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Villagarcía de la Torre, el castillo del Señor de Marchena que acogía a los proscritos y hechiceras

En el punto más elevado de Villagarcía de la Torre están las ruinas del castillo medieval, con su torre del homenaje en el centro. En una de las caras de la torre aún se ve el escudo de armas de Luis Ponce de León hermano de Juan Ponce de León, conde de Arcos, y tío de Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz (1443-1495).

En 1367 la mitad era de la Orden de Santiago y la otra mitad del Comendador Mayor de León, don García Fernández de Villagarcía, que la repobló de cristianos y le impuso su propio nombre: «García». De ahí pasó a llamarse Vila-García nombres que con el tiempo se unieron y de la torre se justifica por la existencia de una notable torre construida por los antiguos moradores del lugar.

También la tradición popular mantenía la creencia que en el Castillo de Villagarcia de la Torre se refugió Santa Eulalia Virgen y Mártir de Mérida, huyendo del tirano Cafurniano, Vicario de Mérida.

Su descendiente Teresa de Guzmán y Suárez de Figueroa, III Señora de Villagarcía se casa con el hijo del V Señor de Marchena Luis Ponce de León en 1440 conocido por su audacia militar en tiempos política y militarmente inestables, ocupando tierras de los términos de Llerena, Usagre y Bienvenida y asesinando al bachiller de Llerena.

Asi como el Señor de Marchena, acogería a los judeoconversos huídos de Sevilla, su sobrino el Señor de Villagarcía acogió a los judeoconversos, huidos desde Llerena, el principal tribunal inquisitorial extremeño, muchos de los cuales eran familias huídas desde Portugal.

Murallas de Llerena, foto de Miguel Galan.

Además en Villagarcía se acogía a todos los delincuentes y proscritos de la zona  según un documento de 1503. «En la dicha villa de Villagarcía se acogen muchos omyzianos e personas que han cometido delitos por ser como es lugar de señorío e está solo» y añade que «siempre acuden allí los malhechores porque los defienden allí». Asi el lugar crecía y se le dota de un mercado franco, sin pagar impuestos.

Plaza de España en Llerena.

Cuando muere Rodrigo en 1492 y se desencadena una lucha interna dentro de la misma familia de los Ponce de León por la sucesión, se llega a un acuerdo matrimonial y económico para restaurar la línea legítima, ya la línea del marqués de Cádiz era bastarda. Se crea el condado de Bailén para los sucesores de Manuel, casando al señor de Villagarcía  Luis con Francisca, hermana del marqués de Cádiz, o Señor de Marchena de quien nace el primer Duque, de nombre Rodrigo, enterrado en Santo Domingo de Marchena. Así quedaban unidos los señoríos de Marchena y Villagarcía. Luis el señor de Villagarcia tuvo gran influencia sobre su hijo el primer Duque, Rodrigo.

Destaca la Iglesia de Nuestra Señora de Araceli, del siglo XV.En la calle de la Mota se conservan esculturas de piedra antropomorfas, usados como asientos.

PORQUE VILLAGARCIA ES EL PUEBLO DE LAS BRUJAS

En el siglo XVII vivía la mayoría de la gente según dos idearios: un ideario cristiano y un ideario mágico.  Eran bautizados, iban a misa y se confesaban por lo  menos una vez al año. Pero junto con su formación cristiana, la mayoría de la gente había mamado la idea de un mundo de relaciones ocultas controlado por la magia.

Fuente: Hechiceria en el tribunal de Llerena

Durante la primera semana de agosto los habitantes del pueblo celebran una de las fiestas paganas más importantes de Extremadura, el Aquelarre. Representaciones teatrales por la calle recuerdan el espíritu pagano de Villagarcía que, dicen, sirvió de asilo a brujos y hechiceros. También en diciembre se celebra el Festival Villa Embrujada, que acoge música, teatro, arte o cine durante una semana.

 

Aunque se les llama brujos los cierto es que no hay documentos históricos de brujeria dentro del municipio. Aunque si de hechicería, que parece similar pero no es lo mismo.

En el tribunal de Llerena, con jurisdicción sobre toda Extremadura, se siguieron causas exclusivamente sobre hechiceras, o sea: mujeres conocedoras de ritos de magia y adivinación. También hubo casos de hechiceras de Villagarcía de la Torre juzgadas por la Inquisición de Llerena.

Es el caso de Maria Gonzalez La Berrona, natural de Villagarcia juzgada en 1640 en Llerena mujer de Domingo Garcia, hortelano, que era experta en conjuros de amor y aconsejaba y cobraba de sus vecinos por darles conjuros  y filtros amorosos.

Lo cierto es que los juicios de la Inquisición en Llerena contra hechiceras se inició en 1555 y prolongó con centenares de casos hasta el siglo XVIII.

Muchos de estos conjuros tienen que ver con el uso de plantas medicinales, como la ruda, que es abortiva. En 1620, Catalina Díaz tenía 24 años y acabó en el tribunal de Llerena porque practicaba control de la natalidad con un remedio natural que buscaba en el campo.

Una vecina “le enseñó a la rea un remedio para efecto de no parir mucho, y de abortar lo que se hubiese engendrado en el cuerpo, aunque fuese criatura formada. Para lo cual le dio unas palillas de una hierba del campo; que no supo la rea como se llamaba“, pero era una hierba “muy delgada con unas hojas muy menudas. Los cuales palillos se habían de poner en el vaso de la mujer después de haberse sentido preñada … Y lo hizo por tres o cuatro veces diferentes. Y en poniéndose el palo
se volvía el mes, y algunas veces se hallaba con más abundancia que otras … Pero la rea, nunca conoció criatura formada, y lo hacía porque deseaba no parir tanto, y tenía muchos hijos”.