Bajo el dominio de los Ponce de León, desde 1266 hasta 1993. floreció la actividad económica en la ciudad de Cádiz gracias a la almadraba, la sal, los esclavos y, sobre todo, la piratería y los corsarios.
En total, hay documentados dieciocho casos de piratería y corsarios en el último tercio del siglo XV en Cádiz: siete de piratería, dos de corsario y piratería, ocho de asalto de embarcaciones enemigas y piratería, y uno de robos y daños en general. En conclusión, los vecinos de Cádiz practicaron durante el último cuarto del siglo XV una abundante actividad comercial que, en buena parte, no fue otra cosa que actos de abordaje, asalto, robo y reducción a esclavitud; en una palabra, piratería.
Las mercancías más robadas eran atunes, alfombras, seda, pólvora, joyas y metales preciosos, lo que permitió el ascenso económico y social de muchas familias y de la propia ciudad de Cádiz beneficiando a Rodrigo Ponce de León y la Casa de Arcos, ya que las mejores telas, los mejores esclavos y las mejores mercancías venían a parar al Palacio Ducal de Marchena.
Las personas implicadas en este tipo de operaciones son todos vecinos de Cádiz, comerciantes, armadores y propietarios de naves, quienes, debido a la riqueza que les proporcionó este comercio llegaron a ocupar las regidurías de la ciudad estando implicado Lopez Palma regidor de Cádiz, y mano derecha de Rodrigo Ponce, que también estaba beneficiándose, ya que se llevaba una décima parte de todo.
El contexto histórico: Los Piratas de Cádiz
En el contecto de la guerra de Granada y la rivalidad entre casas nobiliarias, la participación de Juan Ponce de León en la conquista de Gibraltar y luego Cádiz estuvo influenciada por el enfrentamiento histórico entre los Ponce de León y los Guzmanes. Ambas casas nobiliarias buscaban consolidar su poder y prestigio en Andalucía. Si finalmente Huelva y Gibraltar fue para los Guzmanes, Cádiz fue para los Ponce.
En 1466 Rodrigo Ponce recibe encargo del Rey Enrique IV de tomar la ciudad para la corona, tras las revueltas y guerras internas de las familias mas poderosas gaditanas como los Estopiñán y los Saavedra. Pero Rodrigo Ponce decidió quedarse con la ciudad, añadirla al ducado de Arcos y así expandir el dominio de su familia.
La intervención se vio facilitada por los poderes que el conde de Arcos (padre de Rodrigo) y el duque de Medina Sidonia habían recibido en agosto de 1465 para garantizar la obediencia del Reino de Sevilla al rey Alfonso (XII). Estos poderes los constituían en «auténticos virreyes»,
Ambas familias Estopiñán y Saavedra se divieron entre los partidarios de Ponces y Guzmanes. parte de la familia Estopiñán, «al ser ocupada la ciudad por los Ponce de León en 1466, acabó exiliándose en Jerez y viviendo al servicio del duque de Medina Sidonia». Pero otra parte de los Estopiñan y Saavedra pasaron a la obediencia de los Ponce y acabaron siendo leales y ocupando cargos importantes en la administracion del Estado de Arcos. Juan de Saavedra, fue Marqués de Castellar y Administrador del Estado de Arcos en el XVI con casa en Marchena.
LOS NOTABLES DE CÁDIZ QUE SE DEDICABAN A LA PIRATERÍA