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Saetas, marchas y poemas a la Virgen de la Soledad de Marchena

La marcha «Soleá dame la mano» para muchos considerada como la mejor de todos los tiempos, alabada por el propio Stravisnki por su calidad musical, cumple ahora cien años. Algunos autores consideran que el nombre de la marcha se debe a la Virgen de la Soledad de Marchena.

La Virgen de la Soledad de Marchena quedó ligada para siempre  a la historia de la música cofrade andaluza al dar nombre sin pretenderlo a la considerada mejor marcha de todos los tiempos, y quizá la que más ríos de tinta ha hecho correr: Soleá dame la mano.

Font de Anta compuso la marcha en 1918, después de oir una saeta carcelera cantada en Triana a la Esperanza trianera por un preso de la cárcel del Pópulo. Aquella saeta  que inspiró a Font de Anta era una de las que en Sevilla a finales del XIX llamaban saetas marcheneras, y en Marchena, carceleras, porque se cantaban al paso de la Virgen de la Soledad, por la cárcel, actual Plaza Miguel de Cervantes.

«Virgen de la Soledad, Madre de los Marcheneros, toda llena de bondad, dá trabajo al obrero, y a los presos libertad» dice una letra de las carceleras de Marchena. De entre los muchos estilos de saetas que se conservan y divulgan en Marchena gracias a la Escuela de Saetas Señor de la Humildad están la carceleras, que también tienen otros estilos similares como las moleeras o las cernicaleras, todas alusivas a la Virgen de la Soledad.

En una adaptación a piano, de Font de Anta publicada en 1924, el autor dedica la marcha: “A los desgraciados presos de la cárcel de Sevilla, que al cantarle “saetas” a la Virgen en Semana Santa, me hicieron concebir esta marcha”.

El diario «La Nación» del sábado 30 de marzo de 1918 destaca como principal novedad ese año el estreno de la marcha fúnebre «Soleá dame la mano». «Esta inspiración está fundada en una saeta que suelen cantar los presos a la Virgen de la Esperanza de Triana que dice así Soleá dame la mano, por la reja de la cárcel, que somos muchos hermanos y se ha muerto mi madre».  Para algunos autores la letra se corresponde a una saeta carcelera de Marchena, cuya letra se refiere a la Virgen de la Soledad de Marchena.

La letra y la marcha se hicieron tan populares en los años 20 y 30 que circularon varias versiones de la letra adaptadas a varias situaciones y contextos, entre ellas alguna política y reivindicativa como la publicada en la revista «Cartas y carteros» en abril 1931: «Soleá dame la mano que quiero ver al Barón y que vea a mis chaveas, ver si tengo razón».

Luego circularon otras versiones posteriores en Triana con una letra adaptada que remataba «Eres la Esperanza nuestra, estrella de la mañana, luz del cielo y de la tierra, honra grande de Triana». En este barrio la tradición de la hermandad de la Esperanza de homenajear a los presos data de 1889 y se mantuvo hasta 1933 cuando se clausura la cárcel.

La explicación sobre la llegada de las formas de saetas antiguas de Marchena a Sevilla la ofrecen varios autores entre ellos Garrido Bustamante en su obra «Días de cofradías». Tras la publicación de ese libro en 1999 Garrido Bustamante estuvo en Marchena dando una charla explicativa sobre el tema.

En esta obra Garrido explica que «La explicación de la llegada a Sevilla de las formas de la saeta antigua marchenera radica en el hecho de que poco tiempo antes de la composición de la marcha Soleá Dame la mano, la cárcel de Marchena fue cerrada trasladándose los presos de Marchena a Sevilla. Por ello la letra de la saeta que el preso interpreta aquella mañana de Viernes Santo estaba dedicada a la Virgen de la Soledad, pero a la Soledad de Marchena» según Garrido.

La saeta antigua de Marchena conserva diez estilos propios y autóctonos, transmitidas por tradición oral por la Escuela de Saetas Señor de la Humildad, la primera de España en ser creada. Estas saetas antiguas se llaman según el numero de versos cuartas, quintas o carceleras que aun se cantan hoy día, serían llevados desde Marchena a la ciudad de Sevilla.

La llamada saeta «revoleá» de Mairena también es oriunda de Marchena. En el XIX nacen las saetas carceleras de Marchena que tienen tres estilos y las cantaban los presos al paso de la Soledad por la puerta de la cárcel. Hay varios estilos de carceleras en Marchena, la carcelera, las cernicaleras y las moleeras.

Aún hoy la tradición saetera de Marchena sigue nutriendo a Sevilla, a través de las escuelas de saetas de Marchena que fue el germen de la escuela de Saetas de la Hermandad de la Cena.