Maria del Carmen Martínez López es una mujer empresaria hecha a sí misma, que junto a su familia gestiona joyerías en Marchena y Puebla y dos restaurantes en Sevilla: Albahaca y Corral del Agua, donde también expone arte y artesanía.
Con 17 años se enamoró de cerámica en la primera Escuela Taller de Marchena, donde Amalia fue sumaestra. Luego se matriculó en Diseñoy Delineación en la escuela de Artes Aplicadas de Sevilla y en la Escuela de Artesanos de Gelves,con la que consigue una beca en Italia. Luego hizo un curso para aprender a trabajar con el mortero tixotrópicoque se usa en los parques temáticos y de atracciones.
Cerámica diseñada por Carmen Martínez
Comienza a trabajar con parques temáticos y monta un taller de cerámica aplicada a la arquitectura, en plena burbuja inmobiliaria. Hace 15 años gestiona con su marido los restaurantes Albahaca y Corral del Agua, (Barrio de Santa Cruz, Sevilla) con la idea unir gastronomía y arte en su galería de arte y artesanía.
-¿De donde te sientes de Murcia, Marchena o Sevilla?.
-Bueno…, nací en Marchena y me fui de pequeña a Murcia, volví con 12 años y a los 20 ya estaba en Sevilla, y francamente me siento más andaluza que murciana, de Sevilla o Marchena es lo mismo, al fin y al cabo mi carácter es andaluz.
-¿Te consideras una mujer valiente y emprendedora?.
-Pues si, primero atrevida, luego decidida y emprendedora y lo último seria la valentía. Sinceramente el miedo existe aunque intente olvidarlo y aparcarlo. De vez en cuando sale, cada vez menos, creo que
eso va con la edad.
-¿De dónde viene vuestra tradición familiar de la joyería?.
-Esta práctica la comienza hace 35 años mi madre con la venta, pero por pura casualidad y necesidad; le llegó justo en el momento en que tenia que trabajar. Pero más tarde mi hermano Angel sí se formaría en joyería y tendría taller propio para luego crear la primera joyería Marlo, exactamente hace 22 años. Aclarar que el nombre de la joyería deriva de nuestros apellidos (Martinez Lopéz).
-¿Como fue el proyecto de montar un pequeño restaurante en pleno Barrio de Santa Cruz?.
-El restaurante “Corral del Agua” estaba montado y funcionando. Esto conllevaba una responsabilidad. Lo que hicimos fue empezar una nueva etapa con algunos cambios para ir evolucionando en la cocina y en el servicio y así poder aumentar nuestra oferta gastronómica. En 14 años que llevo gestionado el negocio he visto muchos cambios, lo que se demanda hoy no es lo mismo, el turismo aumenta pero a su vez es mas exigente y hay que estar al dia.
En esta evolución entramos en el compromiso o mas bien en una filosofía en la que pretendemos crear una fusión entre la gastronomía popular y el arte y artesanía.Partiendo de que nuestra ubicación es perfecta para ello, en pleno corazón del popular barrio de Santa Cruz y a su vez en un
edificio también de arquitectura popular de finales del siglo XVII, condimentos perfectos para elaborar el plato en el que estamos inmersos.
Restaurante Corral del Agua.
-¿Qué condiciones se tendrían que dar para que un hotel en Marchena fuera rentable?.
Marchena tiene un patrimonio maravilloso, punto importante para el turismo. Pero no tiene promoción, punto negativo para que un hotel funcione. ¿Porque no hay actualmente hotel en Marchena?, ahí lo dejo.
-Además te gusta el arte y tienes en el restaurante una sala de exposiciones. ¿Quien puede exponer en esa sala?.
-Artistas y artesanos principalmente andaluces y jóvenes. Bueno… también tengo que decir que me tiene que gustar…, no cualquiera.
Escaparate de Joyería Marlo.
-¿Que tipo de arte te interesa más?.
-Me interesa mucho el arte contemporáneo el que vivimos actualmente, sin dejar de admirar los clásicos, que no dejan de sorprenderme nunca.
-¿Que crees que le falta a la mujer de nuestro tiempo para tomar la iniciativa, montar proyectos y llevar la iniciativa?.
-Sí, me considero luchadora y emprendedora, desde luego no me doy por vencida fácilmente. Creo que la gran mayoría de la mujer de hoy es tenaz, perseverante y luchadora, pero no tenemos el suficiente apoyo para llevar a cabo todo lo que queremos. Aún seguimos muy atradas a las tareas que tradicionalmente se nos asignaban y eso hace que dispongamos de menos tiempo. Nos falta mucho camino que recorrer.
