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Así fue la visita de los Reyes Católicos en Marchena en 1485

Los Reyes católicos estuvieron en Marchena en tres ocasiones en 1477, cuando se pacifica Andalucía tras las guerras de banderas, en 1485  cuando se preparaba la Guerra de Granada, un año antes de que Colón les presentase su proyecto y en 1500 cuando iban a sofocar el primer levantamiento de los moriscos de la Alpujarra.

En febrero de 1485, fueron de Sevilla a Córdoba por el camino de Carmona y se alojaron en el Palacio Ducal de Marchena para un encuentro de tres días con Rodrigo Ponce de León «que recibió a los Reyes alegre y espléndidamente y los obsequió durante cuatro días con banquetes y juegos. Después quisieron oír en secreto el parecer del Marqués respecto a la guerra, y al cabo de unos días de permanencia en Écija, entraron en Córdoba» según el cronista Palencia.

La primera visita de los Reyes a Andalucía fue en 1477 fue la tras la guerra de bandos que enfrentó a Ponces y Guzmanes. Tras prometer lealtad a los Reyes en el Alcázar de Sevilla Rodrigo Ponce se comprometió a devolver las fortalezas que tenía usurpadas; entre ellas, Jerez y visitaron el castillo de Rota.

Restos del Palacio de Marchena en el Palacio de Lebrija calle Cuna de Sevilla.

Rodrigo Ponce era millonario. Solo las rentas de Cádiz le suponían 3.3 millones de maravedíes al año en rentas de las almadrabas, la venta de esclavos y todo tipo de bienes que presaban sus barcos en el Estrecho.

En 1485 se hicieron en el Estrecho 200 cautivos. Solo seis de las presas se vendieron por 1.4 millones de maravedís y lo que se llevaba el Marqués- fue 154.924 maravedís. Eran 177 moros y 8 judíos-, cuatro embarcaciones (1 galeota y 3 cárabos) y mercancías diversas (trigo, harina, cera, pez, alquitrán, cebo, manteca, aceite, cueros «1. De ellas destacamos la seda, que compraba el genovés Cosme Lomelino.

En Agosto de 1485 Rodrigo Ponce de León encarga a su recaudador en la Ciudad de Cádiz, Lope Díaz de Palma que compre en los barcos de los comerciantes venecianos fondeados en Cádiz, objetos de oro, sedas y otras telas, trajes y otros objetos suntuarios y que los traslade a su palacio de Marchena, informa Miguel Angel Ladero Quesada en su obra Cuentas de Cádiz de 1485-6.

Rejas del Palacio Ducal de Marchena.

«Yo os mando que fagáis buscar en ellas veynte varas de seda rasa negra e siete varas de raso carmesy, que sean las mejores sedas e mas finas que se pudieren aver. E compradlas de mis dineros al mejor prescio que pudiéredes. Asy mismo conprad media arroba de floraque e de atriaca seys barriletes, e tres dosenas de botes de conservas y una arroba de canela y otra arroba de pimienta y otra arroba de clavos. Asymismo conprad dos pieças de chamelot negro, que sea muy bueno, e dos alfonbras moriscas grandes, las mejores e mas finas que pudieredes aver, y sy no se fallaren grandes, sean medianas. E asy mismo conprad algund vedrio de lo que alli traen en las galeas, e sean jarros e copas, lo mas lindo que se pudiere fallar. Conpradlas enviádmelas luego aqui, a esta mi villa de Marchena, con persona que lo traiga a buena guarda e recabdo, e enviadme la relación de todo lo que cuesta» escribe el Marqués.

Artesonados del Palacio Ducal de Marchena.

Entre los gastos más llamativos figura la compra y envío de un león vivo, -símbolo de su linaje- en una jaula que tras su paso por Marchena regala al conde de Benavente en Córdoba, en el verano de 1485.

Ladero explica que con motivo de la visita real amigos y familiares del Marqués de Cádiz, participan en las fiestas y banquetes ofrecidos en Marchena en honor a los Reyes, entre ellos los judeo-conversos Diego de Valera, diplomático y miembro del Consejo Real, que había viajado por Europa y escrito la «Crónica de Hispania», y su hijo el alcaide de El Puerto Charles de Valera; Juan de Suazo, señor de la Isla de León, en la bahía gaditana, tierras que luego compra el Marqués.

Crónica de Hispania de Diego de Valera.

En el banquete también estuvo la familia  Chirino, también conversos: Pedro Alvarez Chirino, regidor de Cádiz, Fernando Chirino, que arrendó en 1484 la renta de la carnicería de la ciudad, y Alfonso Cherino, que en 1485 capitaneaba una armada en el Estrecho que se dedicaba a comprar esclavos judíos y moriscos que apresaba en el estrecho por orden ducal.

En el Palacio de Marchena se consumía atún que venía de las almadrabas gaditanas, de su propiedad, en la que trabajan moros esclavos que pescaban en Mayo y Junio, y en Julio se transportaba fuera de Cádiz. El jornal que pagaba el Marqués a los peones moros esclavos era de 16 ó 25 mrs., según estas cuentas. También tenía un «morero» el Marqués de Cádiz, encargado de los esclavos moros que cobraba de 20 a 25 mrs.

Jardines del Palacio de Marchena.

Las cuentas de 1486 indican que la primera pesca de estas almadrabas de Cádiz y de Hércules, se enviaban a Marchena. Allí trabajaban armadores, atalayas, caloneros, mayordomo de la mojama, mayordomo de pilas, candelero, cloquero, sastre, mozos, etc.

Fuente del Palacio Ducal.

Entre la compra a los barcos venecianos del puerto de Cádiz figura piezas de oro «grueso» por 427 mrs. otro de 19 quilates… 369 mrs., un marco de plata de 1.500 mrs. s.  Tejidos como Paños, alfombras, sedas,  paño para hacer sayales, la vara a 360 mrs. o  paño de «limiste», a 23.800 mrs. la pieza. Era una tela muy cara por ser un lienzo muy fino que se elaboraba en  Inglaterra y luego en Segovia. También compró seda granadina, y alfombras pequeñas.

También compró especias e hierbas medicinales. Canela, una arroba veneciana, a 6,5 ducados, pimienta, a 4,5 ducados, clavo, a 8,5 ducados, Atriaca, 8 libras a 1 ducado es una  confección farmacéutica compuesta de muchos ingredientes y principalmente de opio, empleada para las mordeduras de animales venenosos.

También gastó en caballos 36.500 mrs. En 1489 dos caballos «moriscos» se valoraron en 60.000 mrs.