Icono del sitio Marchena Noticias. Marchena Secreta. El tiempo en Marchena. Sucesos Marchena. Planes de verano en Andalucia. Marchena Noticias

Tres años después, las palmeras de San Juan y Plaza Alvarado no han sido repuestas

Una campaña en internet pide que el Ayuntamiento reponga las palmeras dañadas y taladas por la plaga del picudo rojo en diciembre de 2015 en Plaza Alvarado.

El grupo de Facebook Amigos de Marchena promueve una campaña a favor de que el Ayuntamiento reponga las palmeras dañadas y eliminadas por la plaga del picudo rojo en la Plaza Alvarado en 2015 donde había siete palmeras. Una plaga que también se llevó por delante las palmeras de la Plaza de San Juan.

Las postales de principios de siglo ya muestran las palmeras de Plaza Alvarado recién sembradas. En 1967 se abre el actual Bar Pololo, a través de una concesión municipal.

Entonces la Plaza Alvarado era de tierra, pero cada año por el corpus Antonio Jiménez solía echar albero nuevo. El Ayuntamiento talaba todas las palmeras y Antonio El Pololo pagaba la tala más cercana al quiosco, y se quedaba con el fruto, para luego venderlo en su bar por ser la unica palmera con dátiles dulces.

Por la Plaza Alvarado a la sombra de las palmeras se celebraba la feria y pasaban los famosos que venían al pueblo como Erique de Melchor.   Toreros, cantaores, celebridades pasaban por el pueblo y por el bar. José Mercé, Camarón, Pepe Marchena que vivía justo enfrente, Antonio Gala, o Paquirri siempre bajo la sombra de sus palmeras.

SIMBOLOGIA DE LA PALMERA

En el Corán la palmera se considera como sagrado, y se le menciona en veinte ocasiones, y se cuenta cómo la Virgen María parió a Jesús al pié de una palmera que la alimentó con sus frutos milagrosamente.

Los dolores del parto la empujaron hacia el tronco de una palmera y entonces de sus pies la llamó el niño recién nacido: «no estés triste. Tu Señor ha puesto a tus pies un arroyuelo. Sacude hacia tí el tronco de la palmera y verás caer sobre tí dátiles frescos y maduros, come pues bebe y alégrate».

Abderahman I, el fundador de la casa omeya en al-Andalus, cuando afirma en su célebre verso: ¡Oh palma! Tú eres como yo, extranjera en Occidente, alejada de tu patria.

«Cuando Dios creó a Adán que fue el primer ser humano sobró un resto de levadura de su arcilla, con este resto Dios creó la palmera» cuenta Ibn Arabí.

Según la tradición musulmana la palmera se creó de un trozo de tierra con la que también se creó a Adán, porque lo que en algunos poemas se llamaba a la palmera hermana de Adán y tía de los humanos. La llaman la Imana como una versión femenina del imán que dirige la oración orientados hacia la Quibla.

La palmera era predecesora de la humanidad, guía que la orienta, prototipo por cuya imagen se conforman los seres humanos, debido a que este árbol se regenera continuamente desde el interior y asociada según hemos visto a Adán, a Jesús, al mundo espiritual, a la Meca y a la cultura árabe.

El milagro de la palmera de Sevilla

Pablo Beneito Arias, doctor en Filología Arabe y Presidente de la Sociedad para el Estudio de Ibn Arabi, MIAS Latina, ha ha recuperado de la numerosa obra de Ibn Arabi, «el Milagro de la Palmera de Sevilla», que se cita en la obra «Compendio de la vida del profeta».

Ibn Arabí cuenta que en la ciudad de Sevilla en el año 590 había en las inmediaciones del cementerio de Musqa entrando en Sevilla, «pude observar una palmera que estaba muy inclinada, los vecinos de las casas que se hallaban alrededor de ella temiendo que cayera sobre sus casas y las dañara se quejaron al gobernador, que decidió cortarla.

Las personas que iban a cortarla llegaron al lugar tras la oración de la tarde y como ya se hizo de noche decidieron dejarlo para el dia siguiente dejando las herramientas a sus pies.

«Nuestro compañero tuvo una visión según la cual vio al enviado de Dios sentado en un oratorio situado en medio del cementerio y vio como la mencionada palmera fue surcando la tierra con sus raíces hasta llegar a su lado. Se quejó entonces de que la gente quisiera cortarla por su curvatura y le dijo enviado de Dios ruega por mí. La visión refirió que el enviado de Dios pasó entonces su mano sobre la palmera la cual se enderezó al momento quedando erguida y levantada y recta.

Por la mañana cuando la gente se levantó me dirigí con un grupo de personas a comprobar la veracidad de aquella visión y vimos todos que se había enderezado y estaba derecha sin curvatura alguna».

La palmera es símbolo de la unicidad divina y es tradición que la casa de Mahoma en Medina, estaba construida de barro y de troncos de palmeras, y su techo, cubierto de palmas.