«La globalización es la trampa de quienes nos quieren desactivados, siguiendo sus normas, y contra esa trampa las mejores armas son las herramientas identitarias. El flamenco es un arma indiscutible para la resistencia cultural andaluza” expresó la cineasta Pilar Távora en los cursos de la Olavide en Carmona.
Además, a su parecer, el flamenco cumple la función de seguir expresando lo más profundo de los sentimientos humanos, “de seguir adelante sin dejar atrás lo importante de la vida, la conservación de la cultura, al mismo tiempo que la posibilidad de crear e innovar agarrados a las raíces para que no nos lleven los vientos de la globalización enajenante”, según expresa Távora, al tiempo que manifiesta que este arte es símbolo de la liberación, la resistencia, el dolor “y la alegría de un pueblo amasado en belleza, ritmo, compás y memoria”.
Así lo expresa la directora de cine Pilar Távora, quien ha participado hoy en el curso de verano ‘Aportación y visibilidad de la mujer en el flamenco. Formación complementaria’, que se está celebrando dentro de la programación de la XVII edición de los cursos de verano de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona.
“Tanto en el cante, como en el baile, la mujer ha aportado novedad en la estética, en la ejecución y hasta su expresión del dolor o la alegría han sido enriquecedores en el universo flamenco. Hay que tener en cuenta que las sociedades del siglo XVIII, XIX y principios de XX no eran precisamente idóneas para que la mujer tuviera espacio y posibilidades. En el momento que las ha tenido… ahí están”, precisa.
Pilar Távora indica que “no se nos ha regalado nada de nada y, como estamos viendo actualmente, ya se nos está intentando quitar parte de lo ganado a pulso. Claro que hay cambios y últimamente da la sensación de que las cosas se mueven un poquito… pero la mayoría son sólo apariencias, espejismos que se desvanecerán nada más nos descuidemos. Aun así, no podemos negar que ha habido cambios en positivo”.