Tres mujeres de Marchena quedaron inmortalizadas en el monumento a Bécquer
José Antonio Suárez López
Tres mujeres de Marchena posaron para el monumento a Bécquer de Sevilla, donde ayer se inauguró el año Bécquer. Eran la mujer y dos primas del escultor Lorenzo Coullaut Valera según se recoge en un estudio realizado por Enrique Iniesta Coullaut Valera nieto del escultor.
Las dos primas se llamaban María Pepa y Rocío Ledesma Sanabria y Valera y en 1981 tenían 70 años. Su nombre quedó en Marchena además en la Hacienda de las Niñas, pues eran ellas las dos niñas que dieron nombre a la hacienda propiedad de la familia Coullaut Valera. En la Hacienda de las Niñas se celebraron varios homenajes al escultor y en ella vivieron las dos hermanas hasta que se mudaron a Sevilla.
La tercera modelo fue la esposa del escultor María Teresa Mendigutia y Morales, de cuyo matrimonio los Coullaut Valera heredan la casa del Ave María, que a día de hoy es la más antigua que se conserva en el barrio de San Juan, ya rehabilitada y propiedad de un nieto del escultor.
La mujer que agacha la cabeza es María Teresa Mendigutia Morales y su postura aparece en la Rima XIXX «cuando sobre el pecho inclinas la melancólica frente una azucena tronchada me pareces».
Además dos de los hijos de Lorenzo Coullaut Valera posaron para los dos angelillos o amores en bronce, que durante el periodo 1936-39 estuvieron en la cárcel.
Uno de ellos representa al amorcillo que cruza jugando por encima de las tres mujeres y simboliza «el amor que pasa» inspirado en la Rima X cuando dice «oigo flotando en olas de armonía el rumor de besos y batir de alas de mis párpados que se cierran. Qué sucede: es el amor que pasa».
Lorenzo Muñoz Valera usaba para sus monumentos vecinos de Marchena como modelos. En 1926 el garrochista y picador marchenero Antonio Montes vecino de la Plaza Plaza Vieja posó para el monumento a los Alvarez Quintero según reconoce él mismo en un documental de TVE grabado 1982. Los Álvarez Quintero le dedican una obra de teatro a Lorenzo Coullaut Valera llamada «El duque de sí mismo».
El caballo era de los hermanos Suárez aparejado al estilo campero. «Cuando me vio don Lorenzo dijo: «marchenero tenía que ser. Habían buscado muchos jinetes en varios lugares sin encontrarlo. Estuvo toda la tarde sacándome fotos con dos máquinas monté 4 caballos esta tarde. De cada caballo cogió un detalle y sacó un caballo completo».
El monumento a Bécquer de Sevilla se inauguró en 1911 y lo hizo el autor marchenero gracias al encargo de los Alvarez Quintero, que sufragaron su coste con representaciones teatrales por toda España. Eligieron una obra llamada “La eterna rima”, basada en el popular poema de Becquer. Al mismo tiempo los restos del poeta fueron trasladados de Madrid a Sevilla.
En agradecimiento a los Hermanos Alvarez Quintero, por escribir la Rima Eterna, que se representó por toda España para sufragar el monumento a Becquer en Sevilla, Lorenzo Coullaut Valera modeló esta medalla.
El 8 de octubre de 1926 se estrena en el Teatro Fontalba la obra titulada «Los grandes hombres, o el monumento a Cervantes«, de los hermanos Álvarez Quintero. Fue su directora y primera actriz Margarita Xirgu. Éste y otros tantos eventos, además de la suscripción popular, tenían por finalidad recaudar fondos para la construcción del monumento a Cervantes encargado a Coullaut Valera que entonces tenía su estudio en la madrileña calle Torrijos, 19.