En 1476 los Reyes Católicos perdonaron al Señor de Marchena Don Rodrigo Ponce de León por apoyar a sus enemigos en la guerra por el trono de Castilla de la mano de su suegro el maestre de Santiago Juan Pacheco.
Fuente: Beatriz pacheco y la Andalucia de los Reyes Católicos. Juan Luis Carriazo Rubio.
Sucedió de noche en el Alcázar de Sevilla y los reyes confirmaron al Señor de Marchena todas sus posesiones. Antes había mediado en su favor ante la Reina Isabel el propio Obispo de Cádiz, Alonso de Solis.
Los cronistas dicen que Don Rodrigo acudió a la entrevista con los Reyes movido por el miedo, de noche de forma imprevista, desde su fortaleza el Castillo de Alcalá de Guadaira.
Poco antes había la ocupado por la fuerza al igual que el Alcázar de Jerez en el contexto de la Guerra Civil que asolaba Andalucia enfrentando a los Ponce con los Guzmanes (Duque de Medina Sidonia). Don Rodrigo, al igual que el otro bando había asolado y asesinado a miles de personas en Sevilla, Utrera y muchas otras ciudades. Había sido acusado por el duque de Medina Sidonia de «grandes crímenes y delitos» en tiempos de Enrique IV.
Don Rodrigo fue acompañado de su hombre de confianza el doctor Andrés de Villalón, Juan de Guzmán Señor de Teba y Pedro de Avellaneda. Además Don Rodrigo no le había hecho a la reina Isabel las reverencias a que estaba obligado como súbdito por lo que la Reina enfadada había planeado arrebatarle la ciudad de Jerez. Pese a todo la Reino lo perdonó y el Señor de Marchena se convirtió desde entonces en su más fiel defensor en la Guerra de Granada.
Según Hernando del Pulgar «estando de noche la Reina en su cámara con sus doncellas y oficiales el marqués de Cádiz llegó a la puerta de su cámara» y le dijo. «Védesme aquí, reina muy poderosa, en vuestras manos, executad sobre mí vuestra ira e indignación en que mis contrarios con sus malas informaciones os han puesto contra mí. No vengo a decir palabras sino a mostrar obras». Y luego le entregó a la Reina las fortalezas de Jerez y Alcalá de Guadaíra.
Desde entonces los dos grandes señores andaluces los Ponce y Los Guzmanes, rinden pleitesía a los monarcas y compiten en cortesías a los Reyes. Después de bajar el Guadalquivir en barco son agasajados en Sanlúcar por los Guzmanes y en el Castillo de Rota por los Ponce.
Allí fue recibida por Don Rodrigo junto a su esposa Beatriz Pachecho que pocos años antes pudo haberse convertido en esposa del Rey Fernando el Católico, debido a la gran influencia de su padre Juan Pacheco. En el Castillo de Rota se hizo un gran banquete con un lujo desconocido hasta entonces y de allí pasaron a Jerez, donde Don Rodrigo les entregó la fortaleza y firmó las capitulaciones.
Por su parte los Reyes confirman todas las posesiones de Don Rodrigo, les autoriza a continuar con el comercio de cereales de la campiña sevillana por el puerto de Cádiz rumbo a Italia. De esta forma los Reyes pacificaron Andalucía.
Por este motivo muchos cronistas de la época llaman a Don Rodrigo el nuevo Cid ya que sus victorias en la frontera le procuraron el perdón definitivo de los reyes a los que salvó la vida en dos ocasiones. Una vez muerto los Reyes obligan a su viuda a entregar la ciudad de Cádiz.
Su participación en la Guerra de Granada lo conirtió en un modelo de vasallo y caballero ideal al servicio de los Reyes.