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Sopa de tomate: la comida de la generación de la postguerra

La sopa de tomate no es solo un plato; es un testimonio vivo de la historia y la cultura andaluza. Su simplicidad esconde una gran profundidad antropológica, reflejando las costumbres, la economía y la identidad de un pueblo. Al cocinarla, no solo disfrutamos de su sabor, sino que también nos conectamos con generaciones pasadas y con una forma de entender la alimentación basada en el respeto por los productos locales y el aprovechamiento de los recursos.

En el pasado, la disponibilidad de alimentos marcaba el ritmo de la cocina. La sopa de tomate se preparaba en verano y otoño, cuando los tomates estaban en su punto óptimo, y se conservaba en grandes ollas para alimentarse durante los días más fríos. Este aspecto muestra la relación entre la gastronomía y la agricultura de temporada, un tema clave en la antropología de la alimentación.

La sopa de tomate es una preparación tradicional a base de tomates, pan y especias, muy popular en diversas regiones del mundo. Aunque puede encontrarse en múltiples versiones, en Andalucía es conocida como una receta humilde y campesina, típica de los meses fríos. Se diferencia del gazpacho en que es cocinada y caliente, aunque conserva la esencia de los ingredientes básicos del campo.

La sopa de tomate es un plato humilde y arraigado en la tradición gastronómica de la Campiña Sevillana, especialmente en pueblos agrícolas como Marchena, Carmona, Utrera, Osuna, Écija, Arahal y Morón de la Frontera. Su origen está vinculado a la cocina de aprovechamiento de los jornaleros y campesinos, quienes la preparaban con ingredientes básicos de la huerta y pan duro para resistir las largas jornadas de trabajo en el campo.

Un plato de la cocina rural sevillana

Marchena y Carmona: En estos pueblos, la sopa de tomate se preparaba en los meses fríos con el pan asentado de días anteriores, aprovechando la abundancia de tomates en verano, que se conservaban en orza o se secaban para el invierno.

Utrera y Osuna: En estas localidades, es común añadirle hierbabuena, un toque tradicional que le aporta frescura. También se servía con un huevo escalfado o incluso con sardinas en salazón, cuando la economía lo permitía.

Arahal: Se dice que en este pueblo la sopa de tomate era tradicionalmente el almuerzo de los aceituneros durante la recogida de la aceituna, ya que era un plato reconfortante y energético.

La sopa de tomate se origina en entornos rurales donde se aprovechaban ingredientes básicos y accesibles, como el pan duro y los tomates de la huerta. Es un ejemplo claro de la cocina de subsistencia, donde nada se desperdicia. En las sociedades campesinas andaluzas, el pan era el alimento base y se reciclaba en distintas preparaciones como migas, gazpachos y sopas.

La receta de la sopa de tomate ha sido transmitida oralmente de generación en generación, lo que la convierte en un elemento de memoria colectiva. Es un plato que remite a la infancia y a la cocina de las abuelas, con una carga afectiva y simbólica muy fuerte en la cultura andaluza.

¿Cómo se hace la sopa de tomate andaluza?

La sopa de tomate andaluza es una receta sencilla pero llena de sabor. Aquí tienes su preparación clásica:

Ingredientes:

  • 1 kg de tomates maduros
  • 1 pimiento verde
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 100 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 1 litro de caldo de verduras o agua
  • 100 g de pan del día anterior (preferiblemente cateto o rústico)
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • Sal y pimienta al gusto
  • Hojas de hierbabuena (opcional, pero le da un toque tradicional)

Preparación:
1⃣ En una cazuela, calentar el aceite de oliva y sofreír el ajo, la cebolla y el pimiento picados finamente.
2⃣ Añadir los tomates troceados y dejar que se cocinen a fuego medio hasta que suelten su jugo y se integren bien con el sofrito.
3⃣ Incorporar el pimentón dulce y remover rápidamente para que no se queme.
4⃣ Agregar el caldo caliente o agua y dejar hervir unos 15-20 minutos.
5⃣ Incorporar el pan en trozos y cocinar a fuego lento hasta que se deshaga y espese la sopa.
6⃣ Rectificar de sal y pimienta, remover bien y servir con hojas de hierbabuena.

Se puede acompañar con un huevo escalfado o incluso sardinas, según la tradición de cada pueblo.