Marchena guarda entre sus calles y murallas el eco de una época en la que Al-Ándalus florecía como uno de los epicentros del saber y la cultura en Europa. Pasear por su recinto amurallado es recorrer siglos de historia que aún laten en cada piedra y en cada arco. Pero el viaje no se detiene ahí porque al llegar al corazón del pueblo la experiencia continúa en los fogones de sus restaurantes donde aún resuenan los sabores de la cocina andalusí una gastronomía que dejó una profunda huella en la tradición culinaria de Andalucía y que hoy sigue despertando la curiosidad de visitantes y expertos.
La cocina andalusí fue un universo de contrastes donde el dulce y el salado se combinaban en armonía donde las especias traídas de Oriente aportaban una profundidad inigualable a cada plato y donde la mesa se convertía en un reflejo de la riqueza cultural de la época. El uso de ingredientes como el cordero, el pollo el pescado, los garbanzos, las berenjenas, los frutos secos y las hierbas aromáticas definían una cocina vibrante y sofisticada. El trigo en forma de pan o sémola era la base de muchos platos y el aceite de oliva elemento esencial en la dieta mediterránea se usaba en frituras y guisos que todavía hoy nos resultan familiares.
Casa Carrillo, Marchena
Marchena, situada en la Campiña Sevillana, posee un rico legado histórico que se remonta a la época de Al-Ándalus. Durante el dominio musulmán, la localidad era conocida como Marssen’ah y desempeñó un papel significativo en la estructura defensiva y administrativa de la región.
El trazado urbano de Marchena se consolidó en este periodo, destacando la construcción de un recinto amurallado que protegía la medina y la alcazaba, centro neurálgico de la vida política y militar. Aunque con el tiempo algunas estructuras han desaparecido, aún se conservan vestigios de estas fortificaciones, como el emblemático Arco de la Rosa, antigua Puerta de Sevilla, que ofrece una visión del esplendor arquitectónico de la época.
Las alcachofas eran conocidas y consumidas en Al-Ándalus, y su presencia en la gastronomía de la época está documentada en diversos recetarios medievales. El término «alcachofa» proviene del árabe «al-kharshûf», lo que refleja su introducción en la península ibérica a través de la cultura islámica.
En el «Manuscrito Anónimo de Al-Ándalus» del siglo XIII, se describen preparaciones que incluyen alcachofas, destacando su versatilidad en la cocina andalusí. Una receta notable es la de alcachofas rellenas de carne de cordero, donde las alcachofas se vacían y se rellenan con una mezcla de carne especiada, para luego ser cocinadas al horno.
Alcachofas de Casa Carrillo, Marchena
Las espinacas estaban presentes en la gastronomía andalusí y aparecen en varios recetarios medievales. Esta verdura fue introducida en Al-Ándalus por los árabes, quienes la trajeron desde Persia, donde ya era ampliamente cultivada y valorada por sus propiedades nutritivas. Su popularidad en la cocina islámica se debió a su versatilidad y a su capacidad para combinarse con otros ingredientes habituales en la dieta andalusí como garbanzos, almendras, pasas, queso fresco y especias.
En el «Manuscrito Anónimo de Al-Ándalus» (siglo XIII), una de las fuentes más importantes de la cocina andalusí, se mencionan guisos de espinacas con especias y frutos secos, así como su uso en sopas y tortillas. También se hace referencia a esta verdura en el «Kitāb al-Ṭabīj» de Ibn Razīn al-Tuyibí, otro recetario del siglo XIII que recopila recetas típicas del periodo islámico en la península ibérica.
Los platos que podemos encontrar en los recetarios andalusíes muestran esta riqueza con especialidades como la almoronía un guiso de berenjenas con cebolla ajo y especias. La harisa eran unas gachas de trigo con carne el cuscús heredado de los bereberes y elaborado con sémola de trigo. Guisos aromatizados con frutas como la tuffâhiyya donde la carne se mezcla con manzanas miel y canela.
Los postres eran una auténtica delicia con recetas basadas en almendras miel y harina como los maqruta o los atayef dulces que aún pueden encontrarse en muchas zonas del Magreb y que en su día también fueron consumidos en las cortes andalusíes.
En la actualidad gracias a la labor de investigadores y gastrónomos muchos de estos platos han sido recuperados y pueden disfrutarse en restaurantes que han sabido adaptar estos sabores a los tiempos modernos. Marchena ofrece a sus visitantes la posibilidad de revivir esta experiencia combinando un recorrido por su imponente muralla con una parada gastronómica en alguno de los establecimientos del centro donde los ecos de la cocina de Al-Ándalus siguen vivos en cada bocado. La experiencia no solo es un viaje en el tiempo sino una reivindicación de un patrimonio culinario que ha influido enormemente en la gastronomía andaluza actual.
Para los interesados en profundizar más en esta tradición culinaria existen varios recetarios andalusíes que han llegado hasta nosotros destacando el Manuscrito Anónimo de Al-Ándalus del siglo XIII el Kitāb al-Ṭabīj de Ibn Razīn al-Tuyibí y el Libro de cocina de Sent Soví que aunque de origen catalán incluye influencias andalusíes. Algunos de estos textos pueden consultarse online a través de plataformas como la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes o en ediciones modernas como la de Fernando Rueda García que presentará en la Real Academia de Nobles Artes de Antequera su libro La cocina andalusí según dos recetarios almohades el próximo 15 de enero.
Marchena invita a todos aquellos que buscan una experiencia única a recorrer su historia a través de sus murallas y a degustar los sabores que un día fueron protagonistas en los palacios de Al-Ándalus porque en cada rincón de esta tierra aún resuenan los ecos de un pasado que sigue vivo en su cultura en sus tradiciones y por supuesto en su cocina.
Ambiente Andalusi en Casa Carrillo Marchena
Sabores de Al-Ándalus en Casa Carrillo
Marchena invita a un viaje en el tiempo donde la historia y la gastronomía se fusionan en una experiencia única. Recorrer su muralla medieval es sumergirse en el esplendor de Al-Ándalus, un pasado que aún resuena en las calles empedradas y en los aromas que emanan de los fogones de sus restaurantes. Al finalizar el paseo, la mejor forma de completar esta inmersión cultural es sentarse a la mesa y degustar los sabores que, siglos después, siguen definiendo la identidad culinaria de la región.
Uno de los templos gastronómicos donde se puede revivir esta herencia es Casa Carrillo, un restaurante que rescata platos del recetario andalusí con propuestas como la berenjena con miel y la alboronía, guisos que fueron protagonistas en las mesas de la Andalucía musulmana y que han perdurado en el tiempo adaptándose al gusto contemporáneo.
Casa Carrillo esta junto al torreón de la Puerta de Moron
La berenjena con miel, un plato de origen andalusí, combina la suavidad y textura de la berenjena frita con el dulzor de la miel, un maridaje de sabores que refleja la predilección de la cocina de Al-Ándalus por los contrastes. Este plato, que ha sobrevivido al paso del tiempo, se sigue consumiendo en Andalucía y es un imprescindible para quienes buscan degustar auténticos sabores históricos.
Por otro lado, la alboronía es un guiso de hortalizas que se considera el precursor del actual pisto. Elaborado con berenjena, calabaza, pimientos, cebolla y tomate, y aderezado con especias como el comino y el cilantro, este plato tiene raíces que se remontan a los recetarios almohades y es una muestra del legado que la cocina andalusí dejó en la gastronomía española.
La Muralla de Marchena hace de muro medianero dentro del Club Pepe Machena, de Casa Carrillo
La tradición culinaria de Al-Ándalus se caracterizaba por el uso de especias, frutos secos y combinaciones agridulces. Los recetarios históricos que han llegado hasta nosotros, como el Manuscrito Anónimo de Al-Ándalus del siglo XIII o el Kitāb al-Ṭabīj de Ibn Razīn al-Tuyibí, revelan platos que siguen vigentes en la cocina andaluza actual. Estos textos pueden consultarse en plataformas como la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, permitiendo conocer en profundidad las técnicas y los ingredientes que marcaron la época.