Miguel Angel Sánchez, el marchenero que descubrió la amazona herida de Ecija
José Antonio Suárez López
Apareció en 2002 en las obras de un parking subterráneo, en pleno centro de la actual Écija, en Sevilla, en lo que fue el foro romano de la antigua Astigi. La Amazona herida es una escultura del siglo II d.C de excepcional valor histórico por su excelente estado de conservación. Más de cuarenta mil personas la visitan cada año en el Museo Histórico de Ecija.
Cuando se cumplen quince años de la aparición de la estatuta el Marchenero Miguel Angel Sánchez Abadía recuerda que fue el primero en descubrir la estatua después de dos mil años.
Trabajaba como operario de la empresa marchenera de restauraciones Bellido que durante tres años se encargó de las excavaciones arqueológicos de la Plaza del Ayuntamiento de Ecija.
«Fuí la primera persona en verla y tocarla después de casi 2000 años. Lo primero es que no soy arqueólogo, aunque me sobran las ganas. En el año 2001 fuimos contratado por Ana Romo Salas la directora de la excavación, éramos operios de Construcciones Bellido»nos cuenta Miguel Angel Sánchez Abadía. Allí trabajaron quince marcheneros y «solo tres estábamos justamente donde apareció esa maravilla de la Amazona herida».
Esta empresa tenía una rama de operarios expertos en Arqueología y Antropologia solicitados por todos los arqueólogos de Sevilla por el buen trabajo y la gran experiencia que tenían.
«En Écija estuvimos casi tres años, fue una excavación maravillosa. Todos los días aparecían basas, capiteles, columnas, tégulas, mosaicos, torsos de atleta, pie de bronce dorado, cabeza de mármol, calzadas y como no mi Amazona herida ,que cada vez que puedo voy a verla».
La Amazona apareció en una natatio o piscina y fue depositada allí para esconderla y protegerla. «Imagino que sería el fin del Imperio romano y sabían que los bárbaros estaban muy cerca de Écija y la iban a destruir».
La Amazona fue lo que más impresionó por su belleza y por el hecho de ser una de las pocas que se encontró completa y con policromía aún. «Para mi fué un orgullo y un privilegio rescatarla».
Los restos habían sido depositados sobre las termas del foro romano. Antes de llegar al sustrato romano desenterraron 20 tumbas visigodas en perfecto estado y más de 5000 tumbas islámicas.
Miguel Angel Sánchez Abadía
«De las que sacamos de todo desde anillos, monedas puntas de flecha, dagas y hasta un caballo entero enterrado con su dueño.
«Para mí es la mejor excavación en la que estuve y mira que he realizado muchísimas, como el Alcázar de Sevilla, Patio de Banderas, cimentación de la Giralda, interior de la Catedral, Iglesia del Salvador y otros templos menores».