Icono del sitio Marchena Noticias. Marchena Secreta. El tiempo en Marchena. Sucesos Marchena. Planes de verano en Andalucia. Marchena Noticias

Los humanos modernos reemplazaron a los neandertales en Andalucía hace 44.000 años

Un estudio realizado por investigadores de España, Japón y Reino Unido en la Cueva Bajondillo, situada en la localidad malagueña de Torremolinos, ha revelado que los humanos modernos reemplazaron a los neandertales hace unos 44.000 años. El trabajo, en el que participan científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), señala que esta sucesión en la Iberia meridional es un fenómeno temprano en el contexto de la Europa occidental, en contra de lo que se mantenía hasta la fecha. El trabajo se publica en la revista Nature Ecology&Evolution.

industria_litica.jpg

Las nuevas dataciones, sin embargo, acotan esta sustitución en un rango de entre 45.000 y 43.000 años antes del presente, lo que plantea interrogantes sobre una tardía pervivencia de los neandertales en el sur de Iberia. Los investigadores apuntan a que serán necesarias nuevas investigaciones para determinar si las nuevas fechas evidencian una desaparición más temprana de los neandertales en todo el sur peninsular o escenarios más complejos de coexistencia “en mosaico” entre ambos grupos durante milenios.

Europa occidental es, según los investigadores, una zona clave para fechar el reemplazo de los neandertales por parte de los humanos modernos ya que los primeros se asocian a industrias musterienses (nominadas a partir del yacimiento neandertal de Le Moustier, en Francia) y los segundos con las auriñacienses (denominadas así por el yacimiento francés de Aurignac). Hasta ahora, las dataciones radiocarbónicas disponibles en Europa occidental databan la conclusión del reemplazo en torno a hace 39.000 años, si bien en el sur de la península Ibérica la pervivencia de las industrias musterienses y, por tanto, los neandertales, se prolongaría hasta los 32.000 años, no existiendo en la zona evidencias del Auriñaciense temprano que se documentaba en Europa.

Sin relación con eventos climáticos extremos

Los resultados del estudio demuestran que la implantación de los humanos modernos en Cueva Bajondillo se encuentra desligada de fenómenos de frío extremo, los llamados eventos Heinrich, al ser posterior a las fechas que se conocen del evento más próximo (39.500 años). En el mapa, en blanco, se aprecia la máxima extensión de hielo durante el Último Máximo Glacial. “Los eventos Heinrich representan las más intensas y variables condiciones climáticas en Europa occidental a escala de milenio  pero en esta región costera del Mediterráneo no parecen estar implicados en la transición del Mousteriense al Auriñaciense”, comenta Francisco Jimenez, investigador del CSIC en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra.

La localización de la Cueva Bajondillo apunta a los corredores costeros como ruta preferente en la dispersión de los primeros humanos modernos. Chris Stringer, investigador del Museo Nacional de Historia de Londres (Reino Unido) y coautor del estudio, afirma: “Encontrar un Auriñaciense tan temprano en una cueva tan próxima al mar refuerza la idea de que la costa mediterránea constituyó una ruta para los humanos modernos que penetraron en Europa. Se refuerzan así las evidencias que apuntan a que hace más de 40.000 años los Homo sapiens se habían dispersado rápidamente por gran parte de Eurasia”.

Por su parte, Arturo Morales-Muñiz, científico de la Universidad Autónoma de Madrid, sugiere que las evidencias de la Cueva Bajondillo contribuirán a atraer la atención sobre el papel que ha desempeñado el Estrecho de Gibraltar como ruta potencial de dispersión de los humanos modernos que salieron de África.

  • FUENTE: M. Cortés-Sánchez, F. J. Jiménez-Espejo, M. D. Simón-Vallejo, C. Stringer, M. C. Lozano Francisco, A. García-Alix, J. L. Vera Peláez, C. Odriozola Lloret, J. A. Riquelme-Cantal, R. Parrilla Giráldez, A. Maestro González, N. Ohkouchi y A. Morales-Muñiz. An early Aurignacian arrival in southwestern Europe. Nature Ecology&Evolution. DOI: 10.1038/s41559-018-0753-6