La abstinencia de carne obligaba a comer pescado y verdura, -principalmente bacalao- que era antiguamente comida de pobres.
No se podía comer carne, ningún viernes del año, ni en toda la Cuaresma, y no se podía comer nada sólido el Miércoles de Ceniza ni el Viernes Santo. El ayuno ha pasado de ser una penitencia a una práctica cada vez más valorada porque supuestamente mejor la salud. Los ricos pagaban bula papal para comer alimentos prohibidos en los días clave como Luis Cristóbal Ponce de León que en 1564 recibió autorización del nuncio del Papa para comer carne y leche en los días prohibidos.
Hay datos de que los escoceses pescaban bacalao en el siglo V y a España llega traído por portugueses en el siglo X con quienes los vikingos intercambiaban sal por bacalao durante siglos. La flota bacaladera portuguesa con base en Aveiro -la Venecia de Portugal- se extendió desde el S. XIII por el Mar del Norte, a Inglaterra y Noruega y Groenlandia, descubriendo y dando nombre a Terra Nova dos Bacalaos en 1473. Desde 1337 los pescadores del norte de España, gallegos y vizcaínos traían el bacalao del mar de Escocia e Irlanda.
El consumo de bacalao llega a Sevilla en el XV cuando hay constancia de que los monjes de la Cartuja de Sevilla ya consumían bacalao, detectado en excavaciones arqueológicas por Fernando Amores, de la Universidad de Sevilla, en los años 1988-89 según el artículo de Arturo Morales y otros autores.
CONVERTIR UNA TRADICIÓN EN UN NEGOCIO PROSPERO
Los hermanos marcheneros Antonio y José Baco han sabido convertir una tradición sevillana en un prospero negocio y hoy dan trabajo a más de cien personas.
En 1984 montaron su propio negocio y hoy son dueños de tres restaurantes y un hotel en la plaza Ponce de León número 15. En este restaurante tienen hasta 50 platos con un elemento fundamental, el bacalao que traen directamente desde las aguas del norte de Europa. La carne de bacalao es carne fina, magra, digestiva, energética, reparadora y muy apreciada por su sabor.
EL BACALAO, UN ALIMENTO RICO EN VITAMINAS
Hoy, cada vez se recomienda comer menos carne, y más bacalao cuyo aceite tiene Omega-3 y vitamina A y D y es desde hace siglos el pescado más consumido en Europa, el llamado ternera del mar.
Espinacas con garbanzos y bacalao es un plato que ayuda a recuperar energías después de la Semana Santa y que además es bajo en calorías. La espinaca facilita la eliminación de toxinas mejorar la vista tonifica los músculos a mismo tiempo el garbanzo también tiene proteínas.
Los tres elementos, garbanzo bacalao y espinacas juntos son un plato para personas activas y deportivas. Todos los alimentos son propios de nuestra tierra y se consiguen en el mercado de abastos de Marchena.