La antropóloga marchenera Mercedes Jiménez Alvarez decidió cruzar la frontera para ponerse en el lugar del otro. Vive y trabaja en Tánger desde hace dieciocho años. «Necesitaba comprender ese drama y un día decidí cruzar la frontera». Ahora vive en Tánger y se propone organizar unas jornadas de migración en Marchena para entender mejor este fenómeno que cada vez va a más.
“Tengo casi 18 años y cuatro hermanos. Me fui a “buscar la vida”. Cuando me fui no tuve miedo, bueno, un poco sí. Después de muchos días conseguí esconderme en un camión, sólo llevaba un pantalón corto.Pasé quince horas escondido hasta que pude salir del camión… Ahora yo tengo trabajo y papeles. Estoy contento. Todo lo que gano se lo envío a mi familia”.
Testimonio de un menor migrante en el libro «Buscarse la vida».
Mercedes Jiménez es Doctora en Antropología Social y Cultural. En 1995 daba clases de español como voluntaria en Sevilla Acoge a los niños que venían de Marruecos debajo de un camión. Un año después se fue a Tánger para trabajar con los niños de la calle en una asociación. Allí trabaja en el Centre ACRES (Centre Transfrontalier pour l´Action Culturelle et Recherche Social) y es investigadora postdoctoral de la Universidad Complutense de Madrid. Fue investigadora postdoctoral en la Universidad del Algarve (Portugal) y en la actualidad es profesora invitada en la Universidad “Abdelmalek Essadi” y responsable de programas de cooperación en AECID en excedencia. También es investigadora postdoctoral en la Universidad de Algarve (Portugal), profesora visitante en la Universidad Abdelmalek Essaâdi y en octubre comienza su labor docente en la Universidad Complutense de Madrid.
En 2011 escribió una tesis llamada «Intrusos en la frontera, menores marroquíes migrantes en la frontera Sur de Europa» que se leyó en junio en la Universidad Autónoma de Madrid. Un vídeo suyo realizado por Málaga Acoge e insertado en nuestro canal de Facebook tuvo 10.000 reproducciones, precisamente por la claridad con la que habla. Tiene varios libros publicados sobre el fenómeno de los menores migrantes entre ellos «Buscarse la vida» que puede leerse online.
«El fenómeno de la inmigración de menores en España comenzaba. Por este motivo me marché a Marruecos, buscando claves para entender por qué un chaval de 15 años se jugaba la vida así».
– ¿Crees que el gobierno de Marruecos utiliza la migración infantil juvenil para presionar a la UE?.
Creo que la Unión Europea trata a estos menores como si “no fueran dignos de ser protegidos”, “como si no fueran de los nuestros”, “como si fueran menores de otra categoría” y desde hace años se empeña en no tener el trato diligente que según la ley estos niños, niñas y jóvenes merecen porque teme un “efecto llamada si se cumple la ley y los tratan bien”. La UE y el Estado español han gastado mucho dinero en proyectos de cooperación para construir centros en Marruecos y poder repatriarlos.
Marruecos es completamente consciente de este interés de “quitárselos de encima” y convierte a estos niños en una “moneda de cambio” en muchas de las negociaciones políticas con la UE. Marruecos no se preocupa por el bienestar de estos chicos, pero Suecia, Alemania y España han mostrado una voluntad clara de repatriarlos a cualquier precio. Marruecos y la UE juegan con el bienestar de estos niños y con su futuro.
En la frontera entre EEUU y Mexico
-¿Cuantos menores pasan de Marruecos a España cada año y porqué este año ha sido una cifra superior?.
Hace 20 años que estos chicos y chicas están migrando a Europa. No es una realidad nueva. El primer expediente de desamparo de un menor no acompañado en Andalucía es de 1993. En los últimos 20 años, fue en 2006, 2007 y 2008 cuando llegaron más menores. Este verano la situación está siendo caótica por una falta de previsión. Sí es cierto que hay un repunte de llegadas de marroquíes adultos porque la situación de represión ha sido muy dura en el Rif con los jóvenes del “Hirak” (como un movimiento 15M pacífico que ha sido represaliado). La presencia de chavales migrando de forma autónoma existe hace 20 años, se ha mantenido en estos años y seguirá a futuro.
«En España, se decía que estos nuevos inmigrantes eran niños de la calle, menores con antecedentes penales, altamente peligrosos, culturalmente violentos y extremadamente pobres. Demasiadas etiquetas para un grupo tan reducido de chavales».
-Los niños Marroquíes no quieren saber nada de los subsaharianos, y los llaman africanos. ¿Existe mucho racismo en Marruecos?.
Existe racismo en Marruecos y en Andalucía también. Existe racismo en todos los contextos donde los estereotipos y prejuicios son la base del conocimiento del otro y hay relaciones de poder en juego. En Andalucía se llama a los marroquíes “moros” habitualmente y cuesta trabajo desvelar el sesgo racista que encierra esa palabra.
-Se habla mucho de las mafias. ¿Quienes son estas mafias de la inmigración y como usan a los niños en Marruecos?.
La mayor parte de los chicos y chicas que llegan cruzan por sus propios medios, en grupo o solos y sin pagar a nadie. Pero podemos decir que, en un contexto donde se cierran las fronteras y se suben los perímetros fronterizos y se coronan de concertinas, los pasadores, mafias o traficantes aumentan y se aprovechan de familias enteras que se endeudan para hacer cruzar a algún hijo. Puntualmente hay chicos que han cruzado en moto de agua o han pagado a algún narcotraficante para cruzar aprovechando las redes de tráfico de cocaína y hachís que están presentes en el Estrecho de Gibraltar, pero la mayor parte de los chavales cruzan arriesgando su vida.
«En torno a la inmigración de menores marroquíes en España y debido principalmente a los medios de comunicación, se han creado varios estereotipos. Señalo dos, uno en relación con su magnitud: “Se está produciendo una invasión”, y otro con relación a su procedencia y origen: “Son niños de la calle, peligrosos y violentos”.
El cruce es como “un rito de paso”, se convierten de algún modo en “adultos”. Hay que comprender el miedo y el riesgo que existe en el cruce para analizar el discurso de los chavales de querer “buscarse la vida y trabajar”. Si hablamos de los chicos que proceden de los países del Subsahara, para muchos, la travesía del desierto es algo mucho más duro que cruzar el mar. Muchas personas mueren de sed abandonadas por los pasadores.
«Los adolescentes y jóvenes marroquíes que viven en la calle en España ponen en tela de juicio un sistema de protección jurídica, pues la mayoría de estos chavales no eran “de la calle” en su país de origen y se han vuelto “de la calle” en España».
-¿Crees que hay un rebrote de racismo en Andalucia y España hoy?.
Hay un rebrote en Europa en general. Miremos a Salvini como político clave que ha sido elegido al calor de un discurso racista y que fomenta políticas racistas… En España existe un racismo institucional que cuesta desenmascarar
-¿Qué te parece la situación de los centros de menores como el de Marchena?.
La saturación este verano en los centros en Andalucía ha producido situaciones caóticas por una falta de previsión. Los profesionales y los menores han vivido situaciones de graves desprotecciones. Creo que las educadoras del centro de Marchena han puesto su mejor voluntad para responder a esta situación, pero la administración está obligada a ser diligente y a poner los medios suficientes para amparar a estos chicos. Y esto no se ha hecho.
«Nos encontramos con niños que vulneran fronteras de la Europa fortaleza, que cuestionan los sistemas de protección de la infancia y el Estado del Bienestar».
La Junta de Andalucía pone frecuentemente en duda que estos menores de edad estén en desamparo y la titularidad de sus derechos está constantemente cuestionada. Se dan situaciones de maltrato institucional a los menores y a los jóvenes. La calle nunca debe ser la solución para ninguna persona y menos si es menor de edad. Los menores viviendo en las calles de Marchena nos debe hacernos cuestionar sobre la forma de entender los derechos y en nuestros estereotipos y prejuicios.
