pueblo, vertiendo ocho o diez lomos de arena en la plaza y se le plantan lechugas, cebollas, calabazas. Los hombres se encargan de traer la tierra para poner los «lomos» que simulan la cosecha del huerto. Traen los productos que se exhiben y subastan.

Los hombres van a buscar el chopo más alto al campo y dejan preparado en la tarde antes del Domingo de Resurrección el mástil donde será quemado el Judas. El sábado pasean al Judas en una burra por todo el pueblo, acompañados de la banda de música, hasta que es colgado del chopo o eucalipto erigido en la plaza para recordar el momento en el que Judas se quita la vida.

Acto seguido, los participantes se colocan alrededor del huerto creado con la intención de rememorar los pasajes bíblicos propios de este día y se inicia una subasta pública de productos del huerto y animales que los mismo vecinos ceden para recaudar fondos destinados a la hermandad organizadora.

Las madres de los niños del último curso de Secundaria en el Colegio Irippo de Coripe (Sevilla) las que deciden en secreto quién es el personaje que se quema cada año. Ellas organizan la fiesta como una manera de recaudar fondos para un viaje de fin de curso de sus hijos.

En Almadén de la Plata , Sierra Norte, los Judas o «Júas», simboliza el suicidio y castigo del apóstol traidor. Se desarrolla el Domingo de Resurrección a la hora en la que, litúrgicamente, se establece el momento de la resurrección.

Los preparativos de la fiesta comienzan en las semanas anteriores al Domingo de Resurrección, cuando las familias o grupos de vecinos, generalmente correspondientes a la calle o a la manzana, se reúnen para empezar a confeccionar los muñecos que se colocarán por las calles del pueblo. Se trata de muñecos de trapo, en la mayoría de los casos del tamaño de una persona, confeccionados con diversos materiales, como tela, lana, escayola, paja, goma espuma, serrín, cartón madera, materiales de desecho, pintura de colores, etc.

Los muñecos suelen representar a algún personaje local o escenas de vida del pueblo, en tal caso van acompañados de alguna escenografía, y van acompañados de un cartel con un texto en rima cuyo contenido satírico y de critica suele hacer referencia a la situación política y social del momento.

Algámitas

En  Coripe la fiesta empeiza tras la finalización del recorrido procesional del paso de Jesús Resucitado.  Aquí el monigote representa al personaje más impopular de año, elección que realiza la asociación de padres local, los vecinos y los alumnos del colegio del pueblo.

Es tiroteado por los escopeteros, con munición de fogueo, hasta que arde y se quema totalmente, mientras los asistentes vituperan al muñeco y lo que representa. En la misma plaza, se monta un huerto que simboliza el Huerto de los Olivos.

Una vez que el Resucitado pasa por el huerto, se recoge en la iglesia, momento en que los cabezudos van en busca del Judas y lo cuelgan para su quema, desapareciendo de la escena para dar paso a los escopeteros.

La dramatización y ritualización del castigo actúa como catarsis colectiva, contribuyendo a renovar año tras año el sentimiento de colectividad y ciudadanía, reforzando su identidad cultural y territorial.

El debate sobre el personaje a representar se desarrolla a lo largo del año y en él participan tanto los alumnos del colegio, como las familias, los vecinos y los representantes del ayuntamiento. Una vez logrado cierto consenso sobre el personaje que encarnará el Judas, se empieza a confeccionar el muñeco.

En Pedro Abad, Córdoba, a los Judas se les incorpora un falo de enormes dimensiones y son 27 los Judas sacrificados en las calles de esta localidad del Alto Guadalquivir donde Noche de la Quema de Judas es una tradición recién recuperada. Todos los barrios de este pequeño pueblo cordobés tenían un Judas para quemar y entre el jolgorio de la gente van quemándose uno tras otro. Comienzan en la sede de la hermandad de la Virgen de los Dolores, lugar donde concluye entre abrazos y tertulias entre familiares y amigos.

Procesión del Resucitado. Villanueva del Duque. Los Pedroches. Córdoba.

En otros pueblos sevillanos como Castilblanco de los Arroyos, los judas se queman durante la fiesta de la Candelaria.