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La rapiña del dinero de los españoles que morían en las Indias: cuando las herencias «se perdía»

SABER MAS HISTORIA. Aprender de la Historia sirve para no repetir los errores y ayudarnos en el presente. Aprender historia cultiva la curiosidad y despierta nuestro entendimiento hacia los procesos sociales.

El Alférez de Marchena Diego Cardoso, murió en la ciudad de Santo Domingo en 1623, y nombró a su primo hermano el maestre Luis Cardoso, vecino de la ciudad de Puerto Rico, como «tenedor» de sus bienes «por la cobranza de ellos», para que los entregara en Marchena a su madre Felipa López, en total dieciocho mil ducados. Sin embargo el primo no había entregado el dinero a Felipa López por lo que ésta acude a la justicia.

El Estado intervino a través de las Leyes de Indias regulando el proceso de entrega de los bienes de difuntos, los españoles que morían en América para «evitar la rapacidad y mala fe de depositarios e intermediarios en la ejecución y venta de dichos bienes, que hacía que el importe jamás llegara a sus legítimos dueños». Además el Rey era el encargado de ejecutar las obras pías que dejaban en sus testamentos los difuntos y se quedaban con el dinero, si no aparecía el legítimo dueño o si no dejaban legítimos herederos.

Todo esto aparece regulado desde la ordenanza de 26 de agosto de 1504 hasta la Recopilación de las leyes de Indias de 1681, expresa Francisco Fernández-López de la Universidad de Sevilla, en su estudio. El procedimiento y los expedientes de bienes de difuntos en la Casa de la Contratación de Indias (1503-1717).

Domingo Correa, hijo de Felipa López, acredita por escrito que ésta era madre de Diego Cardoso, hijo de su primer marido, Gaspar Cardoso, vecinos de Marchena, Sevilla, cuya herencia había aceptado, tal como aparece en el documento del Archivo General de Indias, de Bienes del Difundo Diego Cardoso CONTRATACION,953,N.2,R.11.

El hijo de Felipa, Domingo Correa describe que el maestre Luis Cardoso, debiendo dar cuenta de la herencia «a mi madre» y entregar los bienes a los albaceas, «no lo ha hecho, antes la ha tenido entretenida, diciéndole que le pagaría y entregaría toda la herencia, solo con ánimo de irse y ausentarse de la ciudad sin dar dicha cuenta, y habiendo pagado partidas de poca consideración«. Por ello Correa teme que quiera marcharse a las Indias, teniendo constancia que había cobrado 9000 ducados en metálico, si bien no se tenía constancia de que tuviera el dinero «en esta ciudad» con lo cual se vería «defraudada de su devengo» por lo que pide al juez prenderlo antes de que se vaya a América de nuevo sin pagar.

En un escrito de 1623 Luis Cardoso dice ser vecino de la ciudad de Puerto Rico, y haber recibido el encargo de su primo Diego Cardoso de ser tenedor de los 18.000 ducados de su herencia, siendo albaceas el Capitán Diego Madera y Juan Bautista Ximénez, los cuales dice Luis Cardoso que tenían el dinero desde la muerte de su primo Diego por lo que en su escrito suplica que le den el dinero.

El siete de Octubre de 1623 la Audiencia, ordena se le entreguen «todos los bienes que quedaron por fin y muerte del Alferez Diego Cardoso» a su primo Luis Cardoso.