Así fue la evolución del Castillo de la Mota al Palacio Ducal, clave en el siglo XV español
José Antonio Suárez López
El Alcázar islámico reconvertido en castillo fue vivienda de los señores de Marchena, Ponce de León, desde 1390. Juan Luis Ravé aporta nuevos datos sobre los artesanos que construyeron el Palacio en su obra «La villa ducal de Marchena».
El Castillo de la Mota fue clave en el siglo XV español, como punto de partida de las tropas en la Guerra de Granada y en las guerras nobiliarias sevillanas del siglo XV. Aqui durmieron los Reyes Católicos y Carlos V.
El terremoto de 1356 y la invasión nazarí de 1368, obligaron a realizar una importante reforma de la muralla y restauración de Santa María por valor de 100.000 florines en 1448, según el testamento de Pedro Ponce León donde se define el conjunto como posada. Fue prisión para los moros nazaríes cautivos en la frontera capturados como esclavos.
Ya en el XV se construye el patio apeadero o patio de la Montería y portada monumental para tener una entrada directa a los carruajes y personas tanto al palacio como a Santa María y a la Puerta de Carmona sin tener que entrar dentro del palacio.
A partir del XVI se empieza a hablar de Palacio incluyendo un gran patio central de 19 por 16 metros excavado en 2003, aparecieron resto de yeserías mudéjares que decoraban las ventanas y en el muro oriental apareció en dichas excavaciones restos de una ventana con bancos enfrentados y decoración de azulejos de arista y yeserías pintadas de rojo azul y amarillo.
Otro terremoto en 1522 obligó a más reformas. Se paga a Martín de Gaínza 2500 maravedíes por 14 columnas probablemente para el patio según Ravé. En 1542 comienza la gran reforma en la que participan obreros como el carpintero Rodrigo Navarro vecino de la villa y los albañiles Pedro Sánchez, Martín Sánchez Moreno y Pedro Tamayo.
La decoración se encarga a maestros de Sevilla como el pintor Andrés Martín. La azulejería procedía de Triana. La escuela local de alarifes moriscos le dió al conjunto una impronta mudéjar.
Luis Sánchez maestro local especialista en tapial se encarga de reparar los muros en la zona de la Barbacana, Enrique Benito Muñoz y Juan Lucas trabajan en la renovación de la puerta del Castillo.
En 1544 Francisco Fernández fortalece la muralla almohade en la puerta del Postigo y se crea un jardín renacentista con arcos, tondos y bustos de emperadores romanos.
Antón Jiménez, carpintero de Marchena en 1544, recibió 1514 maravedíes por 5 florones que hizo para el Cuarto de los Leones. Andrés Martín pintor sevillano recibió 65.000 maravedíes por la pintura para el cuarto de los leones.
García de Niebla, pintor afincado en Marchena, pinta la decoración del aposento nuevo para mujeres. Las rejas se policromaban con oro y azul fino.
El ultimo duque -Don Antonio- embajador en Nápoles manda hacer reformas en el XVIII en la fachada de la plaza y en la puerta del tiro haciéndole una antepuerta.