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Paradas también tuvo cuartas y quintas y otras saetas antiguas

En el marco de las II Jornadas de Cultura «Villa de Paradas», celebradas esta semana, la localidad volvió a escuchar las voces de su memoria. La conferencia sobre la saeta antigua de Paradas, a cargo de Javier Arcenegui Rodrigo y Pablo Parrilla González, supuso un emotivo homenaje a uno de los patrimonios inmateriales más singulares del pueblo: una forma de rezo cantado que pervivió durante siglos en la voz del pueblo y que, gracias a un libro y una grabación sonora, ha logrado esquivar el olvido.

Las saetas antiguas de Paradas dejaron de cantarse en la calle hacia finales de los años 60 del siglo XX, siendo José Avecilla González, fallecido en 1966, el último paradeño conocido que las interpretó públicamente durante la procesión del Nazareno. Tras su muerte, esta forma de rezo cantado prácticamente desapareció del paisaje sonoro de la Semana Santa paradeña.

¿Cuándo se recuperaron?

Pero la historia dio un vuelco inesperado gracias a la Escuela de Saetas de Marchena, que en 1990 reavivó la llama de una tradición que muchos creían extinguida.

Fue entonces cuando un grupo de vecinos paradeños, conscientes del valor de lo que habían perdido, cruzaron la Campiña buscando en Marchena las raíces del canto. Allí, en los pasillos de la Escuela de Saetas, escucharon por primera vez en décadas lo que resonaba como propio: la vieja saeta de Paradas, entonada por voces marcheneras que, paradójicamente, la habían guardado y preservado como si fuera un tesoro prestado.

Lo recuerda con claridad el director e la Escuela de Saetas de Marchena Roberto Narváez: “Fueron los paradeños quienes vinieron a Marchena a buscar su saeta, y la encontraron en la voz de la escuela”. Desde entonces, el eco de aquellos cantes volvió a sonar en las calles de Paradas.

En el año 2017, durante el Viernes de Dolores, la saeta de Paradas volvió a sonar dentro de los actos cultuales de la Hermandad de Jesús Nazareno. Los intérpretes fueron Ángel Arcenegui y Joaquín Torres. Al año siguiente, Juan José García y Ana Vecilla continuaron la tradición.

 Javier Arcenegui Rodrigo y Pablo Parrilla González, publicaron del libro «La saeta antigua de Paradas» en el año 2020, en plena pandemia. Este libro recogía 113 letras documentadas, muchas con grabaciones incluidas en un CD.

La peña flamenca Miguel Vargas y algunos entusiastas han seguido promoviendo su divulgación, pero no se ha integrado plenamente en la Semana Santa como antaño.

En un recorrido apasionado y documentado, los autores desgranaron el origen, evolución y significado de la saeta antigua de Paradas, una modalidad de canto religioso anterior al flamenco, compuesta por versos breves de cuatro o cinco líneas, que se cantaban de manera sencilla y profunda durante la Semana Santa paradeña. Se trata de rezos cantados —no exhibiciones artísticas— que, en palabras de los conferenciantes, «atravesaban el alma como flechas», de ahí su nombre.

Javier Arcenegui, docente e ingeniero de profesión, relató cómo, desde la fundación en 1605 de la Hermandad de Jesús Nazareno de Paradas, se incorporaron elementos visuales y escénicos para hacer más comprensible el mensaje evangélico a un pueblo mayoritariamente analfabeto. En ese marco surgió la saeta antigua, vinculada a las hermandades, pero también al corazón de cada devoto.

Por su parte, Pablo Parrilla, filólogo, flamencólogo y figura destacada de la peña Miguel Vargas, trazó la evolución estética de la saeta: desde sus orígenes misionales hasta su transformación en cante flamenco a principios del siglo XX. Lamentó que, en ese proceso, Paradas no lograra mantener viva su versión primitiva, como sí ocurrió en Marchena, Puente Genil o Lucena. No obstante, subrayó la importancia de la recuperación que en 2020 dio lugar al libro La saeta antigua de Paradas, obra conjunta con Arcenegui, donde se recogen 113 letras documentadas, muchas con su grabación sonora.

El libro, editado en plena pandemia, incluye tres colecciones fundamentales: las 57 letras manuscritas por Ángel Sarabia Vecilla, 45 mecanografiadas por Alejandro Arcenegui, y otras 20 procedentes de la conferencia que este último pronunció en 1975. Todo ello, acompañado de un CD con interpretaciones originales que permiten escuchar el eco de aquellas plegarias devotas tal y como se entonaban hace más de un siglo.

Uno de los momentos más emotivos de la tarde fue la reproducción de una cuarta y una quinta, dos formas métricas de la saeta antigua paradeña, interpretadas por Pandito y Alejandro Arcenegui. En ellas se percibe esa mezcla de humildad, temblor y recogimiento que caracteriza este canto ancestral.

Además, los autores evocaron a quienes mantuvieron viva la llama hasta bien entrado el siglo XX, como José Avecilla González, considerado el último gran saetero de la tradición antigua en Paradas, fallecido en 1966. Con él se apagó la voz pública de esta modalidad, que hoy algunos hermanos del Nazareno tratan de recuperar, especialmente en actos internos como el Viernes de Dolores.

Durante su intervención, Pablo Parrilla no esquivó la crítica: denunció el abandono institucional hacia esta tradición única y llamó a la implicación de hermandades, peñas flamencas y entidades educativas. «Estamos en una etapa de nuevo decaimiento», advirtió, reclamando apoyo municipal y comarcal para evitar que la saeta antigua vuelva a desvanecerse.

II Jornadas de Cultura de Paradas 2025 (jueves)

Con el rigor del archivo y la emoción del recuerdo, esta conferencia no solo iluminó el pasado, sino que sembró esperanza de futuro. Porque la saeta antigua de Paradas no es solo un canto: es la expresión de una identidad colectiva, el susurro de generaciones que rezaban cantando al paso del Nazareno en la noche del Viernes Santo.

Y como bien dijo uno de los conferenciantes:
“Sería muy triste una Semana Santa sin escuchar una saeta”.


Más información:
El libro La saeta antigua de Paradas está disponible en la Peña Flamenca Miguel Vargas y en la Hermandad de Jesús Nazareno.
El CD con grabaciones originales se incluye en la edición impresa.
La peña continúa organizando certámenes y actividades para mantener viva esta tradición.