Son 12 figurillas esquemáticas antropomorfas en oración, tres de ellas de piedra y nueve de huesos de animales fracturadas por efecto térmico derivado de la «presencia cercana de fuego».
«Los personajes orantes que posiblemente se clavaron en el suelo, mirando hacia el este, ofrecían a los dioses y/o antepasados santificados con el color rojo espolvoreado ofrendas de alimentos incinerados», explican los autores de esta investigación.