La restauradora Paloma Maza recupera dos tallas de gran valor, repuestas al culto en San Miguel
José Antonio Suárez López
Ayer fueron bendecidas y repuestas al culto en San Miguel las imágenes de San Pedro y San Pablo, en el día de su festividad, dos imágenes olvidadas y que estaban en un pésimo estado, que se han revelado como tallas de gran valor y que han sido así rescatadas a través de fondos de arte sacro de la Junta de Andalucía, restauradas en Marchena por Paloma Maza desde el pasado Enero.
«La restauración se inició el pasado 15 de enero y la fecha de finalización ha sido el 14 de Junio. Un mes y medio han estado fuera en Carmona en un taller haciéndose o tratamiento de gases inertes porque tenía un ataque muy fuerte de xilófagos. Las tallas volvieron aquí la primera semana de Marzo creo recordar y han sido restauradas en San Andrés con permiso del Arzobispado» explica la restauradora Paloma Maza.
Esta restauradora marchenera ejecuta actualmente tres intervenciones dentro del programa de Arte Sacro de la Junta de Andalucía, además de las dos tallas de Pedro y Pablo del templo de San Miguel, el San José de Duque Cornejo, que se restaura actualmente en el templo de San Juan, y el altar del Niño Hermoso del convento de San Andrés cuya restauración se prolongará hasta Septiembre. Además dentro de este programa se están restaurando el dosel del Cristo de San Pedro y la túnica de Esparragosa de Jesús Nazareno, 1802.
Restauración del altar del Niño Hermoso de San Andrés.
Además en breve se pondrá en marcha una nueva fase de este programa de Arte Sacro para el que se están definiendo los proyectos y restauraciones que se ejecutarán en nuestra localidad en el que tendrán un papel protagonista las hermandades.
El dosel del Cristo de San Pedro se está restaurando en los talleres sevillanos de Cyrta.
Las tallas de San Pedro y San Pablo han sorprendido por su gran calidad, a pesar de tratarse de tallas secundarias de un altar, manifestado en los pliegues de las ropas y la expresividad de sus rostros. Una vez entregadas las obras, continúa la investigación histórica, que está llevando a cabo el Licenciado en Historia del Arte Manuel Antonio Ramos. La iglesia de San Miguel fue reconstruída en el XVIII tras el terremoto de Lisboa y sus altares pudieron venir de otros tempos. De momento se desconoce su autoría.
«La analítica muestra una policromía compatible con el siglo XVII o principio del XVIII por el tipo de molienda de pigmento, etc. Están bastante bien hechas, quien la hizo dominaba mucho la técnica. Por detrás se ven los tacos de madera ensamblados, hay distintos tipos de madera porque claro están hechas para verse en el frontal» explica la restauradora.
Una vez restauradas las piezas volverán a su altar original, el de Santa Ana, que se encuentra también en muy mal estado, por lo está entre las posibles futuras restauraciones. «Santa Ana se adivina que es una talla bastante interesante también, pero está muy desvirtuada por los repintes y barnices. No está seguro al 100% de que de que las tallas de San Pedro y San Pablo pertenezcan originalmente a este retablo» explica la restauradora.
También se encuentra avanzada la restauración de la talla de de San José de Duque Cornejo, de San Juan que ejecuta Paloma Maza, desde el pasado Marzo, tras un tratamiento anti xilófagos por espacio de un mes. Duque Cornejo trabajó en Marchena en el titular de la hermandad de los carpinteros San José, entre 1731 y 1732 nombrado en 1733 escultor de cámara de la reina Isabel de Farnesio , hijo de José Felipe Duque Cornejo y Francisca Roldán hija del escultor Pedro Roldán. Duque Cornejo era pues nieto de Pedro Roldán quien hizo el San Miguel de la parroquia del mismo nombre en Marchena.
Ya en 1715 Balbás manifestaría su voluntad de involucrar al Duque Cornejo en la obra de la sillería de coro de la parroquia de San Juan Bautista de Marchena, «por ser el mas ynteligentte que ai en esta ciudad», aunque finalmente el concurso lo ganaría el equipo formado por Juan de Valencia y Miguel de Perea. Valencia la construyó entre 1715-1717 y aceptó incluso como parte del pago las sillas ya realizadas por Balbás, que presiden el conjunto. Balbás viajó a México para realizar el coro de la catedral metropolitana.