El nombre de «pizza napoletana» desaparecerá de los menús y cartas de los restaurantes que no cumplan con las normas de producción en cuanto a ingredientes, cocción y preparación.
A partir del 18 de diciembre, usar el nombre de esta elaboración típica italiana inscrita en el registro europeo de ETG exigirá unos requisitos.
Entre estas, la masa debe fermentar un mínimo de dos horas y su manipulación ser manual; tendrán que respetarse los diferentes métodos de relleno; la cocción se realizará exclusivamente en un horno de leña a 485 °C o, entre otros requisitos, las materias primas utilizadas serán italianas.
A partir del 18 de diciembre, los establecimientos que ofrezcan «pizzas napolitanas» que no respeten estas normas pueden ser sancionados, ya que el Reglamento de Ejecución (UE) 2022/2313 determina que los nombres registrados «serán protegidos contra todo uso indebido, imitación o evocación y contra cualquier otra práctica que pueda inducir a error al consumidor», y serán los propios Estados miembros los que aseguren que la denominación se utilice como es debido.
Años después, en 2004, comenzó el proceso de reconocimiento a escala europea y en 2010 se asignó a esta pizza el certificado de especialidad tradicional garantizada (aunque entonces fue sin reserva de denominación). Ese año, también se establecieron las normas de preparación e ingredientes usados, que quedaron registrados y especificados en el reglamento.