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Perseguido por la Inquisición por los papeles secretos de su abuelo

INVESTIGACIÓN.- Nuevos datos muestran cómo durante décadas familias de Ecija, Marchena, sevilla y Utrera y sus descendientes criptojudíos procedenetes de Portugal continuaron siendo perseguidos y muchos huyeron a México donde fundaron ciudades como Monterrey.

En 1661 la Inquisición ordena poner al cobro los bienes  de Juan Fernández Martos, natural de Marchena,  y su nieto de  23 años nacido en Ecija, del mismo nombre solicita la Inquisición de Córdoba levantar el embargo de los bienes de su abuelo declarándose legítimo heredero «que como hijo mayor de Antonio Fernández Martos mi difunto padre me pertenecen».

Por este motivo fue preso en la Inquisición de Córdoba, hasta que no entregara los libros de cuentas de su abuelo. Dijo que tenia el testamento de Gonzalo Cardoso por habérselo entregado su tio Pedro Fernández Martos heredero del dicho Cardoso. Un testigo declara a la Inquisición que por entonces vivía en Marchena con su tÍo Pedro.

Juan Fernández Martos nieto del marchenero Antonio Fernández Martos, fue perseguido y encarcelado por el Licenciado Fernando Villegas inquisidor del Tribunal de Córdoba pidiendo que le entregara los libros de cuentas de su abuelo Antonio, vecino de Marchena, en los que seguramente esperaba encontrar más datos de dineros y bienes a incautar y familias criptojudías a las que apresar. 

Ya juzgado, secuestrados sus bienes, condenado y fallecido el abuelo, y huída su familia de Marchena, Juan había nacido en Ecija  y establecido en Granada como comerciante, cuando fue apresado en 1661 por causa de los libros de su abuelo que él negaba tener y se le abre un pleito fiscal inquisitorial. 

Diego de Carvajal  abogado de Juan Fernández Martos apela al tribunal de la Inquisición de Córdoba y recuerda que «se negó a mi cliente la soltura de la prisión en que está hasta que exhiba los dichos papeles y libros» y pide sacarlo de la prisión alegando no estar obligado a «exhibir dichos libros y papeles que se le piden» por defectos formales del proceso y alega que «según derecho no se puede proceder a la exhibición de los libros y más por medio tan riguroso como es la prisión».  

Pleito fiscal de Antonio Fernández Martos, vecino de Marchena (Sevilla), acreedor de los bienes de Simón Váez Sevilla, con el Real Fisco del Tribunal de la Inquisición de México en 1644.

Uno de los condenados por judaizante en el proceso del tribunal de Cuenca en 1654 -la mayoría importantes comerciantes criptojudíos portugueses relacionados con la corte madrileña del Conde Duque de Olivares- fue Juan Fernández Martos, vecino de Marchena, que antes de que le llegara la condena huyó y fue quemada su estatua en memoria. 

El  17 de Octubre de 1616 su abuelo tambien llamado Juan Fenández Martos «vassallo de su excelencia en ésta villa de Marchena» solicita Rodrigo Ponce de León, III duque de Arcos, licencia para repartirse la renta de una hacienda embargada a Lucas Martín, vecino de Marchena, por impago. «Salió a la ejecución que en sus bienes tenía a deuda Miguel Ortiz de Lucenilla en nombre de la hacienda de su excelencia» que fueron luego embargados.

En 1655 la Inquisición de Córdoba intervino en Marchena contra varias familias de origen portugués   entre ellos los España Antonio y su hijo Juan Fernández Martos marchan a Madrid con su tío Pedro, según informe de la Inquisición.

Juan Fernández Martos era esposo de Beatriz Manuel, hija del regidor de Ecija Manuel Díaz Fernández -administrador de los Fernández de Córdoba casado con Leonor de Faro, de un linaje de conversos del Algarve, según el estudio sobre conversos portugueses de Marcos Cañas Pelayo  que entre 1644-8 sufren varios procesos por judaizar, en la Inquisición de Córdoba. El padre muere en la cárcel y la hija es torturada, reconciliada y obligada a llevar sambenito.

LOS CARDOSO DE MARCHENA

El 1 de Agosto de 1586 Diego Cardoso, el «viejo», paga a Rodrigo Ponce de León Toledo, III Duque de Arcos, rentas por una tenería y una zapatería en Marchena. Cardoso apellido marrano portugués más conocido por Yshac Fernando Cardozo que escribió «Excelencias de los hebreos» impreso en Amsterdam en 1679, fué médico de los Reyes hasta la caída del Conde Duque de Olivares, cuando volvió a Venecia para recuperar el judaísmo.

ANTONIO FERNANDEZ MARTOS VECINO DE MARCHENA EN 1642

En 1642 un cajón de canela valía más que la vida de un hombre.  Ese año Antonio Fernández Martos vecino de la villa de Marchena reclama a la Inquisición de México seis cajas de canela consignada a Simón Báez Sevilla, jefe del grupo de Castelo Branco (Portugal) y el mas rico comerciante criptojudío entre Sevilla y México que acababa de ser encarcelado por la Inquisiciónmexicana. Por este motivo sus seis cajones de canela quedaron en paradero desconocido. Los dos fueron claves en las redes de judíos secretos o cripto judíos de Sevilla y México y su origen era portugués, lo que en es etiempo equivalía a ser judío en España.  Más tarde el propio Fernández Martos también sería juzgado por la Inquisición.

En 1621, el conde Duque de Olivares,  le abre la puerta de Castilla y 10.000 conversos portugueses se establecieron en Sevilla y Cádiz  buscando el comercio con América. Ser portugués en Sevilla equivalía a ser converso.

Los portugueses tomaron el control del comercio de canela desde que Lorenzo de Almeida tomó la isla de la canela (Sri Lanka) en 1505 y Suárez de Albegaria fundó una colonia en Kotte, usando canela como moneda de pago según El Libro de las Especias,

Los negocios iban viento en popa para la familia Báez y sus colaboradores hasta que una adolescente de la familia presa de una crisis de identidad religiosa, -vivía en una familia judía en un país católico– fue a confesarse a un fraile y fueron juzgados y condenados 200 personas de su propia familia.

Sede de la Inquisición de México. 

Antonio Fernández Martos se vio envuelto en la trama judicial cuando pretendió recuperar sus seis cajones de canela que durante el juicio y posterior encarcelamiento de Simón Báez Sevilla habían quedado embargados por la Inquisición de México depositados en en el receptor general de la Vera Cruz de este Santo Oficio.  El  12 de diciembre de 1644 los Inquisidores Francisco de Estrada y Juan Sáez de la Higuera mandaron llamar a Simón Báez Sevilla que dijo «por Dios nuestro señor» dijo que no recibió los seis cajones de canela porque cuando llegó la carga «hay muchos días» que estaba preso del Santo Oficio.

Tras más de un siglo de persecución inquisitorial portuguesa a su familia y al clan de Castelo Branco, Báez Sevilla emigra a la capital andaluza gracias a una autorización especial del Conde Duque de Olivares para los ricos comerciantes sefarditas portugueses a cambio de elevadísimas tasas e impuestos. El paso fronterizo por el que huían a España era Castelo de Vide, donde se están desarrollando rutas por los caminos por donde huían los conversos y donde queda constancia escrita del paso de la familia Marchena, judía. 

Establecidos en la calle Sierpes como comerciantes, conocida entonces como calle de los Portugueses, se hicieron de nuevo ricos participaron de la fundación de la cofradía de San Antonio, delconvento de San Francisco de la ciudad y otras de la diócesis, se involucraron en la cofradía de mareantes hispalense y se establecieron finalmente en México desde donde enviaban productos de Filipinas a España y comerciaban por toda América.

Desde 1610 la «nación portuguesa» se reunía periódicamente en la capilla de San Antonio de los Portugueses de Sevilla en el claustro del  convento de San Francisco en la que habían gastado 30.000 ducados.

La hermandad de San Antonio sevillana fue fundada el 12 de agosto de 1594 en casa de Simón Fraile de Lima por un grupo de portugueses la mayoría de origen converso tal y como han estudiado Salvador Hernández González y Francisco Javier Gutiérrez Núñez en su aportación al congreso La Sevilla Lusa.

Pleito fiscal de Juan Fernández Martos
Archivo Histórico Nacional, INQUISICIÓN,4746,Exp.6

Los Martos no fueron la única familia de criptojudías que existía en Marchena en el XVII pues ya conocíamos el periplo dela familia del último rabino sevillano, también oculto, Antonio Rodriguez Arias, esposo de Blanza Enriquez y su hermano Diego, y que también tuvo un papel fundamental en el mayor juicio de lainquisición de México contra los criptojudíos afectando a cientos de personas que estaban todas relacionadas por lazos familiares, origen portugués y negocios en Sevilla provincia.  

El vecino de Marchena Diego Rodriguez Arias, hijo de Antonio Rodríguez Arias y Blanca Enríquez fue procesado en Tenerife en 1653 que pudo ser “sacristán” de la sinagoga de Rotterdam y escapó a Londres para volverse judío donde se puso el nombre de  Abraham Rodríguez Arias y donde murió en 1676 en el Beth Holim, luego hospital judío fundado por españoles y portugueses.

MARRANOS EN MARCHENA, JUDIOS EN LONDRES

«En todo Londres se sabe que son judíos muy conocidos y que han solicitado ante Cromwell y su consejo ser parte para hacer una Sinagoga ofreciéndose para ello a dar  300.000 libras» dice de Diego Rodriguez Arias, el testigo Juan Molina,  ante la Inquisición Canaria. Añade que Diego Rodriguez Arias se llevó a su mujer «de Marchena a Londres y allí se establecieron «y la murmuración común es que todos éstos son judíos pero que lo disimulan yendo a «oír misa en casa del embajador de España y luego de que salió de Londres no le han visto más oír misa».

MIGUEL ARIAS DEL VALLE VECINO DE UTRERA

En diciembre de 1661 fueron apresados  y secuestrados sus bienes por orden de la Inquisición de Sevilla los hermanos de Utrera Leonor, Gonzalo, Gaspar, Francisco y Miguel Arias del Valle hijos de Diego Arias también conocido como Diego de Orduña, apellido que también usaban acusado de delitos de judaismo por el Inquisidor Gonzalo de la Escalera y Quiroga. 

 Leonor del Valle tenia 23 años, soltera y costurera, cuando fue apresada y atada en la cárcel de la Inquisición y tres meses depués se le permitió declarar que era «de casta y generación» cristianos castellanospero sus bisabuelos paternos  «habían sido portugueses». Como había perdido los nervios en la prisión y se había mordido y sangraba, la pusieron en manos de un médico que dijo que había dicho «disparates» como que ella solo creía en el «Dios de Jacob e Isaac» y que Dios le había dado fuerza para que lo dijese y que habiéndose mordido los brazos y roto las venas con los dientes para desangrarse y morirse Dios había querido reservarle la vida para que lo dijese» .  Aunque se le puso un curcifijo junto a la cara para que lo besara no lo besó y dijo que no creía en Cristo. 

Sinagoga de Utrera, antiguo Hospital de la Resurrección. 

REDES CRIPTOJUDIAS EN LA SEVILLA DEl XVII

A mediados del siglo XVII las calles de Sevilla y provincia se llenaron de comerciantes criptojudíos portugueses que buscando comerciar con América y huir de la Inquisición lusa, aprovecharon el trato de favor del Conde Duque de Olivares para crear redes internacionales de economía y política que buscaban expandir el judaísmo en América y Europa.

Mientras ocupaban cargos en las sinagogas de Londres y Amsterdam eran tenidos por buenos cristianos en Sevilla, Córdoba, Granada, Marchena, Utrera o Ecija. Como en ese tiempo estaba prohibido el judáismo en España, llevaban una doble vida hasta que eran denunciados y comenzaba su proceso inquisittorial. 

Muchos optaron por quedarse en España como judíos secretos clandestinos o criptojudíos. Otros optaban por la fórmula de abandonar definitivamente España para llevar una vida abiertamente judía en Amsterdam o Londres. El secreto jugó un papel fundamental hasta el punto de que en el siglo XX se descubrió una comunidad judía en la sinagoga de Belmonte, Portugal que venía subsistiendo desde el siglo XV ininterrumpidamente gracias a O Segredo, El secreto.  

Tan relevante fue la participación de los judíos conversos portugueses del comercio entre México y Sevilla que un judío portugués Luis Carvajal de la Cueva, funda por orden de Rey el Nuevo Reino de León entre México y Estados Unidos. Llegó a México en un barco llamado “Santa Catalina” con 100 familias que le acompañaron en la aventura, de las cuales se estima que alrededor del 70% de estas familias eran judíos conversos portugueses.

En Monterrey capital de Nuevo León, los apellidos conversos Carvajal, Garza-García y otros siguen teniendo el control económico y político formando parte de la élite de la región, tal y como muestra el monumento a Luis Carvajal. Los tres fundadores de Monerrey Alberto del Canto, Luis Carvajal y de la Cueva y Diego de Montemayor fueron judíos conversos y su presencia convirtió la región en la más poblada por la comunidad conversa en el país.

Monumento a Luis Carvajal en Monterrey. 

Las redes crriptojudías de comerciantes solían estar conectadas entre sí de forma que cuando uno de ellos caía en las garras de la Inquisición afectaba a cientos de personas de varias familias y no solo de una generación sino de generaciones posteriores, quedando marcados de nuevo por el drama familiar, lo que les obligaba a moverse de un lugar a otro de España para sobrevivir.  

Pleito fiscal de Antonio Fernández Martos, vecino de Marchena (Sevilla), acreedor de los bienes de Simón Váez Sevilla, con el Real Fisco del Tribunal de la Inquisición de México en 1644.