Hasta ahora se sabía que varias hermandades nazarenas de Sevilla provincia tenían costumbres peculiares, que las hacían única, tradiciones centenarias conservadas, de forma aislada y sin aparente conexión entre sí. Las mismas hermandades no sabían cual era su origen y a que patrones obedecían de modo que muchas se han ido perdiendo.
La mayoría de las hermandades de Nazarenos tuvieron a lo largo de la historia Mandatos o Sermones de Pasión imitando el que hacía en la Plaza del Duque la Madre y Maestra Hermandad del Silencio de Sevilla, hasta el XVIII cuando lo pierde al crearse la carrera oficial.
Pero una investigación de Vicente Romero ha encontrado patrones comunes en estas tradiciones o peculiaridades en la provincia sevillana formando parte de ocho rituales con una serie de pregones, que iban narrando la pasión de Cristo. Unos se han conservado en uno pueblos y otros en otros, pero el Sermón de Pasión que mejor se conserva y el único que aún conserva la Bendición de Jesús es Marchena.
La mayoría nacen a raíz del Concilio de Trento ante la necesidad de dar a conocer al pueblo el mensaje de Cristo. Ocurría que nadie apenas conocía lo que decían las escrituras. Las misas eran en latín, que casi nadie entendía, la gran mayoría no sabía leer así que el Viernes Santo, el día central de la Semana Santa era el momento idóneo para narrar la Pasión de Cristo con las imágenes de forma que todo el mundo entendiese.
En algunos pueblo como La Puebla se conserva el sermón de Judas, en otros como Gilena se conserva el lavatorio, en Alcalá de Guadaira se conserva el encuentro en el Monte Calvario que se refleja en un vídeo de 1920.