Icono del sitio Marchena Noticias. Marchena Secreta. El tiempo en Marchena. Sucesos Marchena. Planes de verano en Andalucia. Marchena Noticias

Margarita Torres y José Miguel Ortega explicaron en Marchena su investigación sobre el cáliz de doña Urraca de León

Los investigadores Margarita Torres y José Miguel Ortega autores del libro los reyes del Grial participaron el pasado viernes en la Casa Hermandad de Jesús Nazareno en una conferencia sobre el hallazgo de un arca egipcia en la Basílica de San Isidoro, en León. Este arca, conocida como el Arca de Sada, documentada por varios manuscritos como posible pieza del Santo Grial.

El Cáliz de Doña Urraca es una pieza que data del siglo XI, compuesta por dos copas de ágata unidas por una montura de oro con decoraciones de gemas y perlas. La tradición sugiere que Doña Urraca, hija de Fernando I de León y hermana de Alfonso VI, donó este objeto a la Basílica de San Isidoro de León, donde ha sido conservado como una reliquia de gran importancia.

Margarita Torres, profesora de historia medieval de la Universidad de León, y el historiador del arte José Miguel Ortega del Río defienden, en su libro Los reyes del Grial, que el llamado cáliz de doña Urraca incluye la copa de la que los primeros cristianos creían que bebió Jesús de Nazaret en la última cena con sus apóstoles antes de ser apresado y crucificado. Dicen que la reliquia es el cuenco superior de ágata de la copa.

Este cáliz está formado por dos piezas de ágata (ónix) datadas en el siglo I dC, de tipología romana. Doña Urraca donó sus joyas personales para decorar estos cuencos a modo de relicario y darle la forma de un Cáliz.

Evidencia y Escepticismo

Aunque hay estudios y teorías que buscan establecer conexiones entre el cáliz y la leyenda del Grial, la evidencia histórica directa es escasa. Los expertos en la materia tienden a tratar estas asociaciones con cautela, enfocándose más en el valor histórico, artístico y devocional de la pieza que en su identificación definitiva como el cáliz de la Última Cena.

EL CALIZ DE VALENCIA

Otro cáliz que se investiga como el que usó Cristo está en Valencia. Se compone de varias partes: una copa de ágata, que es la parte más antigua y se considera la que pudo haber sido usada por Jesucristo; un pie añadido en la Edad Media; y unas asas de oro decoradas con perlas y piedras preciosas añadidas posteriormente.

Historia Documentada

La documentación histórica más temprana que refiere al Cáliz de Valencia data del siglo XI, cuando se menciona que fue trasladado de la mezquita de Córdoba a la iglesia de San Juan de la Peña, en los Pirineos, por razones de seguridad ante la inminente invasión musulmana. Durante la Reconquista española, el cáliz fue llevado a diferentes lugares para protegerlo, hasta que finalmente llegó a la Catedral de Valencia en 1437, donde ha permanecido desde entonces.

Trayectoria y Legado

Según la tradición, el cáliz de Valencia fue llevado a Roma por San Pedro y luego a España por San Lorenzo en el siglo III para protegerlo de la persecución a los cristianos por parte del Imperio Romano. Aunque estas historias no pueden ser verificadas con certeza, añaden una rica capa de tradición y veneración alrededor del cáliz.

En 1960, el Papa Juan XXIII lo oficializó como el Santo Cáliz en su bula «Mirificus Eventus», y varios Papas han utilizado el cáliz en celebraciones litúrgicas, lo que ha reforzado su importancia religiosa y espiritual.

Según dos pergaminos consultados por los autores en la biblioteca cairota de la Universidad de Al-Azhar, la pieza estaba formada en un principio por un cuenco de ágata de época grecorromana y permaneció durante siglos en la iglesia del Santo Sepulcro. Tras el saqueo de ésta, acabó en manos del califa de Egipto, que se la regaló en el siglo XI al emir de la taifa de Denia como agradecimiento por haberle auxiliado con víveres durante una hambruna.

La historia del Cáliz de Valencia indica que fue llevado de Jerusalén a Roma, y luego a España por los visigodos, antes de ser trasladado a su ubicación actual durante la invasión musulmana. Aunque esta historia es plausible, la cadena de custodia a lo largo de tantos siglos es difícil de verificar de manera inequívoca.

Importancia Cultural y Religiosa

Independientemente de su autenticidad como el Santo Grial, el Cáliz de Doña Urraca es un objeto de gran importancia para la historia religiosa y cultural de España. Su preservación en la Basílica de San Isidoro lo convierte en un foco de peregrinación y estudio, y refleja la rica tradición de veneración de reliquias en el cristianismo.

El cáliz de Doña Urraca

Al analizar más a fondo el arca los investigadores solicitan y obtienen documentos procedentes de El Cairo y de la Universidad Al-Azhar condujo a los investigadores a descubrir pergaminos del siglo XIV que no solo mencionaban a Fernando I, sino que también revelaban una historia fascinante sobre la copa utilizada por Cristo en la Última Cena.

Según los documentos encontrados, en 1054, ante una grave hambruna en Egipto, el califa solicitó ayuda, que fue respondida por el monarca de Denia, quien envió provisiones. A cambio, recibió valiosos obsequios, entre ellos, una copa extraordinariamente especial: el posible cáliz de la Última Cena. Esta copa, posteriormente, fue entregada a Fernando I, de León consolidando una alianza estratégica.

La conexión del arca egipcia con el primer ministro del califa y la secuencia de la copa desde Jerusalén, pasando por El Cairo hasta Denia y finalmente a León, ofrece una narrativa coherente sobre el periplo del Santo Grial. Lo que comenzó como una investigación sobre un objeto antiguo en San Isidoro, se ha convertido en una revelación histórica que coloca a León en el centro de la historia del Santo Grial.

El descubrimiento ha resonado a nivel mundial, con cobertura en medios internacionales y un interés creciente en la historia de León y su patrimonio. La copa, ahora resguardada bajo medidas de seguridad extraordinarias, se ha convertido en un símbolo de la rica historia de la región y su papel en la cristiandad.

Margarita Torres, coautora de «Los Reyes del Grial», expresa su esperanza de que este hallazgo no solo revalore el patrimonio cultural y religioso de León, sino que también fomente el turismo y el interés académico en la región. La traducción del libro a varios idiomas y el creciente interés internacional prometen llevar la historia de León y el Santo Grial a un público más amplio.

En el siglo XI el Reino de León tuvo uno de sus momentos de máximo esplendor. Fernando I “El Grande” se convirtió en uno de los reyes más importantes de la cristiandad en toda Europa, llevando a cabo una enérgica actividad de reconquista alcanzando Coímbra y Valencia y, sobre todo, sometiendo a las taifas más ricas como Toledo, Sevilla, Zaragoza o Badajoz al pago de parias al reino leonés.

Pero al morir decidió dividir su reino entre sus hijos, entregando León a Alfonso, Castilla a Sancho, Galicia a García, Toro a Elvira y haciendo a Urraca señora de Zamora.

Doña Urraca, la donante de sus joyas para componer este Cáliz, fue la hija primogénita de Fernando I que al morir sería convertida en Señora de Zamora. Era la dómina del Infantado de León, una institución jurídica por la que le competía el patronato y las rentas de todos los monasterios pertenecientes al patrimonio regio con la condición de que no podrían contraer matrimonio. Lo que hacía de ella una mujer muy poderosa.