La batalla de versos improvisados que ya existía mil años antes que el rap
José Antonio Suárez López
Dos niños de 10 años juegan a ser raperos en la plaza, mientras esperan el autobús. Saben lo que es el freestyle, una batalla de gallos, el rap, el hip-hop, el trap, o cualquier otra moda, pero desconocen que están haciendo algo que ya hacían sus antepasados hace mil años.
Muchos hablan, pocos riman pero solo los mejores improvisan.
Muchos incluso aprenden poesía para poder canta rap. Conocen seguro a Maluma, Eminem, El Chojin, Rosalia, La Mala Rodriguez, pero desconocen a Alexis Díaz Pimienta, al tío Juan Rita y la Cuadrilla del Aledo, a los levantadores de coplas malagueños, el trovo alpujarreño, el son jarocho veracruzano, los versolaris vascos, todos llenan salas enteras haciendo lo mismo que los raperos pero desde hace mil años.
Quinientos años antes del nacimiento del imperio norteamericano el arte de la improvisación de versos se extendió desde España a América, arraigando con fuerza y dando origen a los troveros cubanos, a las pavadas argentinas, al son jarocho mexicano.
Mientras nacía oficialmente el rap en las listas de éxitos del mundo, en los años ochenta, los troveros tradicionales de la alpujarra granadina y almeriense estuvieron a punto de desaparecer hasta que se empezó a estudiar, conocer y organizar eventos para difundir la tradición.
«Llaman para hacerme una entrevista/y probar lo repentista/y lo poeta que soy./ Y yo a demostrarle voy/a quien me va entrevistando/que no es lo mismo cantando/que telefónicamente/pero logro de repente/ir los versos hilvanando». Alexis Díaz Pimienta, cubano residente en Almeria pasa por ser el mejor improvisador del mundo. Ofrece sus cursos online desde la página www.curso de improvisación.com.
Almería, Córdoba, Granada, Málaga, Jaén, Albacete y Murcia es la geografía de la resistencia de los trovos andalusíes, que nacieron hace mil años. Los andalusíes valoraban tanto los duelos de improvisación poética que incluso ofrecían los mejores trabajos a quienes la practicaban e incluso se menciona en Las mil y una noches.
Tras la rebelión de los moriscos de la Alpujarra protagonizada por Abén Humeya, este arte vivió una larga decadencia, pero sobrevivió hasta los años 80 cuando se redescubre y se funda el Festival de Música Tradicional de la Alpujarra, que ha permitido recuperar la tradición trovera. De hecho, fue declarado Bien de Interés Cultural inmaterial en la Comunidad de Murcia en 2014.
La Alpujarra suena a romance, y trovo que se han conservado como canciones de muleros para amenizar el trabajo del campo. Son la banda sonora de una comarca que cada año, con motivo del Festival de Música Tradicional de la Alpujarra, reúne cerca de 15.000 personas.
Los duelos improvisados de versos son una tradición profunda y arraigada en diversas culturas hispanas. Esta tradición se manifiesta en formas tan variadas como los levantadores de coplas malagueños en España, el trovo alpujarreño también en España, el son jarocho veracruzano en México, los versolaris vascos en el País Vasco y las payadas argentinas en Argentina.
Los levantadores de coplas malagueños son poetas improvisadores que suelen tener un duelo de versos en eventos y celebraciones. Este tipo de competencia lírica ha sido parte de la tradición oral en la región de Málaga desde tiempos inmemoriales.
Por otro lado, el trovo alpujarreño es una forma de poesía oral improvisada que ha sido practicada en las Alpujarras, una región montañosa en el sur de España, desde hace siglos. Se caracteriza por su estructura en cuartetas, en las que se alternan versos de ocho y seis sílabas.
Además de La Alpujarra el arte de improvisar poemas, está extendido y es popular en toda España especialmente en el Pais Vasco y la costa de Levante.
El son jarocho veracruzano es un género musical tradicional de Veracruz, México. Este género a menudo incluye la improvisación de versos como parte integral de la actuación. El son jarocho tiene sus raíces en la mezcla de influencias africanas, indígenas y españolas en la región de Veracruz durante la época colonial[8].
En el País Vasco, los versolaris vascos se enfrentan en duelos de versos improvisados conocidos como bertsolaritza. Esta tradición, que data del siglo XIX, pone a prueba la habilidad de los poetas para improvisar versos complejos sobre una variedad de temas en tiempo real.
En Argentina, la payada es una tradición musical en la que los payadores improvisan versos en un formato de duelo. La payada es una parte importante del folklore argentino, con raíces que se remontan a la época colonial.
Los duelos improvisados de versos tiene un origen profundo y diverso, extendiéndose por distintas culturas y generaciones, hasta desembocar en la moderna cultura del rap. A pesar de las diferencias entre estas formas de expresión, todas comparten la esencia del duelo lírico: la improvisación, la habilidad para pensar rápido y la capacidad para expresar pensamientos y sentimientos de manera poética y rítmica.
Estas tradiciones de duelos improvisados de versos han influenciado la forma moderna de competencias de rimas: el rap. En el rap, los MCs se enfrentan en batallas de improvisación, demostrando su habilidad para improvisar versos ingeniosos y ritmos cautivadores. Al igual que sus predecesores históricos, las batallas de rap son un espectáculo apasionante que pone a prueba la creatividad y la habilidad de los participantes para pensar rápido.