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La puerta por la que Jesús Nazareno entró en Jerusalén se llama Puerta Dorada

 La Puerta Dorada de Jerusalén, por donde dijo el profeta Elías que entraría el Mesías, y que quedó cerrada desde 1541 por orden de Solimán el Magnífico, y luego los árabes situaron su cementerio islámico delante, y naturalmente pasar por alli supone profanarlo. Segun la leyenda en esta puerta fue el encuentro de los padres de la Virgen María, Ana y Joaquín única que permitía el acceso directo al Monte del Templo.

Es la entrada más antigua de las murallas que rodean la Ciudad Vieja de Jerusalén y fue construida en el siglo VII durante los Omeya. Conocida como Puerta de la Misericordia o Puerta de la Vida Eterna se dice que una puerta anterior en la misma ubicación era utilizada con fines rituales y según la tradición judía, es la que utilizaría el futuro Mesías.

Jerusalén era la meta de al menos tres peregrinaciones anuales para los judíos de la época de Jesús. Y el camino desde el oasis de Jericó bordeaba el monte de los Olivos para enfilar directamente la puerta oriental de la muralla, la puerta Dorada por la que entró Jesús el Nazareno como estaba predicho.

Jesús era un judío de nombre  original Yeshúa o Yoshúa, que quiere decir salvación en Hebreo.

Seguía la tradición de los Fariseos que se oponían a los Saduceos, eran más humildes, y tenían libertad de estudiar y predicar las Escrituras por sí mismos e iban de pueblo en pueblo predicando y enseñando, alcanzando gran popularidad.  Joel Benhabib historiador e investigador experto en religiones explica que dentro de esta línea de los Fariseos, Jesús como todos los judíos de su tiempo estuvo influído por Hilel y Shamai, los dos principales maestros y muy populares en tiempos de Jesús.  Jesús también tuvo influencia de los Esenios.

EL LUGAR DONDE EL SEÑOR LLORÓ

En el camino del huerto de los olivos hasta la puerta dorada de Jerusalén está la capilla Dominus Flevit donde Jesús se detuvo el Domingo de Ramos a llorar por el destino de la ciudad  profetizando su destrucción por los romanos en el año 70. Esta escena fue retratada por Enrique Simonet en 1892 tras visitar la ciudad de Jerusalén. El cuadro se conserva en el Museo del Prado.

El Sanedrín era la gran corte rabínica que operaba en el templo de Jerusalén, encargados de los impuestos y velar por sus intereses y de influir en el poder político. En tiempos de Jesús, eran los saduceos los que controlaban el templo. Colaboraban con los romanos generando el odio del pueblo israelí que preferían seguir a los Fariseos.  Los zelotes eran judíos partidarios de azuzar la violencia y de la revuelta contra Roma.

Sala donde Jesus celebró la Ultima Cena. 

 

Los esenios eran sacerdotes del templo que oponiéndose a la corrupción del mismo y  a los saduceos y antes a los macabeos huyeron al desierto del Qumrám buscando la pureza.

En Lucas 19:41, cuando Jesús se acerca a Jerusalén, mira la ciudad y llora por ella (un evento conocido como Flevit super illam «Lloró sobre ella» en latín), prediciendo el sufrimiento que le espera a la ciudad.

Los evangelios continúan relatando cómo Jesús entró en Jerusalén, y cómo las personas allí colocaron sus capas frente a él y también depositaron pequeñas ramas de árboles. La gente cantó parte del Salmo 118:  Bienaventurado el que viene en el nombre del Señor.

La Puerta de la Misericordia o Puerta Dorada fue por donde Jesús entró a Jerusalén, y une el monte de los olivos donde rezó Jesús con el templo de Jerusalén. En 1541 fue tapiada por el Rey turco Solimán para evitar que por ella entrase el Mesías de los judíos, tal y como afirmaba la tradición hebrea. Además colocaron junto a la puerta un cementerio porque también es algo prohibido e impuro para los sacerdotes judíos.

El primo de Jesús,  y su precursor y para otros maestro de Jesús, fue Juan, hijo del maestro del templo Zacarías, muerto por Herodes por criticarlo. Juan predicaba en el desierto y llamaba a la gente a  arrepentirse de sus malas acciones y al bautismo como señal de renacimiento.  Aún  queda en el Medio Oriente un grupo de seguidores y discípulos de Juan el Bautista, que practican la religión de los mandeos o mandeistas. En el pueblo judío Jesús es sucesor de Juan y los seguidores de uno siguen al otro.

Los mandeistas siguen a Juan el Bautista  hasta el dia de hoy.

Muchos investigadores creen que Juan fue educado en el desierto -que para los judíos simboliza la conexión con Dios- por los Esenios y han visto en Juan el Bautista muchas enseñanzas o prácticas que le recuerdan las enseñanzas de los Esenios como el bautismo o el tipo de alimentos que tomaban.

Los Esenios vivían una vida simple, disciplinada en el rezo y la meditación, trabajaban la Tierra desde muy temprano en la mañana, eran vegetarianos y su código de vida era la práctica de la humildad, la compasión, la tolerancia y sobre todo el Amor al prójimo.Vivian en comunidades ya fuera en ciudades, pueblos o en el desierto. Cualquier persona interesada en lograr su evolución espiritual era aceptada en la Fraternidad después de un periodo de prueba que duraba dos años. Al entrar donaban todas sus pertenencias las cuales pasaban a ser compartidas por todos, incluyendo a los pobres y necesitados. Por esta razón, tenían propiedades en las ciudades y pueblos de toda el área.

En la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén viven y rezan miembros de seis comunidades cristianas: griegos ortodoxos, católicos, armenios, coptos, sirios ortodoxos y etíopes. Tienen diferentes horarios de oración y la distribución del espacio dentro de la iglesia está perfectamente definida.

Las llaves de la iglesia, consagrada en el año 335 d.C., las comparten dos familias musulmanas. Una guarda la llave ancestral, la otra abre la puerta. Continuamente hay disputas entre las diferentes comu-nidades religiosas de la basílica. Monjes y sacerdotes llegan a veces a las manos por cada metro cuadrado del templo.

SEPARACIÓN DEL JUDAISMO Y CRISTIANISMO

Todos los seguidores de Jesus, que eran judíos se expanden por el imperio romano tras su muerte, pero se dan cuenta que tras el levantamiento de los judíos contra los romanos, el imperio romano perseguía a los judíos con el objetivo de exterminarlos más de cien años después. Pablo decide recibir a los no judíos dentro del movimiento de los seguidores de Jesús y alrededor de 150 años después de muerto Jesús deciden empezar a llamarse cristianos y no judíos para esquivar la persecución romana.