El nardo es una de las primeras plantas que llegaron a Sevilla desde México y hay documentos de que en 1570 el médico portugués Simón de Tovar (Faro 1528 – Sevilla, 1596) gestionó la importación de tubérculos de nardos que sembró en un jardín botánico que tenía en el barrio de San Roque.
Los nardos son originarios de centroamérica de donde llegaron a Sevilla en torno a 1570 y donde hoy son populares por adornar los pasos de las vírgenes, especialmente las de agosto y septiembre como la Virgen de los Reyes o la Virgen de Regla ya que es entonces cuando florece. En Andalucía se cultivan en Chipiona y Cabra.
El nardo florece a finales del verano. Su plantación se hace en primavera, generalmente entre abril y mayo, después de que haya pasado la amenaza de las heladas y en zonas sin heladas, se pueden plantar en otoño para que florezcan a principios de verano.
Sevilla fue la primera ciudad europea en ver y probar nuevos cultivos y plantas como el tomate, maíz, cacao, chocolate, calabaza, piña, nardo, jengibre, tabaco, pimiento, girasol y la patata.
A ver, cultivar, comprar y vender aquellas plantas recién traídas de América venían médicos, farmacéuticos, jardineros de toda Europa con los que Tovar mantenía contacto por correo y a través de los catálogos de plantas que publicaba.
Simón de Tovar, médico portugués de Faro, y precedente de la farmacología, de origen converso, según la Real Academia de Historia fue uno de los personajes más influyentes de la Sevilla del siglo XVI. Tovar escribió tres libros sobre medicina, astronomía y farmacia.
Propietario de una huerta y jardín botánico a las afueras de Sevilla, el más importantes del momento y de una de las colecciones de rarezas botánicas más interesantes de la época al calor del comercio con América, su huerta servía para que las plantas recién llegadas de América se aclimataran al suelo andaluz antes de ser trasladado al jardín botánico real de Madrid.
Los botánicos más importantes de Europa mencionan a Tovar como uno de los primeros botánicos europeos y a su muerte Benito Arias Montano, también posible judeo converso se hizo cargo de su colección de plantas que finalmente acabó en manos del Rey Felipe II.
Nacido en Faro Algarve, pasó a estudiar a Salamanca y Guadalupe, y en Andalucía vivió en Villamartín, donde se casó con su primera esposa, Isabel de Tovar, con quien tuvo tres hijas. Hacia 1557 se trasladó a Ayamonte (Huelva) y en 1570 se estableció extramuros de Sevilla.