Federico Coriente en su discurso de ingreso en la Real Academia de la lengua destaca que los registros medios del árabe en el castellano «proviene de nombres de juegos, voces etimológicamente opacas usadas en ellos, segmentos ininteligibles de refranes, modismos o canciones populares o infantiles que generalmente se ha venido teniendo por onomatopéyicos expresivos o fáticos sin intentar interpretarlos aunque sólo parecen ser reconocibles para quien está al corriente del léxico y la fraseología del árabe andalusí».
Hay otro nivel «bajo o ínfimo como exclamaciones intersecciones y voces obscenas o soeces e incluso blasfemias a menudo emitidas por los diccionarios más recatados y en algún caso receptoras de interpretaciones peregrinas diferentes de la que sugieren en árabe» que eran usados por los arrieros olas nodrizas moriscas.
Es decir que se ha perdido el significado de muchas expresiones coloquiales de palabras del español de origen árabe que eran transliteraciones onomatopéyicas. Al no saber árabe no podemos interpretar ni entender.
La pérdida de la memoria colectiva, de los pueblos que olvidan su historia, lleva a un desconocimiento del origen y el significado de tradiciones como las nanas y el flamenco.
Sin embargo Antonio Manuel estudió árabe para analizar ese contenido perdido del árabe en la cultura andaluza y quedó básicamente en la cultura rural andaluza, como su abuela Rosario, jornalera que le cantaba nanas. «Nam», en árabe andaluz significa «duérmete» así que nana viene del árabe.
Esta interpretación se alinea con el uso de la palabra en muchas canciones de cuna tradicionales españolas y en otras culturas influenciadas por el árabe. Además, «nana» también podría tener raíces en el latín. En latín, «nanna» significa niñera o nodriza. Las antiguas nanas andalusíes se conservan en el norte de Marruecos. Pero el árabe que se hablaba en Al Andalus no era igual que el de Marruecos donde se habla Dariya, un dialecto, mientras andalucia se habó Algarabia.
La palabra «algarabía» tiene su origen en el árabe, más específicamente del término «al-‘arabīya», que significa «el árabe». El romance andalusí también llamado algarabía era una variedad lingüística romance que se hablaba en Al-Ándalus, la parte de la península ibérica bajo dominio musulmán entre los siglos VIII y XV. Este idioma era una mezcla de latín vulgar y elementos del árabe y otras lenguas peninsulares.
Antonio Manuel argumenta que el flamenco es una expresión de dolor y lo sagrado, transmitida de generación en generación, manteniendo viva la memoria colectiva. Esta transmisión se ha hecho sin la necesidad de partituras, evidenciando la fuerza de la tradición oral en la cultura flamenca.
A pesar de los cambios lingüísticos y culturales, el pueblo andaluz nunca olvidó sus raíces, manteniendo palabras y sonidos de su pasado. Esta capacidad de preservar la lengua y la cultura a través de los tiempos es vista como una hazaña extraordinaria.
El flamenco, una vez considerado una expresión de los marginados, se ha transformado en un patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Este cambio refleja la resiliencia y la importancia del flamenco como una forma de arte que ha superado la opresión y el olvido.
La historia del flamenco es, en esencia, la historia de un pueblo que, a pesar de enfrentar la persecución y la opresión, ha logrado mantener vivas sus tradiciones, su lengua y su arte.
La palabra «zambra», que se refiere a un tipo de baile, proviene de la palabra árabe «dan rap», que significa «grupo de personas». Del mismo modo, la «zarabanda «, otro baile, deriva de la palabra árabe que significa «zapatear».
La granaína y la media granaína, dos formas de cante flamenco, tienen sus raíces en la historia de Granada y Málaga, reflejando las complejas interacciones culturales y políticas de la región.
El flamenco ha sido un medio para preservar la memoria histórica, especialmente en lo que respecta a la persecución y marginación de comunidades como los gitanos. La conferencia destacó un episodio trágico de la historia española: la prisión general de los gitanos en 1749, una persecución masiva que ha dejado una huella indeleble en la comunidad gitana y en su expresión artística.
La «taranta» y la «farruca», son formas musicales que encapsulan historias, emociones y experiencias colectivas expresiones artísticas que reflejan la alegría y el dolor, sino también la resistencia y la resiliencia de un pueblo que ha sobrevivido a través de los siglos.
Las tradiciones de boda en el norte de África y su conexión con el flamenco, destacando cómo ciertos elementos culturales han trascendido fronteras y épocas. Se señaló cómo rituales como la bulla (boda) se reflejan en las bulerías flamencas, fusionando celebraciones y música en un acto de alegría colectiva. Asi encontramos cantes de boda como allboreá o el yeli yeli.
Sorprpendetemente encontramos frases árabes castellanizadas como el «que si quieres arroz catalina» que viene de «Tiríd ‘ala rrús, aqṭá‘ lína», que se transformó en la expresión conocida en español. En árabe, las palabras para «arroz» y «esposo» suenan parecido. Con esta frase en árabe se le preguntaba su conformidad a la esposa, que no era la primera vez que se casaba, porque si la esposa era virgen, no se le preguntaba nada.
Los africanos, originalmente traídos como esclavos a Andalucía, dejaron su huella en el flamenco, tanto en términos de ritmos como de lenguaje. Palabras como «tango» y «fandango» fueron examinadas en su contexto histórico, revelando un legado lingüístico y cultural africano.
A juicio del arabista Fesderico Corrientes, ciertas expresiones populares andaluzas parecen reproducir el lenguaje de los arrieros moriscos, aquí tenemos un delicado problema de lexicografía cuyo estudio no complace a todo el mundo recuerdo que un artículo que publiqué expresiones bajo tabús social en árabe andalusí y sus relaciones con el romance que tuve que publicarlo en suiza, porque en españa a nadie a nadie le interesaba.