La familia Torres de Arahal, Osuna y Marchena tuvo su auge en el siglo XIX, cuando Fueron grandes terratenientes y, de forma muy destacada, reputados ganaderos de toros bravos y criadores de caballos.
El Palacio de los Torres estaba ubicado en un lugar prominente de la villa, en la calle Felipe Ramírez era una de las residencias más importantes de Arahal, una declaración física de la riqueza y el poder de sus dueños. En la década de 1940, el antiguo palacio albergaba el Cuartel de la Guardia Civil.
El golpe definitivo al patrimonio arquitectónico que representaba el palacio llegó en la década de 1960 cuando fue «salvajemente demolido» pero la magnífica portada barroca de piedra fue rescatada de los escombros y reubicada. Hoy, esta portada se encuentra en el Parque de San Antonio, un espacio público construido sobre el antiguo cementerio municipal del siglo XIX.
Podemos ver una foto del Palacio orgiinal gracias al blog memoria visual de Arahal. Esta era la puerta del Palacio.

EL ORIGEN DE LA RIQUEZA DE LA FAMILIA TORRES
Durante siglos, Marchena, Osuna y Arahal formaron parte del vasto Estado de Osuna, un señorío perteneciente a la casa ducal de los Téllez Girón.
La abolición de los privilegios nobiliarios en 1837 y las posteriores desamortizaciones comenzaron a cambiar la estructura de la propiedad, pero el golpe de gracia al sistema señorial en la comarca llegó con la espectacular quiebra de la Casa de Osuna en la década de 1860. Este colapso financiero forzó la venta de un inmenso patrimonio de tierras, abriendo una oportunidad sin precedentes para que nuevas élites económicas emergieran.
Tumba del ultimo Duque de Osuna en La Colegiata.
De Colonos a Terratenientes: La Oportunidad de una Generación
Antes de la quiebra ducal, los Torres eran colonos, grandes arrendatarios que explotaban las fincas del duque de Osuna. Los registros de la época atestiguan su importancia: en 1853, Manuel Mª Torres que en Arahal, figuraba como colono de 1.200 hectáreas de tierra propiedad del duque de Osuna. Por su parte, José Torres Díaz de la Cortina, otro miembro clave del clan afincado en Marchena en el barrio de San Juan, era arrendatario de 550 hectáreas ducales en 1863. Esta posición les permitió acumular capital y experiencia en la gestión agraria, situándolos en una posición ventajosa cuando el patrimonio del duque fue puesto a la venta.
La familia Torres supo capitalizar este momento histórico de forma magistral. José Torres Díaz de la Cortina se erigió como un gran comprador de las tierras que antes arrendaba. En 1872 adquirió varios cortijos que sumaban 1.500 hectáreas, y en 1880 amplió sus posesiones con otras 1.300 hectáreas. Esta rápida y masiva adquisición de fincas lo transformó en un «gran propietario terrateniente», consolidando el ascenso social y económico de su familia.
El poder acumulado por la familia Torres fue consolidado y perpetuado a través de una densa red de alianzas matrimoniales con otras familias influyentes de Arahal, principalmente los Zayas y los Píñar. El estudio de su genealogía revela una estrategia endogámica deliberada, diseñada para concentrar el patrimonio y afianzar su dominio social, político y religioso en la comarca.
Las Alianzas Fundacionales
La familia Zayas ya era un linaje ilustre en Arahal y Marchena desde el siglo XVIII, con conexiones con el Marquesado de Monteflorido a través del matrimonio de Miguel de Zayas Ponce de León y Brenes con Vicenta Sergeant y Mendívil. Fue a través de las hijas de este matrimonio que se forjaron los lazos cruciales con los Torres.
El Marquesado de Monteflorido fue creado por el rey Carlos III en 1770 concedido a Felipe Sergeant y Salcedo, natural de Sevilla y regidor perpetuo de Amberes, que fue primer marqués. La Casa Palacio del Marqués de Monteflorido, situada en pleno casco histórico de Arahal, es hoy la sede del Centro Cultural “Juan Muñoz y Peralta”. El primer marqués poseyó la hacienda de San Rafael de Monteflorido, en Castilleja de la Cuesta, y una casa-palacio sevillana en la calle Rafael González Abreu, 3, obra regionalista diseñada por Aníbal González entre 1923 y 1927.
A principios del siglo XIX, se produjeron dos uniones fundamentales que entrelazaron a los Torres y los Zayas. María Francisca de Paula de Zayas y Sergeant (nacida hacia 1801) contrajo matrimonio sucesivamente con dos hermanos, ambos oriundos de Osuna: primero con Miguel de Torres y Calvillo y, tras enviudar, con Manuel María de Torres y Calvillo de Mendoza, un notable ganadero.
Su hermana, María de los Dolores de Zayas y Sergeant (nacida hacia 1808), se casó con José de Torres y Ramírez, también ganadero de Arahal y natural de Osuna.
La estrategia de consolidación culminó en la siguiente generación con un matrimonio endogámico clásico: José María de Torres y Zayas (hijo de María de los Dolores Zayas y José Torres) se casó con su prima hermana, María del Carmen Píñar y Zayas (hija de Concepción Zayas y José María Píñar). Este tipo de unión entre primos hermanos era una práctica común entre las élites terratenientes de la época, un mecanismo eficaz para evitar la dispersión del patrimonio familiar (tierras, propiedades, capital) que se produciría con la división de las herencias, asegurando que la riqueza acumulada permaneciera «en familia».
Hermanos mayores de la Hermandad de Misericordia
Este poder económico y familiar se tradujo directamente en una notable influencia en las instituciones locales. Miembros de la familia ocuparon cargos de responsabilidad tanto en el gobierno municipal como en las hermandades religiosas, que constituían un importante eje de la vida social. José María de Torres y Zayas fue primer teniente de alcalde de Arahal en 1857 y ostentó el cargo de Hermano Mayor de la Hermandad del Cristo de la Misericordia en cuatro ocasiones (1875, 1876, 1885 y 1887).
Su hermano, Antonio María de Torres y Zayas, también fue Hermano Mayor de la misma cofradía durante el Sexenio Revolucionario. Otro hermano, Trinidad de Torres y Zayas, formaba parte del consistorio arahalense en 1857. La tradición continuó en la siguiente generación con Javier de Torres y Píñar (hijo de José María y María del Carmen), quien fue Hermano Mayor de la misma hermandad durante la II República. Más adelante, en 1919, un Torres Díaz es mencionado como alcalde de la ciudad, demostrando la persistencia de la influencia política del linaje.
Tabla 1: Genealogía Simplificada de la Familia Torres de Arahal y Linajes Asociados (c. 1800-1950)
Generación | Individuo | Cónyuge(s) | Descendencia Notoria | Cargos y Notas Relevantes |
G1 | José de Torres y Ramírez (n. Osuna, f. <1857) | María de los Dolores de Zayas y Sergeant (n. Arahal ~1808) | José María, Antonio María, Trinidad de Torres y Zayas | Famoso ganadero de reses bravas en Arahal. |
G1 | Manuel María de Torres y Calvillo de Mendoza | María Francisca de Paula de Zayas y Sergeant | Manuel de Torres y Zayas | Ganadero de bravo. Su esposa había estado casada antes con su hermano Miguel. |
G2 | José María de Torres y Zayas (n. ~1827) | María del Carmen Píñar y Zayas (prima hermana) | María de los Dolores de Torres y Píñar; Javier de Torres y Píñar | 1er Teniente de Alcalde de Arahal (1857); Hermano Mayor del Cristo de la Misericordia (1875, 76, 85, 87). |
G2 | Antonio María de Torres y Zayas (n. ~1828) | María Segura | Francisco de Torres y Segura | Hermano Mayor del Cristo de la Misericordia (1868-1875). |
G2 | Trinidad de Torres y Zayas (n. ~1829) | — | — | Miembro del consistorio de Arahal (1857). |
G2 | Manuel de Torres y Zayas (n. ~1833) | Soltero en 1857 | — | Posiblemente continuó la actividad ganadera de su padre. |
G3 | Javier de Torres y Píñar | — | — | Hermano Mayor del Cristo de la Misericordia durante la II República. |
Relacionado | José Torres Díaz de la Cortina (de Marchena) | — | — | Terrateniente, ganadero y político conservador. Diputado a Cortes en 1884. |
Relacionado | Torres Díaz | — | — | Alcalde de Arahal en 1919. |

