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La ruta de los Milagros, un recorrido por la vida de los curanderos de la Sierra Sur de Jaén

En la Sierra Sur de Jaén, se puede visitar una ruta única y diferente. La Ruta de los Milagros en torno a los famosos curanderos que aqui llaman santos como el Santo Custodio, nacido en 1885 en La Hoya del Salobral, el Santo Luisico el más antiguo y el Santo Manuel.  Los tres contribueron a poner en el mapa la comarca de Frailes, un pueblo perdido.

La casa del Santo Custodio, en la aldea es hoy un lugar de peregrinación internacional, propiaciado por el periodista británico Michael Jacobs, quien vivió aquí e investigó el fenómeno de los curanderos de la zona. «Cuando llegas a un sitio tan salvaje como éste comprendes por qué sus habitantes aceptan tan de buena gana el curanderismo».

El origen del curanderismo en la Sierra Sur de Jaén se entiende mejor considerando el contexto geográfico y socioeconómico de la región. Esta comarca, caracterizada por su geografía montañosa y población dispersa en pequeñas pedanías y aldeas, presentaba históricamente un nivel de vida bajo, con escasez de servicios públicos, especialmente en el ámbito sanitario y educativo.

Frailes Jaén.  QUE VER EN FRAILES Patrimonio Cultural: Frailes cuenta con una rica herencia cultural. Puedes visitar la plaza del Nacimiento, que alberga un antiguo lavadero, y la Plaza de Toros, un lugar histórico por donde pasaban los toros bravos durante la trashumancia. Además, la Parroquia de Santa Lucía Mártir, construida entre 1555 y 1576, y la Ermita del Calvario son sitios imprescindibles para apreciar el legado arquitectónico y religioso del pueblo.

EL ORIGEN DEL CURANDERISMO

Los curanderos y «santos» asumieron un papel importante en la comunidad debido a la falta de servicios médicos adecuados. Los curanderos y santos de esta región,  ofrecían consejos espirituales y actuaban como mediadores del poder divino. Sus métodos de sanación eran variados, incluyendo imposición de manos, soplos, bendiciones, y otros rituales. Estas figuras se convirtieron en consejeros y confesores en la vida diaria de sus seguidores.

Un médico de la región llamado Manuel Amezcua fue el primero  en estudiar a fondo el tema, considerando que los curanderos tenían una aceptación más amplia en esta comarca  donde tenían un aspecto religioso y místico y lejos de ser fenómenos aislados, están profundamente arraigadas en las creencias y la cultura de la región, y han coexistido e interactuado con la medicina oficial. De hecho el Santo Manuel era erquerido desde pueblos de toda Andalucia, llegando a venir a Marchena y comarca en más de unaa ocasión. 

El curanderismo está documentado en la región desde el siglo XV y su origen según muchos estudios está en los moriscos que se quedaron tras las sucesivas expulsiones, viviendo como marginados en medio de una meidicina cristiana que era entonces pocos menos que un conunto de creencias y ensalmos religiosos católicos, con referencias constantes al nombre de Jesus, unido a lo que habían aprendido de los médicos judíos musulmanes cuya medicina siempre fué mucho más avanzada.

Bien sea por motivos religiosos, sociales, o económicos lo cierto es que los moriscos que se quedaron, desarrollaron una medicina alternativa basada en el conocimiento de las  plantas, la naturaleza, y la observación del mundo que les rodeaba. Así que el peregrinaje a las tumbas y lugares donde vivieron estos santos laicos, se parece bastante al culto a los santos sufíes andalusíes en torno a las zawiyas, y que aún se conserva en Marruecos hoy. 

TIPOS DE CURANDEROS

Amezcua identifica cuatro tipos de curandoreos, los que usan oraciones o conjuros para curar afecciones tan comunes como un dolor de muelas, como los que encomtramos en libros de medicina del Doctor Chirino fechado en finales del siglo XV «Chirstys vincit, christus regnat, Dios te libre de todo mal, se decía mientras se hacía la señal de la cruz varias veces. De esta forma es Dios el que cura elimiando al diablo. Esto y un exorcismo tiene ciertas similitudes. 

Ese mal diabólico solía tener  un origen en el mal  por eso los presuntos “sabios”, eran  como médiums a quienes la gente acude para quitarse de encima el “mal de ojo” y otras maldiciones. Esta es la esencia de la medicina del siglo XV.

El libro de Manuel Amezcua sobre los curanderos de la Sierra Sur de Jaén se titula «Prácticas y creencias de los «santos» y curanderos de la Sierra Sur (Jaén)

Los hay que supuestamente quitan dolores que trabajan con  plantas medicinales. Por último están los “santos”, sanadores predestinados a serlo por voluntad divina, que ejercen como intermediarios entre lo terrenal y los reinos sobrenaturales.  Aún quedan algunos cerca de Marchena.  Cuentan con toda la parafernalia de los católicos piadosos, pero no han sido reconocidos por la Iglesia. Tal vez por eso hay tanto secretismo alrededor de su culto. Amezcua confiesa que lo amenazaron de muerte si no abandonaba sus investigaciones. 

EL SANTO LUISICO

El primero de los tres santos de la comarca de  Frailes, Luisico fue un pastor que una noche no volvió y sus padres salieron a buscarlo y se lo encontraron jugando alegremente, pero transformado por una supuesta aparición divina.

Desde entonces sus poderes especiales le hicieron famoso y la  gente viajaba desde lejos para pedirle ayuda.  Notaba inmediatamente lo que les pasaba sin que abrieran la boca y no cobraba. Los regalos que  le  hacían los entregaba a  los pobres.  Existe la creencia de que  el dinero y la avaricia matan el don especial envilenciendo a  la persona que lo porta. 

Sus milagros trataban de responder gran parte para responder a los que le perseguían o dudaban de él, como cuando intentaron matarlo con un cigarro envenenado. Se sentaron a verlo encender el cigarro y él cortó el trozo emponzoñado y se fumó tranquilamente.

Fue denunciado por unos médicos, y dos agentes de la Guardia Civil fueron a arrestarlo. Se quedaron literalmente pegados a sus asientos y fueron incapaces de moverse hasta que él decidió que estaba listo para acompañarlos. Más tarde, cuando ya lo habían llevado al cuartelillo de Valdepeñas, los dos guardias civiles huyeron al ver que un crucifijo reemplazaba misteriosamente la marca garabateada en el documento que le habían obligado a firmar según cuenta  Michael Jacobs en su libro de viajes por la comarca de Frailes llamado La Fábrica de la  Luz.

Jacobs llegó a Frailes tras conocer en uno de sus frecuentes viajes por  Europa a dos australianos cuyo hijoo había sido curado por el Santo Custodio, con  la misma descripción que luego oyó en su  visita al  pueblo de Jaén. Como si de un nuevo Jesus fuera le dijo levántate y anda, y anduvo y quedó curado. 

En la casa  de Luisico, Jacobs  vio una foto del Santo Luisico, bendiciendo al Santo Custodio.  Luisico, de pie y frente a él «un pastorcillo mal dibujado llamado Custodio Pérez Aranda. En el suelo, entre ambos, estaba el sombrero del primero, inclinado hacia el espectador. Si miras de cerca el sombreo se ve el rostro del Custodio de adulto». 

La familia del santo Luisico cuenta que dos años antes de su muerte, durante la visita del joven Pérez Aranda los dos habían conversado durante horas y establecido una relación tan especial que, cuando el chico le besó las manos al santo, éste le besó las suyas. Quienes presenciaron esa escena supieron entonces que el santo Luisico había encontrado a su sucesor, la persona que un día heredaría sus poderes y se convertiría en el santo  más reverenciado de todos. 

SANTO CUSTODIO 

La Hoya del Salobral, también conocida como la «Joya de Custodio» es una pequeña pedanía perteneciente al municipio de Noalejo, en la Sierra Sur de Jaén.

Nacido en 1885 en La Hoya del Salobral, cerca de Frailes y fallecido el 15 de agosto de 1960, fiesta de la Ascensión, Custodio curaba frotando la espalda de una persona y garabateando en hojas de papel de fumar que luego el paciente se tragaba. Tenía en su contra a los médicos, nunca aceptaba dinero y estaba siempre dispuesto a obrar un milagro para desconcertar a los escépticos.

Junto a unas rocas de La Hoya del Salobral, está la  casa y la  cueva donde rezaba Custodio y hoy ha surgido una aldea, y un manantial del que dicen que sus aguas son benéficas. El centro de la aldea lo ocupa una estatuilla en bronce del Ángel Custodio en conmemoración de Custodio Pérez Aranda justo enfrente de la casa que le había visto nacer y morir.  A todas horas se ven mujeres llenar sus garrafas de agua bendecida con la protección del santo Custodio.

Los relatos de las curaciones de Custodio son similares a esta. Al enfermo «lo llevaron a La Hoya a lomos de un asno y, cuando llegó. el santo Custodio, sin preguntar qué le pasaba, le dijo «bájate del asno y verás que caminas otra vez como antes». Y eso fue exactamente lo que sucedió» tal y como lo cuenta en su libro Michael Jacobs.

Su casa, situada en la arteria principal de esta pequeña aldea, es hoy lugar de peregrinación que abre sus puertas todos los domingos del año para que los fieles del Santo puedan dedicarle sus plegarias.

La Fuente de la Hoya está presidida por la imagen del “Santo Custodio», y su agua se considera como “milagrosa” ya que el “Santo Custodio», a las personas que venían a verle para curarse, les pedía que bebieran de esta fuente “santa”; por eso no es raro ver a personas llenando garrafas de “agua milagrosa» en sus caños.

Una cueva en la roca donde rezava Custodio tiene un crucifijo adornado con cintas y flores. Una inscripción grabada recuerda que aquélla era la cueva donde el santo Custodio «iba a rezar y a meditar». Una escalerilla bajaba al fondo, donde aquellos a quienes el santo había curado habían dejado velas encendidas y ofrendas y retratos.

Antes en esta aldea no había nada pero la iglesia construyó  en 1966 una ermita dedicada  a la Virgen  de  la Cabeza y la aldea creció con las hermandades que vienen a la romería en Abril en la que participan más de diez mil personas. La romería, por supuesto, no es más que un pretexto para rendir homenaje al santo Custodio. El culto a Custodio todavía es muy secreto.

Tumba del Santo Custodio en Noalejo Jaen.

Junto a la capilla hoy se venden objetos con la efigie del santo Custodio: llaveros,  pegatinas para el coche, cofres en forma de corazón, recipientes de cerámica, medallones con el rostro del santo en el anverso y la Virgen de la Cabeza en el reverso.

Su sucesor el santo Manuel vivía en un pueblo cercano a Alcalá y allí murió en 1982 y nadie sabe quién heredó sus poderes. Este Santo Manuel vino por Marchena en alguna ocasión e imponía sus manos y curaba a través de estaimposición de manos.