Un lienzo de la Virgen de Guadalupe del pintor mexicano Antonio Torres Beltrán, puede verse en el edificio de la Casa Hogar, casa palacio del siglo XVIII que hoy alberga la Escuela de Hostelería de Marchena (ciclo formativo de cocina del IES Isidro Arcenegui) que abre su comedor al público cada jueves del curso escolar como parte de las actividades formativas del alumnado. El lienzo esta firmado por el propio autor y fechado en México en 1726.
Esta casa palacio construida en el XVIII fue a manos del matrimonio entre Juan Ternero Olmo (+1866) con Carmen Benjumea Vecino, nacida en La Puebla. Su hijo fue Agustín Ternero Ibarra Alcalde de Marchena, vicepresidente de la Diputación, Diputado en Cortes y Senador por la provincia de Sevilla 1914, 1915, 1921-1922, 1922 por el Partido Coservador.
Según Lázaro Gila Medina el pintor mexicano o novohispano Antonio de Torres es hijo Tomás de Torres y Lorenzana y María Beltrán de los Reyes nacido en 1667 y bautizado en ciudad de México.
La tradición de pintor le viene de su tío Antonio, hermano de su madre María Beltrán de los Reyes–, llegaría a ser un pintor famoso y sus primos hermanos Nicolás (1667-1734) y Juan Rodríguez Juárez (1675-1728) fueron tambien pintores.
Pertenecía a los terceros franciscanos seglares y su producción se centra en grandes series de pintura religiosa, especialmente para los franciscanos y los jesuitas y sus pinturas de la Virgen de Guadalupe se hicieron célebres en los conventos españoles en torno a 1697, cuando alcanzado el grado de maestro pintor, era conocido en México y España. También se sabe por su testamento que también hizo esculturas especialmente por encargo de conventos franciscanos.
Era devoto de maría de Jesús de Agreda y de la Virgen de Guadalupe, a la que donó fondos cuando pasó una grave enfermedad en 1723, cuando hizo testamento, pensando que iba a morir dejando fondos para el altar de la Virgen de Guadalupe. Pero se recuperó, y poco después murió su mujer y él pinta una gran serie dedicada a la Virgen de Guadalupe antes de morir en 1731.
Pintura conservada en Marchena.
Su relación con la Virgen de Guadalupe venía de antes. Junto a otros importantes pintores de su tiempo en 1722, fue elegido para analizar la tela basta de indios donde está pintada la Virgen de Guadalupe de ciudad de México.
En Andalucía Joaquín González Moreno recoge la presencia de diez pinturas de este autor. Ocho de ellas van firmadas y fechadas –en un arco cronológico comprendido entre 1716 a 1730–, y las dos restantes firmadas pero sin fechar.
En estas obras Guadalupanas, orlada por una exquisita guirnalda de flores y angelitos; en cada ángulo abre una ventana, a modo de rocalla, donde recrea cada una de las cuatro escenas de las apariciones de la Virgen al indio san Juan Diego y en la parte inferior, justo en el centro, abre otra gran ventana, ahora rectangular, para recrear la gran explanada y la antigua basílica, asentada en las faldas del Cerro del Tepeyac, obra del gran arquitecto Pedro de Arrieta, cuya consagración al culto tuvo lugar el primero de mayo de 1709.
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Cerro del Tepeyac donde la Virgen se apareció a un indio