A fines del siglo XV la conquista de Canarias supone la la llegada a Sevilla de un contingente numeroso de prisioneros y de gomeros rebeldes. Sevilla era entonces el más importante mercado de esclavos del Sur de Europa.
«Negros, canarios, musulmanes, mulatos e indios americanos convivían todos ellos en su seno dentro de una célula familiar cerrada y en medio de unos grupos sociales
muy diversificados» expone Alfonso Franco Silva, en su obra «El esclavo canario en Sevilla a finales de la edad media».
En 1480, los monarcas ceden sus derechos sobre la trata de esclavos canarios a Alonso de Quintanilla y Pedro Fernández Cabrón. Cabrón a veces actuaba llegó a la isla junto con Pedro de Vera, conquistador de Gran Canaria en 1483 y hombre de confianza de Rodrigo Ponce de León.
ESCLAVOS CANARIOS EN MARCHENA
El 12 de Marzo de 1490 Gómez de Barrionuevo, vecino de Marchena, compró una esclava canaria llamada Malgarida, que fue liberada por el obispo de Canarias, con el argumento de que era horra es decir libre por lo que se genera un conflicto para decidir la suerte de la esclava en la Real Cancillería de los Reyes de Castilla.