La torre de Santa María, una obra de gran belleza de Hernán Ruiz II
José Antonio Suárez López
La torre de Santa María de Marchena es una obra de gran belleza de un gran maestro, Hernán Ruiz II, (Córdoba 1514- Sevilla 1569) Maestro Mayor de obras del Arzobispado de Sevilla, quien trabajó en ella -con genio y maestría- en 1567, al mismo tiempo que trabajaba en la Giralda, tal y como expone Alfredo J. Morales en su trabajo para el laboratorio de arte hispalense de 1995.
Con él trabajaron una serie de colaboradores habituales de Ruiz en la catedral sevillana, tales como el herrero Cosme de Sonibas que hizo «un harpón e cruz», piezas metálicas para el remate del campanario por las que percibió 4.746 maravedís. Gaspar López, vecino de Sevilla trajo las maderas para los andamios, mientras los canteros Pedro Francés y Juan Ruiz labraron «los cartones para la torre».
Según Alfredo J. Morales la torre de Marchena ha perdido los remates, que coronaban el segundo cuerpo, que contribuían a enriquecer plásticamente el conjunto.
Los hermanos Juan y Lorenzo Rodríguez, canteros que trabajaron en la Capilla Real hispalense, labraron los sillares para el campanario de Santa María de la Mota en 1567, junto con el cantero Juan de Ochoa, y Gonzalo Linar los cuatro sevillanos además de los tejeros Juan de Estepa y Antón Sánchez, vecinos ambos de Marchena, por diversas partidas de ladrillos para dicha obra.
Dos de las hijas de Hernán Ruiz II se casaron con Jerónimo Hernández y Andrés de Ocampo.
El ceramista sevillano Luis de Orellana, suministró los azulejos y espejos de cerámica vidriada de la torre 19 . Otro tanto ocurre con el cantero Gonzalo Linar, quien junto a Juan Rodríguez y Juan de Ochoa aparece labrando cantería para el campanario.
Los maestros albañiles Diego López Pavón y Juan de Morales cortaron y prepararon los ladrillos y azulejos, junto con sus ayudantes.
Hernán Ruiz II hizo además la torre de Santa Cruz de Ecija, las torres de San Felipe y San Pedro, de Carmona, llamada la Giraldilla, San Miguel de Morón y Santa María de Mesa de Utrera. Además de trabajar en la catedral de Sevilla, hospital de las Cinco Llagas, Puerta de la Macarena, Puerta de Jerez, Ayuntamiento de Sevilla, San Jerónimo, Anunciación, San Agustín, San Pedro y la Cartuja en Sevilla.
Los sillares fueron traídos de Morón y de Osuna y la cal se encargó a Cristóbal Rodríguez tal como aparece en el Libro 3° de cuentas de San Juan de 1566 asta 1568.
La torre de Santa María es una muestra del grado de maestría y especialización sobre campanarios desarrollado por Hernán Ruiz el Joven, adaptándose a los condicionantes, con un mismo lenguaje pero sin repetirse.
Por los asientos del archivo parroquial de San Juan sabemos que previamente, el mismo maestro trabajó en las torres de San Juan y San Miguel, sin que se conozcan detalles de su intervención. En los libris dic e que Hernán Ruiz «vino a visitar la torre de San Juan e San Miguel». En 1567 se proyectaba ampliar el templo aunque solo fue un proyecto irrealizado.
En el lado sur puede verse escudo de azulejos de Luis Cristóbal Ponce de León, Duque de Arcos, por ser este el frente de la torre visible desde el palacio.
Su experiencia en resolver los problemas compositivos se había incrementado, como consecuencia de su trabajo en la Giralda, que aún no había concluido cuando inició el campanario de Marchena. El arquitecto construyó un cuerpo de campanas sobre una torre preexistente.
La torre de Santa Maria destaca por su esbeltez, -tiene cuatro metros por cada lado-. Tiene con una base de sillares, similares a los de la portada gótica, y encima una superposición de cajones de tapial medieval, con ladrillos en sus ángulos.
El remate del campanario de Santa María con una media naranja cubierta de azulejos recuerda al que Hernán Ruiz diseñó unos diez años antes para la torre de San Lorenzo de Córdoba.