Mafias que extorsionaban a los poderosos por su obsesión con la «limpieza de sangre»
José Antonio Suárez López
La España del XVII le daba tanta importancia a la limpieza de sangre, que esta obsesión deriva en la creación de mafias de expertos que chantajeaban a los poderosos a cambio de ocultar a sus antepasados moriscos o judíos.
Según Salazar de Mendoza en su Crónica de el Gran Cardenal de España…, p. 470. estos estatutos de limpieza de sangre existían por «la gente noble han sido los que han favorecido los Statutos, (de limpieza de sangre) amparándolos, defendiéndolos, y los que los tienen en pie».
Entre ellos estaba Salazar de Mendoza que escribió la Crónica de los Ponce de León por encargo del líder la casa de Alba que en ese momento necesitaba blanquear su pasado judío. Y lo hace afianzando su parentesco con la casa de los Ponce, que era mucho mejor vista en ese momento.
Así en tiempos del Duque de Arcos Rodrigo Ponce de Leon Toledo, hijo de Luis Cristóbal y de Maria de Toledo que funda dos conventos junto al Palacio Ducal, tiene necesidad de blanquear su rama judía, la de su madre. En 1620 Pedro López de Ayala comendador mayor de Castilla, encarga a Salazar Mendoza experto en genealogía y canónigo de la Catedral de Toledo pero no quedan satisfechos y no le pagan, encargando una segunda crónica al fraileFranscisco Rades de Andrade.
Por esto Salazar se ganó enemigos poderosos como la familia de Juan Chacón quien después que el cronista encontrara entre sus antepasados una esclava morisca afirma que el genealogista «era mal hombre y mala bestia” y lo denuncia tras quedarse sin un cargo.
Otro poderosos Juan Ruiz de Alarcón, acusa a Salazar de ser un corrupto linajudo en 1622 y de ser jefe de una cuadrilla que tenía tiranizado a Toledo y que «ellos han de dar y quitar hábitos, colegios, iglesias» (33 A.H.N., Órdenes Militares, Alcántara, exp. 1334).
TOLEDO, UN APELLIDO JUDÍO EN LA CASA DE ALBA
El problema con los Toledo de la Casa de Alba es que su pasado era notablemente judío en la ciudad del Tajo. Francisco Álvarez de Toledo Zapata (h. 1450-1523) se libró de ser condenado por el apoyo del Papa Julio II y de Diego Deza, arzobispo de Sevilla e Inquisidor General en 1507. Su matrimonio con los Ponce les ayudó a cristianizar su pasado judío.
Palacio de Dueñas. Casa de Alva. Sevilla.
Un hermano del Duque de alba Francisco Alvarez de Toledo Zapata, –Antonio-, nombrado Marqués de Cedillo, en 1496, se casó con María Ponce de León, hija de Luis Ponce de León engendrando a Eugenio II conde del Cedillo e Isabel. Maria Alvarez de Toledo y Figueroa, (1490-1546) se casa con Luis Cristóbal Ponce de León, para cuya boda se reformó el Alcázar medieval de Marchena para convertirlo en un lujoso palacio renacentista y se construye el famoso mirador de la Duquesa.
Pese a su pasado judío o quizá por ello, eran favorecidos por el balido del rey Conde Duque de Olivares, quien dejó abierta la puerta de España a los conversos de Portugal quienes se establecen principalmente en Sevilla y Provincia.
Básicamente para reconstruir la historia de los linajes, se establecían unos comités en los que autoridades religiosas preguntaban a los más viejos del lugar que cual era su fama en el pueblo y llamaban a unos testigos, con unos testimonios preparados y acordados de antemano. Según Soria Mesa, un gran porcentaje de expedientes de limpieza de sangre eran falsos.
Según Soria Mesa, Salazar de Mendoza «no tenía reparo en mentir (…) especialmente sobre los que usaron del toponímico» Toledo» que incluye entre la nobleza cristiano vieja siendo de origen hebreo. Lo mismo hizo con los Rojas, en realidad judíos.
No solo lo hacían por dinero; también les movía el odio o la envidia de ver a tantos conversos obteniendo cargos y hábitos. Hacían una junta o cofradía, cuando sabían que iban a conceder un cargo a alguien con problemas de limpieza de sangre. Le avisaban de que tenían la información clave y le pedían dinero a cambio de no revelarla.
Quienes tenían la obligación de guardar el secreto de los procesos judiciales relativos a limpieza de sangre eran quienes la divulgaban tal y como desveló una investigación de Ruth Pike.
Y asi nacen los Libros Verdes listados de familias con manchas en cada ciudad, libros ilegales perseguidos y destruidos aunque dos se conservan: el Tizón de la Nobleza o el Libro Verde de Aragón que acertaba tanto que fue usada por la propia Inquisición.