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Los términos árabes en el léxico agrario andaluz

La influencia de la lengua árabe en la península ibérica, especialmente en Andalucía, ha dejado un legado lingüístico notable especialmente en todo lo relacionadas con el campo y la agricultura. Gran cantidad de las palabras que usamos en el campo andaluz y sevillano son de origen árabe.
Los musulmanes desarrollaron técnicas avanzadas de irrigación y cultivo. Cuando los territorios fueron reconquistados por los cristianos, muchos de los musulmanes que se quedaron (y posteriormente se convirtieron en moriscos) continuaron trabajando en la agricultura, ya que poseían el conocimiento y la experiencia en el cultivo de la tierra. En Marchena hubo un grupo de moriscos que se libraron de la expulsión al ser reclamados por los duques para trabajar en obras publicas del municipio.
Tras la Reconquista, muchos cristianos viejos se dedicaron a actividades urbanas o se beneficiaron de la redistribución de tierras, mientras que los moriscos, a menudo marginados y con menos oportunidades, continuaron trabajando en el campo.
La dependencia económica de las regiones agrícolas en la mano de obra morisca fue una de las razones por las que la expulsión de los moriscos fue un tema controvertido. La expulsión de 1510 podría (y de hecho lo hizo en muchos lugares) causar un declive económico debido a la falta de trabajadores capacitados.
LA FANEGA
Después de más de cien años de vigencia del sistema métrico decimal siguen en uso las medidas agrarias tradicionales, prefiriéndose en muchas regiones de la Península medir las tierras en marjales, tahullas, fanegas, pies o palmos. Incluso el nombre de nyestro Río Corbones tenía otro nombre árabe Guadajoz, pero finalmente acabó generalizándose el término castellano,
La palabra «fanega» proviene del árabe «fánaka», que a su vez podría derivar del latín «phanega». En el contexto original árabe, se refería a una medida de capacidad.
En España, tras la Reconquista, la «fanega» se estableció como una medida de capacidad para áridos, especialmente para granos. Sin embargo, la cantidad exacta que representaba una fanega podía variar considerablemente según la región. Por ejemplo, en algunas zonas, una fanega equivalía a la cantidad de grano necesario para sembrar una superficie determinada de tierra.

EL TESORO REAL Y LA ALMONA
La Máwna, almona o fábrica de jabón de Marchena se ubicada probablemente en la calle hoy conocida como de La Mona, antiguo arrabal morisco frente a la muralla. La palabra almona da nombre a una fábrica de jabón, casa  pública, fábrica o almacén.
Un escribano de Marchena declaró citando los libros de contaduría del Duque que el Estado de Arcos cobraba la renta de la almona de jabón desde 1486.
El jabón se fabricaba con  aceite y almarjos, planta que crecía en terrenos salados y de cuya incineración se obtiene la sosa o barrila, cuya ceniza es  ricas en sales alcalinas, empleada antiguamente para blanquear la ropa.
ALCAZAR
El Qasr, o Alcázar, o palacio’, no era solo una fortificación sino un parador estatal en las vías de Al-Andalus; donde los viajeros terminaban se jornada, se alojaban los altos dignatarios estatales y sus ejércitos e invitados en sus desplazamientos oficiales, pues estaban especialmente acondicionados para ello. Por otro lado, como fortificación que eran, ejercían como tal dentro de los sistemas defensivos. Su nombre alude a las vías de comunicación y a enclaves estratégicos.  Ha generado topónimos como el río cordobés Guadalcázar, Wādī al-Qasr, o Aznalcázar Ḥiṣn al-Qaṣr.

LA BUHAIRA
Los labriegos de la zona cuentan que la puerta del Portillo era puerta del agua o puerta de la Buhaira, que en árabe significa laguna. Del pozo de noria de El Parque sigue brotando agua, hasta en las peores sequías. Esta zona también se llamó Los Barreros. Buscando  las mejores tierras y el agua abundante aquí venían los alfareros de la calle Cantareros y Compañía. A mediados de siglo aún funcionaban fábricas de ladrillos en la zona.

Aquí se unen el campo y la Marchena urbana, y se recogía el agua potable, a través de sus infraestructuras hidráulicas, que regaban las huertas de la alcazaba islámica y luego subían al Palacio Ducal, a través de mulas como revela un documento de 1777 publicado en esta web.
LA ZACA Y EL ALMOJARIFE
El zaca, impuesto de las mezquitas se convirtió en el diezmo eclesiástico dentro del almojarifazgo.  En Marchena, incluía la renta de teja y ladrillo, cal, yeso, madera, cenizas de hornos de pan, etc. El  «tesoro real» o almojarifazgo de los reyes taifas de Carmona, incluída Marchena, mantuvo su estructura y nombres, pasando a los Ponce de León. Lo cobraban los almojarifes, tesoreros de la Real Hacienda, palabra derivada de Jalifacalifa-. En 1497 en Arcos nadie podía hacer ni vender jabón sin permiso de dicho Jarife (sic).
LOS AZACANES
La palabra árabe  saqqā’, castellanizado azacán (aguador) se refiere a personas de pocos recursos, con trabajos humildes que va desaliñado o  alguien ajetreado en el trabajo que da origen a la expresión ‘Andar hecho un azacán’.
Los principales pilares de fuentes estaban en el Arco de la Rosa, Pilar de la Vega, Huerta y presa Benjumea y también habia presas en las fincas Paterna y Dos Hermanas.
Los azacanes eran aguadores, vecinos que tomaban agua de las fuentes publicas de la villa y la llevaban a las zonas más alejadas en unas tinajas portadas en burros o mulos. Normalmente eran asalariados. Pero estos azacanes no podían vender el agua publica a más de un maravedí y si lo hacían tenían que pagar.
Los azacanes que cogieran agua para vender de la Fuente de la Plaza del Arrabal (Plaza Vieja) no podían cobrar por cada carga más de un maravedí «en toda la villa y sus arrabales lejos o cerca» bajo pena de un ducado de oro o su valor que son 365 maravedíes «para las obras públicas de esta villa y que sea preso en la cárcel pública del Consejo hasta que lo pague dentro de 3 días» y si en ese plazo el señor del azacán no pagaba, le daban 50 azotes la primera vez y 100 la segunda.
LA MAQUILA
La palabra «maquila» se refiere a la porción de grano o harina que se da al molinero como pago por moler el grano. Es una forma de compensación por un servicio, en este caso, el de moler.
El término proviene del árabe «maḳīla», que significa «medida». En la Edad Media, en la península ibérica, era común que los molinos fueran propiedad de alguien (a menudo la nobleza o la iglesia) y que los campesinos que necesitaban moler su grano pagaran por el servicio con una parte del grano molido. Esta parte que se quedaba el molinero como pago era la «maquila».
Miguel Sánchez un lector de nuestra revista residente en Barcelona nos cuenta que al comienzo del Arrecife, actual avenida se encontraba el fielato, un quiosco donde era obligatorio declarar la mercancía que se introducía al pueblo y pagar impuestos. En la avenida el Fielato era un quiosco situado frente a la «Casa Cartón».

EL ARRECIFE
El término castellano “arrecife” deriva del  árabe al-raṣīf el empedrado. Esta expresión aún la encontramos en la Marchena del XIX en el camino que iba del centro del pueblo hasta la estación de tren, que los marcheneros conocían como el arrecife, donde luego se construye la actual Avenida Santos Ruano.
Cerca se ubicó el baño de los caballos donde bebían los animales y se desarrollaba la feria medieval.
LOS MAYETES
La palabra Mayete o Mayeto se argumenta que viene de Mayo que es cuando los frutos de sus huertos florecían sin embargo un grupo de expertos niega esta posibilidad ya que en Osuna o Marchena no se relaciona esta palabra con los huertos como sucede en Rota sino con olivares y otros cultivos de secano.
En la obra de 1979 «El lexico del olivo» en Osuna afirman que al suprimir la vocal final «e. o y a, esta claro, que la raíz es mayet o mayat» que «podria ser «mozárabe» y que no puede venir de Mayo porque en el caso de Osuna no tiene sentido al ser un léxico relacionado con los cultivos de secano.
En árabe  maiat (mayat) árabe significa «Alejamiento, repulsión. Así los mayates serían los alejados, los expulsados y que, además, generan repulsión entre los cristianos. Eso explicaría que sea un insulto en Arcos hasta el dia de hoy.

El el diccionario de Federico Corriente dice refiriéndose a este término que con toda seguridad, los mayat serían moriscos expulsados, es decir los que desde Granada se llevaron a León, Extremadura, Campo de Criptana, Ávila, Sevilla, Córdoba, Cádiz…). Como eran los únicos que conocían las artes de la huerta y la irrirgación, comprarían con el tiempo su pequeña parcela de tierra, pero no podian aspirar a comprar más. La etimología es clara: alejamiento, repulsión, no tener nada.
Federico Corriente es un conocido arabista y académico español que ha dedicado gran parte de su carrera al estudio de la lengua árabe y su influencia en el español. Uno de sus trabajos más destacados es su diccionario de arabismos y voces afines en iberorromance.
Recreación digital de la zona de Huertas de la Finca El Parque con la muralla al fondo.
EL AMOCAFRE
La palabra «amocafre» o «almocafre» proviene del árabe «al-mukáffar», que significa «el que cava» o «el que excava». En español, «almocafre» se refiere a una herramienta agrícola utilizada para cavar o remover la tierra, similar a una azada pequeña. Es una de las muchas palabras en español que tienen origen árabe, reflejando la influencia histórica de la cultura árabe en la península ibérica durante la época del Al-Ándalus.
Igualmente relacionado con los trabajos del huerto encontramos la plabra Azada: Herramienta agrícola utilizada para cavar o remover la tierra sin olvifar la palabra acequia.

La palabra «acequia» proviene del árabe «al-sāqiya», que significa «la que da de beber» o «conducto para llevar agua». En español, «acequia» se refiere a un canal o conducto hecho para llevar agua, especialmente para riego. Es una de las numerosas palabras en español que tienen origen árabe. Las acequias fueron una parte esencial del sistema de irrigación desarrollado en Al-Ándalus, y muchas de estas estructuras todavía se utilizan en España hoy en día.
ALMUD Y MEDIO ALMUD
La palabra «almud» proviene del árabe «al-mudd», que es una unidad de medida. En el contexto árabe original, «mudd» era una medida de capacidad, especialmente para áridos como granos.

En Al-Ándalus, el «almud» se adaptó a las necesidades y contextos locales. En el ámbito medieval español, el almud se utilizó como una medida de capacidad para granos y otros productos secos. La cantidad exacta que representaba un almud podía variar según la región y el período histórico.
La palabra «alfalfa» proviene del árabe «al-fisfisa», que significa «forraje fresco». La alfalfa, conocida científicamente como Medicago sativa, es una planta forrajera que ha sido ampliamente cultivada y utilizada para alimentar al ganado debido a su alto valor nutricional.
La introducción y el cultivo de la alfalfa en la península ibérica se atribuyen a los árabes durante el período del Al-Ándalus. Posteriormente, su cultivo se extendió a otras regiones de Europa y, con las exploraciones y colonizaciones, a diversas partes del mundo.

La palabra «arroba» proviene del árabe «al-rubʿ», que significa «la cuarta parte». En el contexto original, se refería a una cuarta parte de algún todo, especialmente en términos de medidas de peso o volumen.
En la península ibérica, durante la época del Al-Ándalus, la «arroba» se estableció como una medida de peso que, dependiendo de la región y el producto, variaba ligeramente, pero en general representaba aproximadamente una cuarta parte de un quintal (es decir, alrededor de 25 libras o 11,5 kg). Con el tiempo, esta medida se adoptó en muchos países de América Latina debido a la influencia española y portuguesa.

LOS MAYETES Y LA MAQUILA
Durante varios periodos el Estado imponía a los «Mayetes», la entrega de parte del trigo en el Silo, un almacén situado cerca de la estación de ferrocarril.
La Marchena Andalusi, recreación virtual.
Algunos mayetes también entregaban sacos, ya fuera de trigo o harina, a la panadería a cambio de unos comprobantes de cartón, para indicar el valor del trueque pero a un precio superior al establecido por el Estado. Esta práctica, se estableció como una medida para prevenir la hambruna en las grandes ciudades, pero dejó a los agricultores en una posición vulnerable.
En los tiempos de sequía devastadora la calamidad se hacía presente y en los hogares de los mayetes había llantos entre los padres que a pesar del esfuerzo no lograban sacar para mantener a oshijos y la única solución entonces era vender tierras para poder alimentarlos un pequeño gran drama para los mayetes.

Almazara: Proviene del árabe «al-maṣṣara» (المعصرة), que significa «el lugar de prensado». En español, «almazara» se refiere al lugar donde se prensan las aceitunas para obtener el aceite.
Alberca: Deriva del árabe «al-birka» (البركة), que significa «estanque» o «piscina». En español, «alberca» se refiere a un depósito de agua, a menudo utilizado para el riego, aunque también puede referirse a una piscina.
Ataharre: Banda que sujeta la silla o albarda en la caballería, la palabra «ataharre» también se usa en algunas regiones para referirse al barro o lodo, especialmente el que se forma en las calles después de la lluvia. En cuanto a su origen, es probable que provenga del árabe «ṭaharr», aunque su etimología exacta no es clara.