Cómo fue la conquista cristiana de los principales enclaves de la provincia de Málaga
José Antonio Suárez López
Del 16 al 24 de agosto Málaga celebra su feria en conmemoración de la conquista cristiana de la ciudad en la que las tropas del Duque de Arcos, Rodrigo Ponce de León tuvieron un papel decisivo al igual que en la toma de las principales ciudades de la provincia. Volvió a suceder tras la rebelión de las Alpujarras un siglo más tarde siendo señor de Marchena Luis Cristóbal Ponce de León.
Cuentan las crónicas que a Rodrigo Ponce de León, Señor de Marchena, se le nubló la mente después de la muerte de tres de sus hermanos en la batalla de la Axarquía, en el cerro de La Matanza.
Inmaculada de Puerta Osuna, en plaza de San Andres de Marchena
«Tened cuidado con ese hombre, que vuestra vida va prendida en la punta de su lanza», advertían a los jóvenes soldados marcheneros las abuelas de luto, que rezaban en el oratorio de la Inmaculada de Puerta Osuna, al paso de las tropas por la Plaza de San Andrés, de Marchena según la leyenda.
LA BATALLA DE LA AXARQUIA 1483
10.000 hogueras encendidas de noche acompañados del zumbar las rocas y peñascos que bajaban rodando desde las cumbres y hasta el arroyo Jaboneros que muere en las playas de El Palo. Fue el viernes 21 de Marzo de 1483, en una noche destemplada y revuelta como pocas.
No tuvieron más escapatoria que subir a los picos para morir matando llegando agotados a la Fuente de la Reina donde los esperaban los musulmanes.
Cuesta de La Matanza le pusieron por nombre aquel día cuando las tropas de Don Rodrigo perdieron 1550 hombres, 800 caballos, y murieron tres hermanos de Don Rodrigo y perdieron el honor y con él, sus banderas.
LA BATALLA DE MALAGA 1487
Conscientes del daño que habían provocado los musulmanes en la familia de Rodrigo Ponce de León lo primero que hicieron en la batalla por Málaga fue hacer ondear las banderas de Marchena y de los Ponce de León en el Castillo de Gibralfaro de Málaga.
Los Reyes Católicos tomaban un refresco en la lujosa tienda oriental que Don Rodrigo tenía en lo más alto, frente al castillo de Gibralfaro como avanzadilla del campamento cristiano (1487).
La furia de Don Rodrigo cayó sobre Castillo de Gibralfaro que estuvo todo el día envuelto en una nube de humo y la torre principal quedó reducida a escombros abriendo una brecha en la muralla.
De madrugada 2000 moros conducidos por Abén Zenete capitán de Hamet el Zegri sorprendió durmiendo a los soldados de Don Rodrigo matando a muchos y poniendo en fuga al resto hasta que Don Rodrigo salió de su tienda ordenando «vuelta hidalgos, que yo soy el Marqués, yo soy Ponce de León» y sus vasallos le obedecieron.
El cerro quedó cubierto de muertos y heridos y una flecha agujereó la coraza de Don Rodrigo a pesar de la guardia pretoriana que lo rodeaba, porque los disparos musulmanes se dirigían preferentemente contra él.
LA CONQUISTA DE VELEZ MALAGA
Pocos días antes de tomar Málaga Rodrigo Ponce de León salva la vida al rey don Fernando el Católico que había quedado desarmado en medio de una escaramuza en Vélez Málaga.
Don Rodrigo sufrió heridas y su caballo murió por interponer su cuerpo ante el rey cómo se refleja en el escudo de la ciudad. Una tarde se declaró un incendio cerca del campamento cristiano junto al castillo de Bentomiz seguido de sonidos de los timbales y trompetas de los moros y gritos de júbilo desde las torres de Vélez Málaga porque llegaba El Zagal, rey de Granada que acudía en su ayuda.
Don Rodrigo tomó un cerro ocupado por el enemigo haciendo huir al enemigo. El Zagal se entregó tras un acuerdo y luego todos los pueblos de la Axarquía y la Alpujarra.
LA CONQUISTA DE RONDA
Es 1485 el marqués de Cádiz Rodrigo Ponce de León conquistó Ronda para los Reyes Católicos a través de la mina de agua de la casa del Rey Moro. Cuando Don Rodrigo la descubrió la tomó evitando que los rondeños mandados por El Zegrí se abastecían de agua. Una vez sin agua la ciudad se entregó a los cristianos
Presos cristianos se dedicaban a subir el agua del Río Guadalevín por los 365 peldaños desde la mina de agua hasta la ciudad, lo que permitía a los rondeños abastecerse del agua del río.