Ismael Rodríguez redacta proyecto para la ordenación urbanística de la zona norte de Marchena

El proyecto para la ordenación urbanística de El Parque de Marchena de Ismael Rodriguez, matrícula de honor en la Escuela Técnica de Arquitectura, plantea soluciones para espacio urbano degradado y de gran valor patrimonial.

Ha recibido la nota más alta de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Sevilla tras ser defendido ante el tribunal el jueves pasado como proyecto de fin de carrera con matrícula de honor.

¿Qué hacer con la fachada norte de Marchena que a día de hoy y por los expolios, desamortizaciones, privatizaciones, abandono y degradación de la zona se ha convertido en la trasera del municipio?.

‘’El parque era un recinto que daba servicio a la Alcazaba como coraxa a modo de huertas que contiene infraestructuras hidráulicas muy interesantes como una alberca del periodo tardoalmohade.  La posición más respetuosa hacia este recinto histórico es devolverle su función original o similar, en este caso yo planteo un parque urbano que por un lado dé servicio al barrio de San Juan que es el único barrio de Marchena sin espacios verdes y por otro lado a la escala urbana conectaría con la ronda urbana con todos los equipamientos del municipio como colegios, institutos, parques, espacios deportivos y que a día de hoy se utiliza como un recorrido para hacer deporte» explica Ismael Rodríguez.

Su plan para conectar el Parque, la Plaza Ducal y la Alcazaba es desviar la carretera inter comarcal La Puebla-Carmona perimetralmente a estos recintos hacia el norte, construir un museo o centro de interpretación de la zona sobre el antiguo convento de Capuchinos (antiguo matadero de aves), eliminar el bloque de viviendas de los años 60’ de la Plaza Ducal que oculta tras él la fachada del Palacio Ducal y su presencia a la plaza entre otras medidas.

Con este proyecto Ismael Rodríguez pretende abrir un debate público sobre el vasto patrimonio de la zona, «qué queremos hacer con él, cómo crear nuevos espacios públicos de calidad en la zona y qué modelo de barrio y de ciudad queremos», explica.

También propone recuperar dos accesos históricos desde el parque a la Plaza Ducal, hoy pertenecientes a particulares como sería la puerta del Toril y el pasadizo que conectaba la plaza con el parque y que pasa por debajo de la iglesia de Capuchinos hoy ocupados por una lado por el patio de la trasera del bloque de viviendas de los años 60 de la plaza y por una cochera particular desde la carretera.

El Museo Arqueológico se plantearía en la zona norte de la plaza. Se trataría de un edificio de nueva planta que integraría en su interior los restos del convento de Capuchinos, la cripta, la iglesia y los baños árabes del siglo XII en una cota más baja. El edificio se posicionaría en un punto estratégico ya que comunicaría verticalmente los tres recintos El Parque, la Plaza Ducal y los restos del Palacio Ducal de la Alcazaba.

El programa queda reflejado en el PPCH en la actuación B1 ’‘Construir un edificio de nueva planta que incorpore en lo que la investi­gación arqueológica avale los restos y elementos del antiguo Palacio que se consideren’’. Este programa quedaría emplazado dentro del recinto del Palacio Ducal, aunque parece poco viable construirlo en esta parcela. «Primero porque sólo se han realizado actuaciones arqueológicas parciales dentro del perímetro, y por otro lado un edificio en el perímetro dificultaría la lectura completa del campo arqueológico. En este sentido se ha buscado un emplazamiento anexo al recinto para evitar construir un edificio de nueva planta en la parcela original del palacio» opina Ismael.

El museo arqueológico se posiciona en la única parcela que da acceso a los tres recintos históricos en el norte de la Plaza Ducal. El parque a una cota -3.50m , la plaza ducal en el recinto de la medina a la cota +0.00 y la alcazaba, donde los restos arqueológicos descansan a +9.00m. En la parcela hay restos de edificaciones de distintas épocas aunque ninguna esta completa, como si de un palimpsesto se tratase. El primer condicionante es el de respetar todos los restos arqueológicos y no reconstruir nada, sólo realizar tareas de consolidación por cuestiones de seguridad.

«Este museo ya se contemplaba en la actuación B1 del Plan Especial de Protección del conjunto histórico. Entonces se planteaba en la Alcazaba pero a mi me parece más interesante hacerlo en esta parcela que era el antiguo matadero de aves de la Plaza Ducal. Esta parcela puede unir los tres recintos; Alcazaba, Plaza de San Juan y Parque, puede crear un recorrido entre ellos. Además tiene en su interior los restos del convento de Capuchinos del que quedan una crujía del refectorio y los pilares de la iglesia, el suelo, los baños árabes y la cripta» explica Ismael Rodriguez.

Los primeras estrategias parten de crear una nueva capa, un nuevo estrato que proteja parcialmente los restos arqueológicos y permita desarrollar recorridos en vertical conectando los tres recintos históricos y dando acceso a ellos. El programa quedará dividido en tres, creando una mayor flexibilidad del conjunto. Por un lado y abierto a la plaza, se encontrará un centro cultural que albergará talleres, la oficina de información turística y la cafetería.

El resto del programa construido se destinará a espacios de exposición. Dentro de este, la sala de la cripta y la iglesia pueden compartimentarse funcionando a su vez como sala de conferencias. La tercera parte del programa se encontrará en la parcela original del Palacio Ducal intrínseca a la alcazaba siendo un jardín arqueológico que recoge los restos del palacio de los Ponce de León. Este recinto dará a su vez acceso a la Alcazaba por una nueva entrada desde el Patio de la Montería.

El proyecto rescata las bases de concurso de ideas realizado en 2003 en la parcela del palacio que funcionaba como una jardín arqueológico. ‘Un proyecto interesantísimo pero posiblemente muy adelantado a la realidad de Marchena de entonces, quiero referirme con ello que ese jardín arqueológico no iba a estar abierto a la plaza, sino a la trasera de un bloque del viviendas de 4 plantas de los 60 que está en la plaza, lo que destruiría el paisaje y el entendimiento de este espacio de interpretación’’

Otra de las actuaciones que prevé es precisamente demolición del bloque de viviendas construido en los años 60 sobre la Plaza Ducal que distorsiona las alineaciones y las dimensiones originales de la plaza perdiéndose la relación entre el palacio y el barrio de San Juan. De esta forma le cede a la plaza esta parcela como espacio público y permite entender la escenografía y el paisaje de este conjunto arquitectónico del siglo XVIII.

«Este ejercicio de arquitectura  no es más que un manifiesto que trata de desvelar la potencialidad de la zona, de comprender su identidad y volver a darle el significado y el espacio en Marchena que ha perdido en últimas décadas y lanzar una llamada de apoyo para que todos podamos participar en la construcción una nueva realidad para este barrio» señala Ismael Rodríguez.