Cervantes, Pío Baroja, Camilo José Cela y muchos pasaron por Marchena a lo largo de los siglos dejando sus impresiones en libros de viajes o en inmortales novelas. Los escritores de raza y los antiguos viajeros venían a Marchena a pié o a caballo.
Los escritores venían con la actitud de aprender mezclándose con el labriego y la gente sencilla, de comer en su mesa y de aprender de ellos, las cosas auténticas y alejarse de las grandes catedrales o palacios. En estas rutas literarias y de viajeros, los mesones eran el lugar ideal para su trabajo.
Somerset Maugham
Camilo José Cela, premio Nobel y escritor comió un potaje de garbanzos en la Posada de los Caballeros que se ubicaba en la Plaza Vieja, en el número uno de la calle de los Mesones con la calle San Miguel. De esta posada conservamos una fotografía al paso de la Virgen de la Palma que salió por vez primera en 1970.
Josefa Baena Romero, marchenera de 60 años y hoy residente en Aljaraque, Huelva, nos confirma que la posada pertenecía a sus abuelos Antonio Baena y Encarnación Mata, y estuvo funcionando hasta mediados de los años setenta, cuando el solar se vendió se construyeron pisos donde luego funcionó el estudio fotográfico Avalos. Esta familia regentó además una empresa de transporte, que aparece anunciada en el azulejo del antiguo Quiosco Pololo como Transportes Baena.
La posada de la familia Baena, llamada según Josefa de El Caballero o de Los Caballeros, fue la última superviviente de los históricos mesones de la calle de los Mesones, donde también aparecen a lo largo de la historia El Mesón del Angel, El Mesón de las Animas, o el Mesón de la Fuente de la Ventilla. Todos éstos mesones alojaban a las personas que pasaban por el pueblo como el propio Cervantes y su tropa, o como Murillo del que se se conserva una factura de lo que pagó y comió.
Camilo Jose Cela conocido como Don camilo cuando recogió el Nobel de Literatura
La Plaza Vieja en los años cincuenta cuando Cela pasó por ella era una plazuela popular donde vivía el propio Pepe Marchena, Monasterio, el taxista, Rafael Ruiz Aranda, el talabartero que además tenía en la plaza una taberna con futbolines .
El último de éstos visitantes ilustres fue Camilo José Cela que dejó escrito en su libro «Primer Viaje Andaluz» 1959, sus impresiones de su paso por Marchena alojándose en la posada de Los Caballeros o de los Baena. Cela venía andando desde Ecija hasta Marchena, cruzó el Corbones recorrió sus calles a pie y luego se fue para Carmona. En su libro dice que pasó miedo, porque los campos entre Marchena y Carmona estaban llenos de toros.
Camilo José Cela en sus tiempos de mochilero por Andalucia